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China sube la apuesta para que la OPV de Aramco sea en Hong Kong

Ha juntado un consorcio estatal para que actúe como inversor ancla Tokio y Singapur tendrán que dar un paso adelante para seguir en competición

Empleado de Aramco, en el stand de la compañía en una feria celebrada en Bahrein.
Empleado de Aramco, en el stand de la compañía en una feria celebrada en Bahrein.REUTERS

China ha subido la apuesta en la carrera por influir en la OPV de Aramco, la petrolera nacional saudí. Ha juntado un consorcio estatal para que actúe como inversor ancla, mientras presiona para que la salida a Bolsa se realice en Hong Kong. Tokio y Singapur tendrán que dar un paso adelante para seguir en competición.

El fondo soberano China Investment Corporation, petroleras como Sinopec y PetroChina, y bancos estatales se unirán al grupo. El movimiento, que implicará comprometerse con antelación a comprar una cantidad grande y fija de acciones, se hace en parte para influir en que la OPV se haga en Hong Kong.

La operación, que batirá todos los récords y alcanzará los 93.000 millones de euros, atraerá seguro algunos fondos soberanos chinos, cotice Aramco en Hong Kong o en Marte. Pero que al menos parte de la emisión se realizara en la región administrativa especial, a la que le cuesta encontrar OPV exitosas últimamente, complacería a Pekín, a quien interesa más el prestigio de jugar un papel en la salida a Bolsa más grande del mundo que el precio.

Sensatamente, Riad está hablando con todo el mundo. El rey Salman visitó China y Japón en marzo para hablar sobre Aramco. Tokio sigue aspirando: según nuestro análisis, las características del mercado la colocan en segundo lugar detrás de Nueva York como destino para la petrolera. Japón también importó más crudo saudí que China el año pasado.

Aún así, el Reino Medio tiene atractivos estratégicos adicionales. Por un lado, las importaciones totales de crudo de China son mucho mayores que las de Japón, y la demanda está creciendo mucho más rápidamente. Además, asociarse con un creciente poder naval con importantes intereses estratégicos en Oriente Próximo también tiene ventajas.

Por último, dejar que gane China no tiene gran coste. Pekín espera que una gran participación en la compañía incremente su acceso al suministro, pero a Bolsa solo saldrá en torno al 5%. La influencia extranjera se mantendrá mínima intencionadamente. El reino del desierto tiene antecedentes de manipulación de socios más poderosos para servir a sus propios intereses; China no será la excepción.

Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de Cinco Días.

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