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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

El mercado inmobiliario se acelera

En esa ebullición están jugando papeles determinantes los fondos de inversión internacionales, las socimis y los inversores privados

Edificio España.
Edificio España.Pablo Monge

La recuperación inmobiliaria en España viene impulsada por un saludable momento inversor que le está imprimiendo actividad mucho más allá de la salida de la gran crisis del sector. En esa ebullición están jugando papeles determinantes los fondos de inversión internacionales, las socimis y los inversores privados. Las razones son variadas. El alto ritmo de inversiones se apoya en los bajos tipos de interés, lo que proporciona facilidades para endeudarse, y ello con una diferencia sustancial frente al anterior periodo de fuerte crecimiento que dio lugar a la burbuja: hoy los protagonistas presentan, en términos generales, niveles mucho más altos de profesionalización del negocio y transparencia que entonces. El escenario atrae a los fondos también por rentabilidad, sobre todo frente a la renta fija. Todo ello se encuadra en un plus de confianza que proporciona la oferta española a los inversores internacionales, acrecentada por la solución a la crisis y, más recientemente, por la superación sin traumas del largo periodo de estancamiento político y con el Gobierno en funciones.

Los grandes fondos, que invierten directamente pero también son accionistas en buena parte de las socimis, han detectado una clara recuperación de la demanda interna, que se refleja en la aceleración del sector. Pero los inversores también se encuentran con precios muy competitivos de unos activos que en buena parte no eran sino una rémora en el balance de las entidades bancarias.

El ecosistema del sector ha ganado en diversificación y profesionalidad, y más allá del mero negocio residencial –en el que se empiezan a detectar también nuevas inversiones– han dado un salto cualitativo y también cuantitativo. Y la mejor prueba de ello son las operaciones registradas ayer mismo en el mercado. El grupo hotelero Riu ha llegado a un principio de acuerdo para tomar hasta un 30% del Edificio España, que el empresario Trinitario Casanova comprará a la china Wanda por 272 millones de euros. Además de apostar por un proyecto que aún presenta incógnitas en cuanto a la rehabilitación del histórico rascacielos madrileño, la compañía balear amplía su negocio hotelero con el nuevo Riu Plaza que ocupará parte del inmueble. Por su parte, Merlin, la socimi líder recién fusionada con Metrovacesa y que cuenta con fondos frescos tras desprenderse precisamente de casi todos sus hoteles por 535 millones, ha adquirido la emblemática Torre Agbar de Barcelona, de oficinas, por 142 millones. A la vez, los fondos Intu (británico) y TH Real State (de EE UU) pujan por Madrid Xanadú, puesto a la venta por Invanhoé Cambridge (canadiense). Una operación que, con unos 500 millones, batirá el récord español en este segmento. Esta frenética actividad en los negocios de hoteles, de oficinas y de centros comerciales es el sello identificativo de un nuevo sector, mucho más moderno, que debe tener la sostenibilidad como libro de cabecera.

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