Lecciones de liderazgo a través de ‘locos’ creativos
Un diseñador, un historiador y un percusionista enseñan a la alta dirección empresarial
A veces es necesario un soplo de aire fresco que renueve el interior de las organizaciones. En un entorno incierto, donde parece que cada decisión está calculada al milímetro para que nada falle, lo que falta es precisamente ese punto de espontaneidad, diversidad de opiniones y creatividad, muchas veces abanderado por un equipo o un profesional que, justamente por su naturaleza, marca la diferencia respecto al resto. “Hay muchas organizaciones con perfiles versátiles y capaces de dar ese toque diferencial, pero si los altos directivos no les acompañan, el proceso se lastra”, explicó el fundador y director creativo de Move Design, Ignacio Germade, en la jornada Personas y equipos que marcan la diferencia, organizada por la Asociación para el Progreso de la Dirección (APD) e Infova, ayer en Madrid.
Uno de los principales escollos que hoy tienen las compañías es saber conectar con sus usuarios y sus consumidores. “Para ello el diseño puede ser una buena herramienta”, prosiguió Germade, quien también fue director creativo de Sapient, responsable creativo de Vertu y de diseño de Motorola, empresa esta última en la que, cuenta, tuvo el privilegio de contar con un jefe que sabía que el diseño era una buena baza para llegar al usuario, “por lo que tuve la suerte de poder participar en el proyecto de varios móviles de la marca”.
Cuenta Germade cómo la creatividad, aquello que simplemente es diferente a lo establecido, despierta ese sentimiento en el resto del equipo. Trabajando en la filial europea de Motorola hace casi 10 años, prosigue, tenían la norma de no poder entrar en la oficina con los zapatos de la calle. “Se podía estar descalzo o en zapatillas de estar por casa. Eso para nosotros era algo corriente, pero cuando había reuniones con los directivos y jefes de otros sectores, al principio se quedaban descolocados”. Pero gracias a esto las dinámicas de las reuniones cambiaron, se convirtieron en más abiertas y pasaron a ser mucho más relajadas. “Esto es precisamente lo que aporta la creatividad, destruye esos lastres que te obligan a aparentar, a fingir, a estar atado”.
Los equipos que trabajan con creatividad hacen aflorar este sentimiento en el resto de profesionales. Muchos, además, lo tienen reprimido
Lo que necesitan las empresas son este tipo de perfiles. A ellos se refirió el historiador especialista en liderazgo y director de Historia Activa, Nacho Soriano, gracias a un viaje a través de los grandes acontecimientos históricos que cambiaron el curso de la medicina y de la humanidad. “Son líderes sanadores, curativos”. Así, cuando en la antigua Grecia la medicina se reducía a sacerdotes sin conocimientos sobre la materia, surgieron los considerados como padres de esta ciencia: Hipócrates y Galeno. “El primero de ellos, que vivió en el siglo V a. C., puso por primera vez al enfermo en el centro, escuchándolo, tomando nota para aprender y comprender los síntomas. Esa es la característica principal de un buen líder: escuchar”, comentó Soriano.
La otra es la práctica, prosiguió el historiador. “Si Hipócrates estaba obsesionado con la observación, Galeno lo estaba con la acción, siendo el primer médico en operar y coser heridas. Los líderes siempre aparecen en momentos de conflicto, cuando parece que nada tiene solución”. Así, de salto en salto histórico, Soriano repasó los principales hitos de esta ciencia. Desde Ambroise Paré (siglo XVI), quien hizo un exhaustivo análisis de la anatomía humana y democratizó la medicina al escribir manuales en su lengua natal y abandonar el latín, hasta Marie Curie (1867-1934), quien creó las primeras máquinas de rayos X para mitigar los daños de los heridos de la Primera Guerra Mundial. “Los líderes son los que convencen al resto de que les sigan, como hizo Paré, y aquellos que ofrecen nuevas soluciones y decisiones en tiempos difíciles”, como fue el caso de la química y primera mujer en ganar el Nobel.
- El arte como ejemplo
Sin embargo, estos perfiles disruptores, precisamente por salirse en cierta manera del marco establecido, a veces no encuentran la suficiente valentía para dar el salto definitivo que impulse sus proyectos. En este punto, los profesionales de ramas más artísticas pueden servir como inspiración para la alta dirección de las organizaciones. Así lo cuenta el director de la agrupación musical Bloco do Baliza, Guillermo Díaz, quien lleva la batuta de este grupo de músicos y percusionistas. “Yo quería dedicarme a la samba, pero no es fácil vivir de ella”. Decidió arriesgar hace 13 años y formar este grupo que hoy engloba a cerca de 150 miembros. “Muchas veces, por no confiar en tu talento no te decides a dar el salto”, cuenta.
Esto es algo muy común en el mundo empresarial, ya que por miedo a salirse del canon, muchas ideas se quedan en el tintero. Y lo que es más grave, ya no solo por el recelo que supone lanzar un proyecto atrevido: hay ocasiones en las que los talentos no afloran porque están reprimidos. Esto es algo que Díaz, buen conocedor de la cultura de la sangre, compara con la idea extendida de que “los brasileños llevan el baile en la samba. Yo no lo veo así, simplemente creo que los brasileños la han escuchado y sentido desde siempre”.
Por esa razón, Díaz recomienda esconder los complejos y lanzarse a la aventura. “En nuestro caso, no todos los que llegan al bloco tienen conocimientos musicales. Y no hace falta, porque muchas veces, como no los hemos desarrollado, pensamos que no los tenemos. Pero ahí están, solo hay que encontrarlos. Estos atributos, asegura, no solo se quedan en la música, son también los que permiten la labor de dirigir y liderar equipos y personas.