Guindos: “El mayor error sería dar marcha atrás a las reformas”
El ministro de Economía defiende la agenda reformista del Gobierno frente a la propuesta de la oposición de derogar la reforma laboral
El ministro de Economía, Luis de Guindos, envío ayer, durante la séptima edición del Spain Investors Day, un claro mensaje a los partidos políticos: “El mayor error sería dar marcha atrás a las reformas aprobadas en los últimos años”.
La insistente defensa de la agenda reformista del Gobierno, llevada a cabo en los años más duros de la crisis, se hizo evidente en un sala repleta de inversores y empresarios preocupados por el planteamiento de la oposición de derogar, en concreto, la reforma laboral.
“Este retroceso sería una mala señal para el mercado”, –reiteró–, al considerar que gracias a dichas modificaciones, –entre ellas la financiera, educativa y fiscal–, España ha recuperado la competitividad perdida. De ahí que la principal meta que se ha fijado el Ejecutivo para este año es la de “mantener sus reformas”.
A este objetivo se añaden la consolidación fiscal, la revisión del sistema de Seguridad Social, la reducción de la elevada deuda ante el previsible aumento de los tipos de interés y el mantenimiento de la solvencia bancaria. En este sentido, Guindos reiteró que la fusión entre Bankia y BMN puede generar importantes sinergias que redundarían en beneficios para ambas entidades. “Tiene sentido, puesto que pueden complementarse en muchos negocios”, sostuvo.
Pese a los deberes hechos y a la afirmación rotunda de que el crecimiento de la economía española en 2016 será tan fuerte como el del año anterior, que se calcula por encima del 3% del PIB –a la espera de las cifras definitivas de la Encuesta de Población Activa (EPA) y los datos macroeconómicos del Instituto Nacional de Estadística (INE) correspondientes al último trimestre–, los inversores cuestionaron la situación de un Gobierno en minoría, su capacidad para consensuar tareas urgentes como el déficit de la hucha de las pensiones, los presupuestos y hasta incluso su papel en las negociaciones europeas tras el brexit.
Pero De Guindos mostró optimismo, al argumentar que están de acuerdo en los grandes problemas que afectan a la sociedad, y como un mantra repitió su intención de no volver atrás, sino de seguir hacia adelante con sus políticas. De hecho, la jefa de la oficina económica de la Moncloa, Eva Valle, había avanzado por la mañana en el foro que el PIB creció un 3,3% en 2016, una décima por encima de los cálculos del Ejecutivo.
Por eso, apeló a la responsabilidad de los demás grupos políticos para alcanzar los acuerdos necesarios que permitan seguir en la senda de crecimiento, de generación de empleo y de avance de la competitividad. Sin embargo, reconoció que no hay lugar para la complacencia, pese a que el escenario español es muy diferente al de hace un año, por la elevada deuda y la fragmentación del Parlamento.
El panorama exterior es otro hándicap. Para De Guindos será “difícil, complejo”. Primero, por la fragilidad económica global; segundo, por la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca, con dudas respecto de la política monetaria y fiscal futura y la amenaza que supone un hipotético incremento del proteccionismo; tercero, porque considera que “no será fácil” el proceso de salida de Reino Unido de la Unión Europea, y cuarto, por el calendario electoral europeo y el impacto del populismo en toda la región. “Creo que nuestros ciudadanos europeos son más inteligentes de lo que los populistas creen”, advirtió.
Sobre Europa, fue crítico. Se refirió a la necesidad de retomar las negociaciones para avanzar en la tan anhelada unión bancaria europea; que los Estados miembros compartan responsabilidades en momentos de crisis, de riesgo conjunto de todo el sistema; en la importancia de trabajar para que haya una mayor coordinación en política fiscal y en la centralización de las estrategias económicas, así como de contabilidad financiera.
Además, puso el acento en el impulso de políticas comunitarias y de integración ante la crisis migratoria que aún queda sin resolver. “Debemos comenzar a movernos hacia un sistema con base institucional”, concluyó.
Los inversores coinciden en que la evolución macroeconómica de España es positiva, aunque siguen echando en falta más reformas y queda la espinita sobre cuánto durará la calma relativa. De ahí la férrea cruzada de De Guindos.