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Inversión

Cómo evitar sucumbir a los charlatanes de la Bolsa

Los falsos gurús tratan de captar alumnos aparentando currículum o estatus

Operadores de Bolsa, en Wall Street (Nueva York).
Operadores de Bolsa, en Wall Street (Nueva York).Efe
Miguel Moreno Mendieta

Ganarse la vida con la Bolsa es el nirvana del cuñado: conseguir una renta fija mensual para poder vivir bien, aplicando un sencillo método de inversión; dedicar unas horitas a la semana a mover el dinero y luego poder tirarte a la bartola a vivir de las rentas... ¿Quién no lo querría?

A partir de 2010, con la generalización masiva de internet y tras quedar atrás los años más duros de corrección bursátil, han surgido cientos de academias, escuelas y formadores dispuestos a ofrecer clases sobre cómo ganar dinero en Bolsa. Hay cursos de todo pelaje, desde programas universitarios extensos y especializados para alumnos que acabarán trabajando dentro de la industria de la gestión de activos, hasta clases para amateurs organizadas en hoteles.

Detectar cuáles son los cursos buenos y cuáles bordean la estafa no siempre es fácil. Todos los promotores intentan tener un aura de profesionalidad y seriedad, pero hay algunas alertas que deberían saltar para desenmascarar a supuestos gurús de la Bolsa cuyo único interés es llenarse el bolsillo con las clases del curso, sin importarles si luego el alumno pierde hasta la camisa con inversiones arriesgadas. Antes de contratar una de estas clases es importante pararse a pensar:¿el que me dice que yo puedo ganar dinero en Bolsa, se gana la vida invirtiendo o sacándome el dinero?

Hay dos tipos de profesores de Bolsa. Los que tienen una vertiente académica, con una sólida formación y que ofrecen unos conocimientos técnicos para acercarse al mundo de la inversión; y los que basan su estrategia de captación de alumnos en una trayectoria de inversión excelente. En este último caso, la clave es saber si ese buen hacer bursátil se puede demostrar.

“Llevo 20 años encontrándome con personajes que venden métodos de inversión en Bolsa y que, al cabo de un tiempo, desaparecen”, explica Álvaro Guzmán de Lázaro, consejero delegado de azValor y uno de los gestores con mayor prestigio de España. “Cuando dicen que han ganado mucho dinero habría que tener alguna prevención: primero, que tengan un ‘track-record’ auditado por la CNMV; segundo, que puedan acreditar una trayectoria inversora larga, para ver qué resultados obtuvieron cuando los mercados iban mal; y, por último, que puedan explicar cómo lo han hecho. Que su método no sea una caja negra”.

Uno de los trucos que suelen utilizar los falsos gurús bursátiles es adornar su curríclum, o directamente inventárselo. Como este tipo de cursos está dirigido a personas que saben poco respecto a los mercados financieros, es fácil deslumbrarles mencionando supuestos trabajos en hedge funds de otros países; puestos de asesoramiento para grandes fortunas... Normalmente las descripciones son bastante ambiguas, para que sea más difícil seguir el rastro.

“Cuando se van a desembolsar 400 euros o 1.000 euros para hacer un curso de Bolsa es importante saber que el profesor es quien dice ser”, explica el director general de una de las grandes gestoras de fondos españolas. “En los tiempos de Google, el alumno debería dedicar un rato para comprobar si las compañías en las que dice haber trabajado el profesor existen y si hay algún rastro de que prestó sus servicios para esas firmas”, apunta.

Cuando se van a pagar cientos de euros para adquirir unos conocimentos también es clave que la institución que lo imparte sea solvente. El Instituto de Estudios Bursátiles (IEB), por ejemplo, es un centro que lleva 25 años dedicados a la formación en economía financiera. Alvaro Rico, coordinador académico del IEB explica que la idea surgió cuando la Ley del Mercado de Valores abrió la actuación bursátil a todo el mundo. “Vimos la necesidad de formar especialistas con rango universitario en Bolsa y finanzas”.

A su juicio, las personas que estén buscando formación en este campo deberían fijarse “en la solidez y calidad de la enseñanza de la institución que ofrece los estudios, en el ‘expertise’ y reputación de los profesionales que lo imparten, así como en los embajadores de marca, es decir, los profesionales que han pasado por la institución que trabajan en los mercados y son ejemplo de que los conocimientos adquiridos les han servido para ejercer su oficio con éxito”.

Además, añade otro factor, y es el hecho de que “el proceso de aprendizaje esté reconocido jurídicamente por las instituciones educativas”. Muchas de las escuelas que ofrecen cursos de Bolsa no tienen ningún tipo de homologacion académica. Incluso proliferan las clases en las que la única garantía es el supuesto prestigio del profesor.

