Bruselas anticipa un ajuste adicional de 11.000 millones
Rebaja las previsiones de crecimiento de Rajoy, aunque España seguirá siendo uno de los países que más crecerá, con un avance superior al 2% del PIB
Palo y zanahoria para España desde Bruselas. Las nuevas perspectivas de invierno de la Comisión Europea sitúan a España como uno de los países que más seguirá creciendo, con un avance anual del PIB del 2,3% este año y del 2,1% en 2018, entre los 28 que componen la Unión Europea. Ambas estimaciones, sin embargo, están por debajo de las que el Ejecutivo presentó a Bruselas (2,5% y 2,4%) en octubre y muestran como los vientos de cola que han estado impulsando el crecimiento de España empiezan a perder fuerza. Especialmente relevante es el caso del petróleo, ya que España es importador neto de hidrocarburos (sólo produce el 0,2% de lo que importa). En 2014, el barril de crudo cotizó a una media de 74,5 euros; un año después bajó a 48,3 euros y el pasado año tocó suelo hasta los 40,8 euros. Por cada euro que se abarata el barril de crudo, el ahorro ronda los 500 millones de euros. En el mes y medio que ha transcurrido de 2017, la cotización media se ha situado en 52,2 euros. Si ese precio del crudo se mantiene en todo el ejercicio, el coste de importar petróleo para satisfacer las necesidades de consumo de hogares, empresas y administraciones públicas será de 25.369 millones de euros, lo que supondría un incremento de 5.540 millones de euros respecto a 2016.
La factura por el encarecimiento del petróleo será superior a los 5.500 millones este año
La economía española avanzará un 2,3% anual este año frente a la media del 1,6% de la zona euro y seguirá creciendo más que el resto de las grandes economías de la zona euro: Alemania (1,6%), Francia (1,4%) e Italia (0,9%). Una tendencia similar a la que se producirá en 2018, en el que el aumento del 2,1% estará por encima del alemán (1,8%), del francés (1,7%) y del italiano (1,1%). Ese diferencial de crecimiento es el que propiciará que la tasa de paro siga bajando, aunque a un ritmo más lento del previsto por el Ejecutivo español. En sus últimas previsiones apuntaban que la tasa de desempleo se situaría en el 17,6% este año (Bruselas augura una décima más) y del 15,6% en 2018 (cuatro décimas más). El informe de la Comisión alerta sobre el repunte de la inflación en España que, tras tres años en tasa negativa, crecerá con fuerza y se situará con un crecimiento anual del 1,9% este año (frente al 1,7% de media de la zona euro) y del 1,7% en 2018, tres décimas más que la media de los países con los que comparte moneda.
Las malas noticias proceden de las cuentas públicas. Si 2016 fue el primer ejercicio en el que España cumplió con el objetivo marcado por Bruselas (en gran medida por el punto adicional que se le concedió) desde que Mariano Rajoy llegó al Gobierno en 2011, las autoridades comunitarias consideran que volverá a incumplir este año y el que viene. En concreto auguran que España se desviará cuatro décimas este año (cerrará con un déficit del 3,5% del PIB frente al 3,1%) y otras siete décimas en 2018 (un desfase del 2,9% frente al 2,2% comprometido). De esta manera, el ajuste necesario para cuadrar las cuentas ascendería a 11.000 millones de euros.
El diferencial de recaudación fiscal respeto a la zona euro sigue en ocho puntos de PIB
Las últimas subidas de impuestos aprobadas en la parte final del pasado año, que afectaron al impuesto de Sociedades (que grava los beneficios empresariales) y al tabaco y al alcohol, no han servido para que Bruselas de el visto bueno a las previsiones de Rajoy. La diferencia de criterio se basa en que consideran que el Gobierno está sobreestimando el crecimiento del PIB y especialmente de los ingresos impositivos. La Comisión augura que España recaudará un 38,2% del PIB este año y el que viene, apenas dos décimas más (2.000 millones más) que en 2016, lejos de los 8.000 millones previstos por Hacienda si se suma el impacto de la subida en Sociedades, en tabaco y alcohol.
Una tendencia a la sobreestimación que se ha producido desde que Rajoy llegó al Ejecutivo y que ha llevado a que entre 2012 y 2016, la diferencia entre lo que previó el Ejecutivo en los Presupuestos y lo que se recaudó definitivamente rozó los 23.600 millones de euros. La media de recaudación en la zona euro se sitúa por encima del 46% del PIB este año y el que viene, con lo que el diferencial de ingresos con los países que integran esa región se sitúa en ocho puntos. Una brecha que se ve compensada en partes porque el porcentaje de gasto respecto al PIB (41%) es sensiblemente inferior al del resto de países de la zona euro, en torno al 47% del PIB.