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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Olfatear las compras y las fusiones es un seguro para los inversores

Europa, superado el riesgo político, vuelve a estar a la cabeza de las fusiones y adquisiciones

Thinkstock

En los mercados financieros hay auténticos especialistas en detectar los movimientos corporativos y convertirlos en imbatibles instrumentos para garantizar buenos retornos en la inversión. En la banca de inversión, en los grandes fondos y en las grandes firmas de consultoría y gestión se desenvuelven avispados gurús cuyo único objetivo es identificar presas corporativas para ensanchar el negocio de sus clientes y el suyo propio, y mantener así la competitividad intrínseca del propio sistema capitalista que solo premia las ganancias crecientes y el liderazgo sin sombra de duda. En un observatorio secundario se sitúan los gestores de carteras de inversión, que solo son recompensados si logran detectar antes que sus competidores esas oportunidades de operaciones corporativas identificadas por los primeros, para transmitirlas a sus clientes y mejorar el desempeño mutuo. Oportunidades hay siempre, unas veces porque los tiempos críticos descuelgan a los más débiles, y otras porque el crecimiento económico engorda el apetito de las empresas por ganar mercado adquiriendo al competidor rezagado, aventajado o molesto. La cuestión para los inversores particulares es dar con ellas.

Pese a cerrarse operaciones cada año, en los de la gran crisis financiera mundial ha caído el ritmo; pero ya en 2015 se aceleró de nuevo, y en los meses transcurridos de este año se ha vuelto a los volúmenes de 2007, antes de saltar por los aires la financiación. Ahora la liquidez del mercado es cuasi ilimitada, su precio muy barato y las empresas, compradoras y compradas, están suficientemente saneadas. Hasta ahora se han comprometido operaciones por 1,16 billones de euros, con gran protagonismo de Europa, que empieza a sacudirse los temores a la reacción política y ha conjurado los riesgos de nueva crisis del euro. Por ello, tanto en banca como en alimentación, turismo, energía, infraestructuras (véase la opa de Atlantia sobre Abertis) o inmobiliario hay oportunidades para entrar y esperar la oferta de los ganadores de cada sector y cosechar jugosas plusvalías. Únicamente se precisa apostar por las empresas de crecimiento bien gestionadas y tener paciencia.

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