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Tribuna
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Crisis y revolución idiomática

Si comparamos la penetración de los cursos de idiomas en España con la de países de nuestro entorno, el desnivel sigue siendo brutal

Desde 2007, año en el que la crisis económica empezó a golpear nuestra economía, la demanda de formación en idiomas ha crecido de forma espectacular. No solo con el inglés: idiomas que antes eran segundones, como el alemán, el chino o el francés, tienen ahora un tirón impresionante.

La crisis de estos años ha servido para que los profesionales –jóvenes o no– y estudiantes universitarios sean conscientes de la importancia de manejar bien varios idiomas. Se puede decir que la situación nos ha ayudado a que se nos caiga la venda de los ojos. En un mercado de oferta laboral tan competitivo, se ha convertido en imprescindible sumar al currículum valor añadido. Los idiomas son hoy mucho más que eso. Son una herramienta de trabajo que se considera indispensable para optar a determinadas ofertas laborales.

Si comparamos la penetración de los cursos de idiomas en España con la de países de nuestro entorno, el desnivel sigue siendo brutal. Y una población no ya que sea capaz de manejarse en inglés, sino que lo domine al 100%, es imprescindible en el cambio de modelo económico de este país.

El estudiante español tiene, en general, un nivel medio de idiomas, pero es muy exigente con sus profesores. Influyen varios factores: en primer lugar, todos recuerdan el fiasco de ciertos negocios de idiomas en este país. Las familias buscan garantías y solo acuden a negocios que transmiten profesionalidad: ya nadie se apunta a chiringuitos.

"La demanda para estudiar cursos de idiomas en centros privados se ha disparado desde 2010 en un 150% en España"

Por otro lado, para el español el ocio es un bien muy preciado. Cualquier oferta formativa está constantemente compitiendo con mil planes atractivísimos. El alumno necesita efectividad, sentir que está progresando, para que le valga la pena. Esto es clave para la fidelización, sobre todo, del cliente adulto, pero también de los más jóvenes: cada vez hay más padres que hablan inglés y son capaces de saber exactamente si su hijo está aprendiendo o no.

La importante salida al extranjero de estudiantes y profesionales en busca de un puesto de trabajo ha provocado un nuevo ranking de idiomas más demandados.

Sin duda, el inglés sigue siendo hoy por hoy el idioma más utilizado a nivel internacional y prácticamente obligatorio para quien desee emprender fuera de España. Y si se trata de sectores especializados como el financiero, la exigencia es notablemente superior.

El portugués es hoy el cuarto idioma más hablado del mundo y lengua nativa de Brasil y Portugal. Ambos ofrecen un amplio abanico de oportunidades laborales, y en el caso brasileño, su potencial económico es inmenso.

Pero el idioma de mayor número de hablantes en el mundo, con 1,1 billones de personas, es el chino mandarín. El gigante asiático es la cúspide de la tecnología, industria y extracción, con un crecimiento imparable. Si bien es una lengua especialmente complicada, conocer al menos algunas palabras en el idioma puede ayudar enormemente a agradar y hacer negocios con nativos.

El ruso tiene más de 300 millones de hablantes en el mundo y es especialmente útil para los emprendedores abocados a la tecnología, energía y manufactura. Rusia se encuentra en constante crecimiento y su economía se fortalece, por lo que puede ser un gran aliado de negocios.

Otro de los más demandados hoy es el alemán. Se trata del país que ha sostenido a Europa durante la crisis, con una producción masiva y crecimiento económico a pesar de las penurias de los vecinos.

Una de las claves del crecimiento de este sector radica en la enseñanza de idiomas, que ha vivido un auténtico boom durante la crisis, ya que se ha aumentado exponencialmente la demanda de aprendizaje. No en vano, el 70% de las ofertas laborales requieren el dominio de un segundo idioma, según la Fundación para la Investigación y Desarrollo de la Cultura Española (Fidescu).

La necesidad de muchas personas en paro de mejorar sus currículos y las nuevas exigencias académicas, que obligan a acreditar el dominio de una lengua extranjera para obtener un título universitario, han despertado en los últimos años una fiebre generalizada por el certificado de inglés. La demanda para estudiar cursos de idiomas en centros privados se ha disparado desde 2010 en un 150% en España.

Al final, la crisis ha servido, entre otras cosas, para poner en valor la necesidad de actualizar y ampliar la formación de estudiantes y profesionales que han salido fuera, y para que el sector de las escuelas de idiomas esté viviendo una época dorada sin precedentes. Como se ve, no hay mal que por bien no venga.

Belén Delgado es fundadora de The Green Monkey.

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