Un reloj que inclina la balanza a una fusión de Popular
El banco presentará unas pérdidas trimestrales entre 140 millones a 175 millones El mercado tiene liquidez para abordar una ampliación, pero en un proyecto de futuro
Banco Popular sigue sin levantar cabeza y el camino hacia una fusión a resurge con fuerza, pese a que el mercado tiene liquidez para asumir una macroampliación de capital, pero solo lo hará en un proyecto con futuro. Hoy su recién estrenado consejero delegado, Ignacio Sánchez-Asiaín, presentará primero ante los analistas y luego ante la prensa los resultados del grupo del primer trimestre. Será la última entidad en dar a conocer al mercado lo que ha dado de sí el primer trimestre del año.
Los números rojos volverán a ser los protagonistas de la cuenta de resultados de Popular, como lo fueron al cierre de 2016, cuando el banco presentó unas pérdidas de 3.485 millones de euros. Las fuertes provisiones del trimestre que ha realizado nuevamente el banco –aunque en este caso ha sido el nuevo equipo directivo–, para sanear su balance volverán a poner en un brete su cotización, ya de por sí muy dañada, pese a que ayer cerró con una subida del 3,76%, al situarse en los 0,69 euros por acción. Los nuevos saneamientos se suman a la desviación contable de más de 600 millones de euros anunciados a principios de abril.
Fuentes del mercado sitúan las pérdidas del trimestre entre 140 millones a 175 millones, derivados de las mayores dotaciones para sus activos inmobiliarios, el gran lastre de esta entidad financiera que hace menos de una década era la más eficiente y rentable de España y casi de toda Europa.
El BCE aprieta las tuercas a la entidad que preside Emilio Saracho para que refuerce su capital, pero el tiempo juega en su contra. Y mucha prisa se tiene que dar para sanear la institución y llevar a cabo una ampliación de capital a la vuelta del verano. De ahí, que la fusión o venta comience a ganar la partida en un momento en el que la banca comercial vuelve a estar de moda entre los inversores.