4Los charlatanes profesionales saben cómo deslumbrar a la audiencia. Ese es su trabajo. En el mundo de la Bolsa, se valen de la codicia del personal para cegarlos. Transmiten una imagen de éxito profesional, hacen creer a los posibles alumnos que han ganado mucho dinero en los mercados financieros, organizan las conferencias en hoteles de cuatro o cinco estrellas... Así transmiten una sensación de poderío económico, de confianza.. que atrae a los alumnos, deseosos de ganar el mismo dinero que ha ganado el profesor.

“Ganarse la vida con la Bolsa es prácticamente imposible a no ser que tengas un patrimonio de más de 500.000 euros y una gran capacidad como gestor”, explica un trader que lleva diez años siguiendo los mercados y que actualmente asesora un fondo de inversión de Renta 4. “Hay que tener en cuenta que sacar de forma consistente un rendimiento anual del 10% es dificilísimo. Solo un puñado de los mejores gestores profesionales lo consigue. Aun así, si pudieras tener 100.000 para invertir en Bolsa, y suponiendo que un aficionado pudiera hacerlo tan bien como ese puñado de expertos, sacaría tan solo 10.000 euros al año, una cantidad que no te da para vivir”, argumenta.

La plataforma de análisis de fondos de inversión Morningstar tiene más de 100 categorías de estrategias de inversión: los fondos que solo invierten bonos emitidos por países emergentes; los que tienen en su balance grandes compañías norteamericanas; aquellos con estrategias que se benefician de las caídas de los mercados...

Cada tipo de fondo suele tener un buen comportamiento en función del momento de mercado, pero ninguna familia logra ganar de forma sistemática. Ni siquiera los hedge funds, que suele reunir a las mentes más brillantes de la industria buscando estrategias de inversión alternativas. Los tres últimos ejercicios en este tipo de fondos han sido muy negativos.

“Cuando un curso de Bolsa vende una estrategia de inversión muy definida, deberían saltar las alarmas del alumno. Sobre todo cuando proponen a personas con escasos conocimientos financieros el uso de complejos productos financieros”, apunta un profesor de estudios bursátiles en una universidad española.

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Algunos cursos de Bolsa tan solo son el anzuelo para que el alumno acceda a un entramado en el que seguirá pagando comisiones y más comisiones. “Hay gente que más que un profesor de Bolsa es un captador de inversores para un bróker. El negocio no es tanto lo que cobra por impartir la formación. Cuando acaban las clases, recomienda a los alumnos que quieran operar en el mercado que lo hagan a través de una firma de corretaje bursátil, de la que cobra un sueldo”, explica un experto.

En estos casos, el alumno no suele ser consciente de esta relación, que muchas veces está oculta, pero la principal motivación del profesor es conseguir el mayor número de alumnos posible operando con el bróker con el que tiene el acuerdo.

Un aspecto crucial en los cursos de Bolsa de baja calidad es el empleo masivo de la publicidad para llegar a un público poco cualificado. “Insertan anuncios en prensa generalista o en prensa local, siempre con el gancho de ganar dinero en Bolsa de la mano del gurú de turno. Así es como consiguen atraer a la mayor parte de los alumnos”, explica el director general de la gestora. “En muchos casos, las fórmulas que utilizan en los anuncios, y luego en los cursos, son propias de la teletienda”.

Otro aspecto para ganar credibilidad ante la potencial audiencia es la colaboración en medios de comunicación. Aparecen como expertos en Bolsa, ofrecen un análisis somero de la actualidad, y ganan así reputación y prestigio.

Basta con teclear en Google “cursos de Bolsa” para obtener 12,9 millones de resultados. Las universidades ofrecen formación en mercados financieros, las escuelas de negocios también, los bróker ofrecen cursos grautitos, incluso la Bolsa (BME) ofrece cursos de Bolsa. Un marasmo en el que los neófitos pueden perderse con mucha facilidad.

Otra institución que lleva más de 25 años tratando de transmitir una serie de conocimientos financieros de forma rigurosa es la Fundación de Estudios Bursátiles y Financieros (FEBF). Su directora general, Isabel Giménez Zuriaga, explica que el mayor objetivo de la Fundación es conseguir divulgar la cultura financiera.“La cultura mediterránea suele ser muy descuidada en la gestión del patrimonio, pero es importante que la gente sea consciente de las decisiones financieras que toma, de los gastos en los que incurre, de los activos en los que invierte”, argumenta. “Para ello es fundamental poder dedicarle un tiempo, y no pensar que se puede ganar dinero en Bolsa de forma fácil”.

Sobre la firma

Miguel Moreno Mendieta
(Madrid, 1979) es licenciado en Derecho y Economía por la Universidad Carlos III. También cursó el Máster de Periodismo de El País. Se incorporó al periódico Cinco Días en 2006, tras pasar por la web de El País y Mi cartera de Inversión. Escribe sobre el sector financiero, con un foco especial en fondos de inversión y los seguros.

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