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¿alianza antiglobalización o simplemente miedo al futuro?

La Primera Ministra británica, Theresa May, pronuncia un discurso clave hoy. Desde el sorprendente resultado del referéndum británico sobre la pertenencia a la UE (triunfo del Brexit) en junio pasado, el gobierno del país sufre presiones para que aclarare definitivamente su postura de cara a la negociación con la UE. Hoy, a menos de tres meses de que acabe el plazo que ella misma se estableció (Marzo de 2017), parece ser el día y todo parece apuntar, en base a las filtraciones que se han podido conocer del mismo, que el gobierno británico está preparándose para un «Brexit duro», es decir, uno que implique una salida completa del Reino Unido del mercado único.

Las negativas del núcleo duro de la UE a separar mercado único del control de las fronteras y la jurisdicción del Tribunal Europeo de Justicia, parece ser que empujan al país a sacrificar el mercado único para mantener así el control de la inmigración. En este sentido, los mercados vienen reaccionando en los últimos días y se ha traducido en mínimos de la libra esterlina (no vistos en más de tres décadas) y que la llevó a cotizar la semana pasada por debajo de los 1,20 USD/GBP (1,1983).

Enfrente de esta opción de miedo se sitúan los líderes empresariales, claramente partidarios de mantener contra toda opción el acceso lo más amplio posible al mercado único. Por el contrario, de su lado se encuentra el presidente electo ameriano Donald Trump que en una entrevista conjunta este domingo con el diario alemán "Bild" y el británico "The Times" califica al Brexit como "una gran cosa” para el Reino Unido.

Incluso, haciendo uso de una visión particular de la historia, recordaba que la UE fue creada, en parte, para enfrentarse a EE.UU. comercialmente. También afirma que para él es indiferente que los europeos estén unidos o separados, vaticinando nuevas "secesiones" dentro del proyecto. Trump (como ahora parece ser que también opina May) subraya la necesidad de reforzar los controles fronterizos frente a la globalización. En este sentido Trump no descarta que los europeos puedan verse afectados, por la nueva política de aranceles que pretende instaurar en su país y apunta a la industria automovilística.[1]

A medida que se acerca la fecha de la toma de posesión de Trump (el próximo 20 de enero) vamos descubriendo más facetas de las políticas económicas del nuevo presidente. Frente a los planteamientos que estuvieron vigentes en la última parte del año pasado (bajadas de impuestos, subidas de tipos de interés, repatriación de capitales, plan de estímulo...) empieza a emerger ahora lo más "rancio" del proteccionismo económico. Los argumentos simples, que solucionan tanto un catarro como un cancer terminal, y que son más propios de los «vente pomadas milagrosas» y telepredicadores.

Pero, lo peor de todo, es que todavía hay «tontos ilustres» que al calor de proclamas como las de recorte de impuestos (otro de los remedios habituales para solucionarlo todo, incluso aunque se tenga un fuerte déficit público) y otras sandeces sin el más mínimo sentido, dan cobertura a todo esto. Hacen compatible un aumento del gasto público con la reducción de los impuestos. Encima el gasto que se bendice es el de las infraestructuras (que siempre queda bien) a pesar de que, como en España, no esta demostrado que haya servido para nada positivo. Y lo hacen igualmente compatible con la proclama de que los agentes privados son el motor del crecimiento y no el Estado. Por si fuera poco alguno de ellos proclamaban, eso si antes de saber quien iba a ser el nuevo inquilino de la Casa Blanca, que Trump era todo un desastre.

¿Seguirán pensando igual los mercados?

¿Se mantendrá vigentes estos argumentos o se comportará el USD como lo esta haciendo la GBP?. Porque esta última es otra de las fuertes incongruencias a las que estamos asistiendo.

NOTAS:

  1. http://internacional.elpais.com/internacional/2017/01/16/actualidad/1484595203_707891.html

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