¿Liderará Mapfre una oleada de fusiones entre aseguradoras?
El grupo podría aprovechar la fusión de Bankia y BMN para dar un golpe de mano
El presidente de Mapfre, Antonio Huertas, es una apasionado del ciclismo. Pero no de ver el Tour por televisión a la hora de la siesta, sino de salir cada fin de semana a pedalear con un club ciclista. Como aficionado a este deporte, Huertas sabe dosificar esfuerzos, pero también es consciente de la importancia de aprovechar las debilidades de los rivales para atacar.
El grupo Mapfre perdió el liderazgo en el mercado español de seguros en 2015, frente a Vidacaixa -la filial aseguradora de CaixaBank-. Era la primera vez en varias décadas que Mapfre cedía el maillot amarillo. La antigua caja de ahorros catalana, convertida en la primera entidad financiera del país, ha apostado por redirigir el ahorro de las oficinas desde los depósitos y las cuentas corrientes a seguros de vida-ahorro, lo que ha llevado a su filial a experimentar un fortísimo crecimiento en los dos últimos ejercicios. En 2016 emitió 9.500 millones de primas (el 15% del mercado), frente a los 6.700 millones de Mapfre en España.
"La cúpula de Mapfre tendrá que afrontar una decisión crucial: esprintar o esperar.
Con la fusión de Bankia y BMN, la cúpula de Mapfre tendrá que abordar una decisión crucial: esperar o esprintar. "Mapfre puede convertirse en un agente activo en la consolidación del sector, o puede optar por una actitud más paciente y esperar a que se resuelvan los contratos", explica un importante directivo de banca de inversión, especializado en el sector asegurador.
Los seguros que distribuye Banco Mare Nostrum tienen actualmente dos proveedores: Caser, para los seguros generales y para las pólizas de vida de la antigua Sa Nostra; y Aviva para los seguros de vida de las redes de Cajamurcia y Caja Granada.
"Los acuerdos de Aviva con todos nuestros socios incluyen una cláusula de exclusividad estricta", apuntaba ayer Ignacio Izquierdo, consejero delegado de Aviva España, durante la presentación de resultados de la compañía. El directivo recordaba que el regulador del sector (la DGSFP) ha sido muy flexible a la hora de permitir que una misma entidad financiera mantuviera acuerdos con varias aseguradoras. Pero la tendencia natural es que Mapfre acabe haciéndose con el control de todos los seguros del nuevo grupo, también los de BMN.
La opción de esperar
Aviva y Bankia ya se vieron las caras hace cinco años. La aseguradora era socia de Bancaja cuando se integró en Bankia, mientras que Mapfre era el socio natural de Caja Madrid -la caja que lideró la creación del nuevo grupo-. Al perder la exclusividad en el nuevo grupo, Aviva instó a la resolución del contrato y, finalmente, Bankia tuvo que pagar 608 millones de euros para quedarse con este negocio, para después revendérselo a Mapfre dos años después.
Mapfre puede optar por esta vía lenta. Aviva y Caser exigirán una importante cantidad por perder la posibilidad de distribuir sus seguros en la red de BMN, y será un árbitro o, llegado el caso, un juez, quien establezca dentro de varios años la cantidad que deberá abonar Bankia, y después recomprar Mapfre.
En 2014 Aviva recibió 267 millones de euros por haber perdido la exclusividad en la distribución de pólizas en Novacaixagalicia (ahora Abanca).
La vía rápida
La otra opción que tiene Mapfre es pasar a la acción. A su favor juega la situación de Aviva y Caser. En el caso de la filial de la primera, el grupo lleva meses analizando la viabilidad del negocio en España. Después de perder la red de venta de Bancaja, y la de Novagalicia, a medio plazo está predestinado a perder sus alianzas en BMN, con lo que tan solo le quedaría la venta en la red de Unicaja, y la venta con mediadores y con la mutua Pelayo Seguros.
"Aviva creó una estructura operativa para dar servicio a un volumen de pólizas muy grande, que no sería eficiente si se quedara solo con el negocio de Unicaja", apunta un veterano del sector. "Una buena opción es que Mapfre comprara el negocio de Aviva en España. La cuestión es el precio", apunta.
El consejero delegado de Aviva en España, Ignacio Izquierdo, restó ayer importancia a los rumores que hablan de la posible venta la compañía. "Es algo recurrente, pero lo cierto es que no hay nada de nada. En cualquier caso, nos parece estupendo que haya interés por nosotros. Peor sería que no generáramos ningún interés".
Por su parte, Caser es otra de las compañías damnificadas por la reestructuración del sector de las cajas de ahorros. Durante el proceso, han perdido importantes acuerdos de distribución. Aunque mantiene acuerdos de distribución con Ibercaja, Abanca, Liberbank, Unicaja y parte de BMN, lo cierto es que en su accionariado hay varias entidades financieras que quieren deshacerse de su participación.
"La salida de la presidencia de Ibercaja de Amado Franco puede suponer un antes y un después", apunta el director general de una aseguradora mediana. Franco es también el presidente de Caser, y quien más ha defendido su capacidad para mantenerse independiente, pero cada vez es más probable que haya un vuelco de accionistas que desean salir del capital.
Aviva emitió en 2016 primas por 860 millones de euros, y Caser por 1.400 millones de euros. Si Mapfre optara por dar un paso adelante en la consolidación del sector, tendría muchas posibilidades de recuperar el maillot amarillo.