La CNMV advierte contra el uso oportunista de métricas como el ebitda
Dice que parámetros como el ebitda arrojan información engañosa Su uso, cada vez más frecuente, no ha ido acompañado de la debida transparencia
En plena campaña de presentación de resultados del primer trimestre del año, la CNMV ha lanzado una advertencia sobre el uso que las compañías hacen de las denominadas medidas alternativas de rendimiento, métricas que se han convertido en habituales en las cuentas empresariales, que en ocasiones no arrojan la debida transparencia y que se llegan a emplear de forma oportunista para presentar la mejor imagen posible a los inversores.
La CNMV alude a partidas que ya son una constante en las cuentas de resultados. Es el caso de ebitda (resultado antes de intereses, impuestos y depreciaciones y amortizaciones), que no está definida ni en las Normas Internacionales de Información Financiera (NIIF) ni en el Plan General de Contabilidad, aplicables a los estados financieros consolidados e individuales de las entidades cotizadas en el mercado español.
Junto al ebitda, otras medidas alternativas de rendimiento (APM por sus siglas en inglés) son el resultado operativo, el endeudamiento financiero neto, las magnitudes relativas al fondo de maniobra y la liquidez y el flujo de caja libre. “Tanto en España como en el resto del mundo, los emisores recurren cada vez más a las APM, y existe evidencia de que este creciente recurso no ha ido acompañado de un énfasis adecuado en la calidad informativa de estas medidas”, explica la CNMV en un artículo incluido en su boletín trimestral.
El regulador del mercado español reconoce que el uso de esas métricas puede responder sencillamente a “incrementar la utilidad de la información suministrada a los inversores” pero advierte también contra quienes hace un uso “meramente oportunista”. Desde el punto de vista de la transparencia en los mercados de valores, este segundo caso “es desde luego preocupante porque podría propiciar que la información suministrada por las entidades fuese engañosa”, apunta la CNMV.
Prueba de las diferencias que el uso de las APM puede introducir en los resultados respecto a los criterios estándar de contabilidad es el resultado de un estudio publicado por Audit Analitycs, de diciembre de 2015. Este estudio muestra que el 82% de las entidades que calcularon una APM relativa al resultado ajustado arrojaron una cifra superior a la que se obtenía de la magnitud calculada de acuerdo con el marco de información financiera aplicable, señala la CNMV. En un estudio realizado por PwC, el porcentaje de entidades cuyo resultado ajustado era superior al resultado calculado con el marco de información financiera aplicable ascendía al 87%.
La CNMV alude en definitiva a problemas que surgen con relativa frecuencia a la hora de analizar una cuenta de resultados, cuando una amalgama de métricas denominadas alternativas dificulta distinguir datos básicos como el resultado neto o la comparativa interanual. El regulador advierte que es habitual que se produzca el reporte de la AMP sin el desglose de la manera concreta en la que se ha obtenido una magnitud ni de las partidas que se han incluido o excluido de los estados financieros para calcularla.
“La insuficiente transparencia en la presentación y el uso de las APM ha dado lugar a prácticas en las que los emisores no son consistentes en el tiempo en la forma de cálculo, lo que dificulta tanto la comparación histórica como la comparación con entidades similares”, añade la CNMV, que se hace eco también de la preocupación de los inversores ante estas prácticas.
Los reguladores han reaccionado ante el abuso y la aplicación oportunista de las medidas alternativas de rendimiento, que ya detectó la SEC estadounidense en una primera advertencia lanzada en 2001. Las acciones más decididas no han llegado sin embargo hasta 2015 y 2016, con la publicación de directrices específicas sobre el uso de las APM.
Así, la CNMV está vigilando el cumplimiento de las normas establecidas por la ESMA (Autoridad Europea de los Mercados de Valores) en la información financiera de 2016. Y después de detectar que numerosos aspectos de la aplicación de las directrices de ESMA deben mejorarse, ha decidido establecer el seguimiento de su cumplimiento como una prioridad para 2017.