El BCE califica de “peso muerto” los créditos dudosos de la banca
El supervisor cree que es la causa de la caída de beneficios y de concesión de préstamos
El Banco Central Europeo ha publicado este jueves su Informe Anual sobre las actividades de supervisión del ejercicio 2016, un año en el que buena parte del foco ha estado puesto en los créditos problemáticos, aspecto que seguirá formando parte de las prioridades de actuación del supervisor único en 2017.
Aunque el supervisor admite que la banca viene haciendo esfuerzos por reducir un riesgo que se disparó a raíz del estallido de la crisis en otoño de 2008, el sector financiero comunitario aún arrastraba un total de 921.000 millones de euros en créditos problemáticos, a cierre del tercer trimestre de 2016.
“Los préstamos dudosos, o NPL, siguen siendo una cuestión importante. Son como un peso muerto en los balances de las entidades de crédito: reducen sus beneficios y limitan su capacidad para conceder crédito a la economía”, subraya en el arranque del informe Danièle Nouy, Presidenta del Consejo de Supervisión.
El BCE, detalla Nouy, ha instado a los bancos a redoblar esfuerzos para “sanear sus balances” promoviendo “la coherencia en la reestructuración y la refinanciación, el reconocimiento, la dotación de provisiones y la divulgación de información” sobre créditos dudosos.
Más allá, revela, el BCE también ha requerido a los bancos con altos niveles de créditos problemáticos que fijen “objetivos concretos para reducirlos”. “La celeridad con la que un banco puede reducir su nivel de NPL también depende de los sistemas jurídicos y judiciales nacionales”, advierte Nouy, indicando que la burocracia de algunos sistemas impide que esta carga se reduzca con rapidez.
Una carga en descenso
El informe subraya que “los elevados volúmenes de préstamos dudosos” con que carga la banca europea, “además de reducir la rentabilidad, hacen que los bancos afectados sean más vulnerables frente a cambios en el sentimiento de los mercados”.
El documento detalla que, según los últimos datos disponibles, de septiembre de 2016, la media ponderada de las ratios de créditos dudosos brutos de las grandes entidades europeas, las que supervisa directamente el BCE, se situó en el 6,49%.
La cifra supone una relativa mejora frente al 6,85% del primer trimestre de aquel año y especialmente sobre el 7,31% del tercer trimestre de 2015. Los datos agregados de las entidades significativas muestran que el volumen de NPL disminuyó 54.000 millones de euros entre el tercer trimestre de 2015 y de 2016 (de esa cifra, 15,59 mm de euros corresponden al tercer trimestre de 2016).
Por países, resulta especialmente elevado el ratio de Grecia, con un 47,05% de créditos dudosos; Irlanda, con un 17,75%; Portugal, con un 19,82% o Italia, con un 19,82%. España, según el informe del BCE, se mantiene por debajo de la media con un 5,86% si bien para el sector patrio los inmuebles adjudicados son un problema más grave. En todo caso, por debajo de estos niveles se sitúan Francia, con un 3,92% o Alemania, con el 2,44%.
Más allá del lastre que suponen los créditos problemáticos, el Banco Central Europeo señala como otras fuentes de preocupación a mantener bajo vigilancia los efectos derviados del brexit y el desembarco de las fintech, los nuevos competidores financieros de corte tecnológico que están creciendo en el mercado.
Nuevos efectivos para elevar la vigilancia
A fin de elevar los recursos disponibles para la vigilancia del sector financiero europeo, tras los primeros 18 meses de supervisión única (iniciada en noviembre de 2014), el BCE decidió incrementar su dotación de empleados.
En concreto, la decisión aprobada por el Consejo de Gobierno en diciembre de 2016 fue la de crear 141,5 puestos de trabajo adicionales a jornada completa para las actividades relacionadas con la supervisión en 2017. Para 2016 ya se aprobó la creación de 160 puestos de trabajo adicionales que a diciembre estaban cubiertos, o en proceso de estarlo, al 97%.
El año pasado, además, el BCE puso en marcha el primer programa de formación en prácticas para “crear una cantera de jóvenes talentos” dedicados a la supervisión de la banca.