Activado el ‘brexit’
Tim Barrow ha entregado al presidente del Consejo Europeo la carta en la que pide la salida de Reino Unido de la UE
Ya es oficial. A las 13:30, hora de Bruselas, el embajador británico ante la Unión Europea, Tim Barrow, ha entregado al presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, la carta por la que Reino Unido solicita formalmente abandonar la Unión Europea.
"Después de nueve meses, Reino Unido lo ha activado", ha anunciado Tusk en las redes sociales. "No hay ninguna razón para pretender que es un día feliz aquí o en Londres”, añadió después, apenado, en una declaración.
Por primera vez en 60 años de historia, un país decide salir de la organización que ha permitido la creación de un mercado único, un espacio sin fronteras y unica moneda única.
La carta de Londres supone la puesta en marcha del procedimiento previsto en el artículo 50 del Tratado de la UE, que fija un plazo de dos años para consumar la salida. Pero más allá de la procelosa tramitación, el 29 de marzo de 2017 marca el inicio de un período histórico para ambas partes, marcado por la incertidumbre tanto sobre el futuro de la Unión Europea como del Reino Unido.
"Es el momento para estar juntos y unidos en esta Cámara de representantes y en todo el país para asegurar que trabajamos para alcanzar el mejor acuerdo para Reino Unido y el mejor futuro para todos nosotros", ha dicho Theresa May en el Parlamento británico poco después de entregarse la carta.
El brexit sorprende al club europeo en un momento de tremenda fragilidad, con virulentos enfrentamientos entre los países del norte y del sur y del este y del oeste. El ascenso del euroescepticismo en Francia, Alemania, Italia, Holanda o Austria hace temer a Bruselas que la salida del Reino Unido sea la primera pero no la última.
Para el Gobierno de Theresa May, el brexit también amenaza con descomponer las relaciones dentro del Reino Unido. Escocia ya ha solicitado la celebración de un referéndum sobre su independencia, con la intención de permanecer en la UE. Y en Irlanda del Norte se exige un acuerdo con Bruselas que garantice la convivencia con Irlanda (país que sigue en la UE y en la zona euro) y evite un retorno a la violencia política, abandonada tras los acuerdos del Viernes Santo de 1998.
May interviene hoy mismo ante el Parlamento británico para trazar los objetivos de negociación e intentar calmar a la parte de la opinión pública inquieta por las imprevisibles consecuencias del 'brexit'. "Cuando me siente a negociar, representar a todas y cada una delas personas del Reino Unido, jóvenes y viejos, pobres y ricos, de pueblos y ciudades", ha señalado May. La primera ministra incluso se compromete a defender los derechos "de los ciudadanos de la UE que han elegido este país como su hogar".
Las condiciones de residencia y trabajo serán el primer objetivo de la negociación que arranca a partir de hoy. En Reino Unido residen 2,8 millones de ciudadanos de la UE y en la UE, más 1,2 millones de británicos (un tercio, en España). Bruselas espera alcanzar un acuerdo de mutuo reconocimiento que permita a esos ciudadanos mantener sus condiciones actuales de residencia y de trabajo. La CE, además, aceptó la semana pasada tramitar una iniciativa ciudadana que pretende reconocer los derechos libre circulación y de residencia a los ciudadanos de países que abandonen la UE. Una propuesta que podría resultar crucial no sólo para los británicos que residen fuera sino también para los habitantes de Escocia o Irlanda del norte, dos territorios que votaron en contra del brexit en el referéndum del 23 de junio del año pasado.