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Popular busca vocales para su consejo pese a su previsible venta

Moody’s no cree que el banco pueda aprovechar la subida del precio de los inmuebles El consejo sigue valorando la entidad en 1,2 euros por acción

El consejero delegado del Banco Popular, Ignacio Sánchez-Asiaín. EFE/Archivo
El consejero delegado del Banco Popular, Ignacio Sánchez-Asiaín. EFE/ArchivoEFE

Banco Popular busca en la actualidad consejeros para seguir renovando su consejo de administración, pese a que su proceso de venta sigue su curso, y los bancos que participan en la subasta no han recibido ningún mensaje de JPMorgan que indique al día de hoy que se va a ampliar el plazo para la entrega de ofertas, cuya fecha finaliza el próximo 10 de junio. Aunque tampoco sería descartable que al final se diera un calendario más amplio, pese a la presión del sector y de los supervisores para que se aclaren las incertidumbres que acechan sobre Popular, ya que consideran que no es bueno para el sistema financiero.

Popular, además, entregará la semana próxima al BCE sus planes estratégicos de capitalización para los próximos tres años. En este plan se establecen tres alternativas, como estaba previsto hace unos meses: la venta del banco, una ampliación de capital y la enajenación de activos no estratégicos. Y_en ello están. El reto es lograr subir su ratio de capital principal, que está en el 11,91%, solo a 0,53 puntos porcentuales por encima del mínimo regulatorio exigido. La conversión de bonos convertibles (cocos) en acciones y la venta del banco de EE UU TotalBank puede ayudar a aliviar ligeramente este desfase, pero el problema más acuciante es la factura de 2018. Aunque sean los fondos los previsibles perjudicados por la conversión de los cocos.

El BCE también vigila la liquidez del banco ante la salida de depósitos. Pero, de momento, la entidad cumple con los ratios de liquidez, aunque su apelación al BCE con la presentación de activos que sirven de garantía ante el supervisor europeo ha aumentado, aseguran fuentes financieras.

Desde la entrada de Emilio Saracho como presidente del banco se ha renovado el 50% de su máximo órgano de gobierno. De momento queda una vacante, la de Vicente Pérez, quien abandono Popular el pasado mes. Pero se esperan más salidas como la de Helena Revoredo. Saracho, así, busca cubrir estas plazas con consejeros independientes, y si son mujeres mejor, ya que la presencia femenina en la entidad es escasa. Popular insiste en que no hay que descartar la continuidad del banco si se logra ampliar capital. La cifra para que se despejen las dudas sobre sus necesidades de provisiones es de 4.000 millones de euros. Varias fuentes aseguran que hay fondos que podrían el dinero, e incluso más, pero la valoración que harían estos inversores institucionales de Popular sería muy inferior al de un banco comprador, ya que sumaría al precio las sinergias. De momento. Y el precio que pide el consejo es de 1,2 euros por acción.

Mientras, la agencia de calificación crediticia Moody’s asegura que Popular no dispone del tiempo necesario para esperar a que la recuperación del sector inmobiliario en España impacte de forma positiva sobre la calidad de los activos inmobiliarios que dispone en cartera. Considera que los problemas de solvencia de Popular obligan a reducir de forma “acelerada” los activos no productivos que lastran su cartera, sin poder beneficiarse completamente de la reactivación del mercado inmobiliario. “La recuperación del mercado inmobiliario es un factor positivo para los bancos que están más expuestos al sector inmobiliario”, comenta la vicepresidenta adjunta y analista de Moody’s, María Viñuela.

Otras claves

La analista de Moody's, María Viñuela, entiende que la recuperación del mercado de la vivienda se irá materializando “a lo largo del tiempo”, por lo que reitera que Popular se encuentra “bajo presión” para mejorar su solvencia y acelerar la reducción de activos no productivos en un plazo de tiempo “más corto”.

La entidad presidida por Emilio Saracho, a la que Moody's degradó el 'rating' hasta 'B1' el pasado mes de abril, dispone de activos improductivos por importe de 37.000 millones de euros --el 25% del total-- en su balance, en su mayoría relacionados con el sector inmobiliario, uno de los principales aspectos que le restan valor en una posible operación corporativa.

El banco, que se encuentra actualmente analizando todas las opciones estratégicas a su alcance, dispone aún de algo más de dos semanas para decidir si sigue adelante con el proceso de venta en el que se encuentra inmerso desde el pasado 16 de mayo, dado que se fijó de plazo hasta el 10 de junio para adoptar una decisión.

Por el momento, Popular no ha recibido ninguna propuesta concreta firme ni ha asumido ningún compromiso, por lo que no se descartaría por completo una ampliación de capital, tal y como afirmó Saracho durante la última junta de accionistas.

Entre las fortalezas de Popular que podrían atraer a sus compradores se encuentran su franquicia y su negocio de pymes, en el que la entidad es la primera en el sector con una cuota próxima al 18%.

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