Japón no es el enemigo de Trump
Abe va a lanzar un plan de empleo e inversión en EE UU para responder a los ataques de su presidente
Japón no es el enemigo económico de Washington, pero el primer ministro Shinzo Abe está preparando un gran paquete de inversiones y creación de empleos en EE UU para aplacar a Donald Trump, pocos días después de que este se quejara de la devaluación deliberada del yen. Tokio no tiene más remedio que responder, a pesar de que ya es un importante aliado financiero y político.
El yen se ha debilitado desde que Abe asumió el cargo –de 86 unidades por dólar en 2012, a 112. Pero eso es un feliz efecto secundario de los movimientos para revivir la economía, como la enorme compra de bonos por parte del Banco de Japón. Si acaso, el yen estaba demasiado fuerte, mientras que la política monetaria de EEUU había hundido el dólar. Pero comprar bonos es diferente a intervenir directamente en los mercados de divisas, y Japón se ha abstenido de intervenir desde 2011.
El paquete previsto por Tokio creará 700.000 nuevos puestos de trabajo e invertirá 140.000 millones de euros
El impulso teórico a la competitividad no se ha traducido en un aumento de las exportaciones japonesas, que están todavía un quinto por debajo de su pico pre-crisis financiera. Y la balanza comercial de bienes con EE UU se ha reducido en 7.400 millones de euros en cuatro años, hasta los 65.000 millones anuales.
En América, los consumidores consiguen coches a precios interesantes. La enorme reserva de bonos del Tesoro de Japón ayuda a mantener bajos los costes de endeudamiento de Washington y el país asiático ha destinado 405.000 millones de euros a inversión extranjera directa en EEUU.
La promesa potencial de Abe de crear 700.000 nuevos empleos en EE UU e invertir 140.000 millones no es un caso aislado. Primero las compañías estadounidenses, luego ejecutivos extranjeros como Masayoshi Son, de SoftBank, y ahora los políticos se están alineando para rendir homenaje al presidente Trump. Japón, por lo menos, resistirá cualquier intento de interferir en su política económica y monetaria. Es más que suficiente. Es indudable que EE UU tiene enemigos, pero Japón no está entre ellos.