Aprovechar la vuelta al crecimiento de las economías de Latinoamérica
España no solo debe reforzar su presencia, sino desarrollar su función de puente con la UE
La lenta pero evidente recuperación de las principales economías latinoamericanas, con la flagrante excepción de una Venezuela en caída libre, no solo tendrá réditos para las empresas y ciudadanos de la región, sino también para los inversores internacionales en la zona. La apreciación frente al euro de las divisas latinoamericanas, como el real brasileño o la libra argentina, ya está teniendo un impacto significativo en las cuentas de las multinacionales con presencia en la región. Así ha ocurrido con Telefónica, que presenta hoy resultados correspondientes al primer trimestre, en los que se prevé un peso destacado de la parte de negocio generado en Brasil.
Los analistas auguran un incremento en las ventas de la compañía del 4,8%, hasta alcanzar los 13.111 millones de euros, gracias al efecto producido por la apreciación de la moneda brasileña. Las ventas orgánicas aumentarán en torno al 2% por la evolución de la economía del país, pero también por la de otros mercados de la región. Las previsiones apuntan a que Brasil ha generado de enero a marzo un 24% del total de ventas del grupo Telefónica, por encima de España, que se quedaría en un 23,4% del total. Un panorama dulce que contrasta con las cuentas de 2016, cuando el comportamiento de las divisas –no solo del real, sino también de la moneda argentina– tuvo un considerable impacto negativo en los ingresos de la compañía.
Las últimas previsiones del FMI sobre la economía latinoamericana confirman que la región está dejando atrás la recesión, gracias al tirón de México, que crecerá un 1,7 % en 2017, y al retorno al crecimiento de Brasil, que repuntará un 0,2% este año y llegará al 1,7% en 2018. No solo Telefónica, sino otras grandes empresas cotizadas españolas, así como un cada vez más numeroso grupo de pymes, se beneficiarán de la consolidación de esa mejora económica, así como de las oportunidades que presentan mercados con enorme potencial, como el cubano. Se trata de un escenario en el que España no solo debe reforzar su presencia actual, sino también desarrollar su privilegiado e histórico papel de puente comercial entre América y Europa.