Ibercaja se acogerá a la vía Kutxabank para postergar su salida a Bolsa
Se beneficiará del decreto que dará hasta 2024 para constituir un fondo o cotizar
La cúpula de Ibercaja tiene la firme convicción de que la modernización de las antiguas cajas de ahorro pasa por la salida a Bolsa. Las sociedades cotizadas, vienen defendiendo públicamente sus máximos representantes, se rigen por unos requisitos de transparencia y relación con el accionista que van más allá de los avances que han podido cosechar las antiguas cajas en los últimos tiempos y que son más acordes a lo que la sociedad o los mercados requieren de una entidad financiera hoy día. Sin embargo, según fuentes financieras, Ibercaja tiene previsto retrasar unos años su salto al parqué.
La entidad, que acaba de comenzar a presidir José Luis Aguirre, en sustitución del histórico Amado Franco, quien queda como presidente de honor, busca ganar tiempo para acudir a un mercado más amable con el castigado sector financiero cotizado, explican estas mismas voces.
Ahora mismo, el referente más cercano presente en los mercados es Liberbank, con 38.324 millones de euros en activos frente a los 57.176 millones de Ibercaja, y la entidad asturiana cotiza con un descuento cercano al 60% frente a su valor en libros. También la gran banca presente en el Ibex 35 cotiza con descuentos más o menos relevantes con la única excepción de Bankinter. En vista de las cifras, Ibercaja prefiere aguardar una mejor coyuntura sectorial para unirse a ellas.
Hasta ahora, la entidad se encontraba en la parrilla de salida de los debuts bursátiles junto a Unicaja, que acaba de anunciar una ampliación de capital con la que compensar a los accionistas de Ceiss que quedaron atrapados tras su integración como primer paso hacia a una salida a Bolsa que está por ver cuándo se ejecuta.
Ambas entidades viven sujetas a la nueva legislación impuesta a las cajas tras el rescate bancario europeo que en el grueso de los casos obligó a segregar las entidades con el negocio financiero separándolas de las fundaciones bancarias matriz de las que pasan a colgar. A partir de ahí, se exigió que las fundaciones bajaran su grado de control de las entidades del 50%, como planean hacer Unicaja o Ibercaja saliendo a Bolsa, o a constituir un costoso fondo de reserva con el que hacer frente a eventuales impactos, vía que ha elegido Kutxabank.
Y es precisamente la bula en el calendario que va a ser concedida a quienes constituyan el fondo, fundamentalmente a las cajas vascas, la que previsiblemente permita a Ibercaja ganar tiempo para apuntalar una salida a Bolsa con mejores garantías. En concreto, el Gobierno tiene previsto aprobar un decreto ley en las próximas semanas que ampliará el plazo para constituir el citado fondo de reserva hasta el año 2022, periodo que, además, podrá extenderse a 2024 si el Banco de España lo consiente.
Hasta ahora, la fecha límite era 2020 pero, según el documento de consulta con el que el Gobierno avanzó su intención, “el objetivo de mejora de la gobernanza de las cajas de ahorros se hace compatible con la posibilidad de que las fundaciones bancarias puedan constituir el fondo de reserva con un calendario más ajustado a sus necesidades.
Expectante a conocer la letra pequeña del decreto, la cúpula de Ibercaja planea apuntarse a la opción de constituir este fondo durante los primeros años con la intención de acabar saliendo a Bolsa cuando el mercado ofrezca una ventana de oportunidad que la entidad considere favorable.
En estos momentos, Ibercaja Banco está controlado al 87,8% por su fundación, una situación similar a la de Unicaja Banco, cuyo 86,7% pertenece a la Fundación Unicaja. En el caso de Kutxabank, el capital está repartido entre las fundaciones de las cajas constituyentes, con un 57% en manos de BBK, un 32% en las de Kutxa y otro 11% en las de Vital, que no tienen intención de perder el control de la entidad financiera.
Aunque para ello tendrá que constituirse el fondo de reserva preceptivo, el Ministerio de Economía ha accedido a suavizar el calendario de provisión coincidiendo con las negociaciones que han mantenido Gobierno y PNV para tratar de lograr apoyos a los Presupuestos Generales del Estado. Un plazo adicional, en todo caso, que Ibercaja planea aprovechar.
Dos años para concluir el cierre de oficinas
Mientras redefine su calendario de salida a Bolsa, Ibercaja tiene entre manos la ejecución de un plan de ajuste de que afectará a 686 empleados, de los que el grueso, 532 trabajadores, saldrán de la red, y otros 154 de los servicios centrales de la entidad. En paralelo, la entidad tiene previsto llevar a cabo el cierre de 160 de sus sucursales, lo que equivale al 13% de toda su red de oficinas. La entidad detalló ayer a los sindicatos que prevé cerrar 55 oficinas en la dirección territorial de Aragón, 15 en Castilla y León, 30 en La Rioja-Guadalajara, 16 en Arco Mediterráneo, 32 en Extremadura y 12 en Madrid, comunicad en la que la entidad viene creciendo para ganar volumen empresarial y en la que hoy mantiene unas 200 sucursales. Fuentes conocedoras del proceso revelan que el cierre de oficinas se ejecutará progresivamente en un periodo de dos años.