Qué piden los emprendedores para el nuevo año
Un Gobierno estable, cambios en la regulación fiscal y más asesoramiento experto
España se encuentra a la cola del emprendimiento europeo. Según el último informe del Foro Económico Mundial, hecho público esta semana, ocupa los últimos puestos, tanto en el rango de los emprendedores que inician nuevos proyectos de la nada, en la posición 22 de un total de 28, como en los innovadores intraemprendedores, es decir, aquellos que lanzan su iniciativa desde dentro de la organización, en el puesto 26 de la lista de los 28.
La falta de financiación, tanto pública como privada, sumada a otras trabas, como los retos a la hora de internacionalizarse o de contar con el asesoramiento necesario antes, durante y después de empezar un proyecto, han sido varias de las principales razones para que España no sea conocido como uno de los países con más facilidades a la hora de lanzar una idea y hacerla palpable. Sin embargo, 2017 se erige como un punto de inflexión en el que, aunque no se asegura un cambio de paradigma, comienzan a darse las condiciones para, al menos, poder mejorarlo.
Contar con un Gobierno, aunque no sea estable, junto a la leve recuperación económica son algunas de esas claves. Otras, sin embargo, continúan sin llegar, y juntas constituyen la carta de deseos que los emprendedores piden para el nuevo ejercicio.Y es que el año que se acerca cuenta con un detalle que, si bien hace unos años carecía de importancia por darse por supuesto, en los últimos meses se ha convertido en incierto y, por lo tanto inseguro. “Nos referimos al Gobierno”, explica Sébastien Chartier, consejero delegado de Creaventure y cofundador del evento Salón MiEmpresa. Tras varios meses en un escenario movible y totalmente tambaleante, el primer deseo que el mundo emprendedor pide para 2017 es que el recién formado Ejecutivo sea “un Gobierno estable”.
“Lo que más nos fastidia a los emprendedores es estar sumidos en un panorama inseguro en el que continuamente cambian las reglas del juego”, prosigue Chartier. Ese es el principal lastre que la situación ha generado en estos últimos meses a los innovadores que tenían en mente lanzar un proyecto: “Con una situación incierta se tambalean las cuentas, los presupuestos pueden modificarse cada poco tiempo y los contratos y cuentas se ven afectados”. Un Gobierno estable es, en definitiva, la garantía para que la situación sea constante y mínimamente segura. Pero esta no es la única razón por la que este deseo es el principal. Un Ejecutivo estable repercute de forma directa no solo en la situación fiscal de las empresas, sino en el panorama emprendedor en su conjunto. “Es uno de los puntos más importantes porque también genera, entre otros aspectos, confianza para los empresarios españoles e internacionales, así como para los inversores”.
- Financiación
Un Gobierno estable es la garantía para contar con un panorama apto para emprender
Parece obvio que sin una situación propicia no pueden sentarse las bases para lanzar un proyecto rompedor. Sin embargo, una vez que el primer paso está resuelto, le llega el turno a las siguientes exigencias. “Uno de los aspectos que más puede agradecer el ecosistema emprendedor, que es una de las mayores garantías de creación de riqueza, es que se tomen medidas que faciliten la financiación en los momentos más cruciales para el desarrollo de una empresa, es decir, en sus inicios”, en palabras de la presidenta de Spain Startup, María Benjumea.
En este sentido, los emprendedores solicitan cambios en la financiación relativa a la fase inicial, “por ejemplo, en aquella que afecta a los conocidos como business angels, que tienen una situación fiscal realmente terrorífica”, prosigue Benjumea. “En general, sería aconsejable que se diesen más facilidades a todos los agentes que conforman las iniciativas de economía colaborativa para la financiación de algunas ideas que, pese a ser buenas, cuentan con pocos recursos”, reclama Chartier. A esta situación se le suma, además, que para poder acceder a los modelos de financiación tradicionales, en gran parte de los casos hay que recurrir a parámetros clásicos, “que precisamente las startups y los proyectos disruptores, por su propia naturaleza, no cumplen”, recalca Benjumea.
Pero las dificultades no solo se encuentran al inicio del camino. En opinión de Chartier, suele profundizarse, aunque no siempre de forma certera, en las trabas del comienzo, pero se dejan de lado las complicaciones que surgen en el día a día, cuando el proyecto ya se ha lanzado. “En este sentido, en España hay un problema desde hace mucho tiempo. Las compañías se lanzan y existen muchas políticas y palancas para facilitar su nacimiento, pero las cifras están ahí: el 90% de las nuevas empresas desaparece al cabo de los cuatro o cinco años de su salida y el 70% de ellas ni siquiera llega a los tres años de vida”.
- Asesoramiento
Por eso, una buena idea para consolidar el panorama emprendedor sería darle continuidad a “esos organismos que te explican cómo montar una compañía, cómo contratar y qué aspectos tener presentes al inicio, pero que te dejan tirado más adelante”, apunta Chartier. Así, en vez de focalizar toda la atención en la creación, “sería necesario preocuparse más por la perseverancia y por la continuidad de los proyectos”. De esta forma, sería posible contar con asesoramiento que aconsejase en materia de internacionalización, lanzamiento de nuevos proyectos o gestión de la jubilación de los empleados, entre otros detalles.
Relacionado con este punto, le toca el turno a otros deseos indispensables para que un proyecto tenga futuro: el talento y los lugares y momentos para hallarlo. Y aunque ya los hay, en opinión de Chartier “falta mucho apoyo a las pymes, puntos de encuentro y de lugares donde surgen los negocios. El papel del Gobierno es favorecer estos encuentros que permitan crear negocios y sinergias, y hoy por hoy está muy lejos de la situación de las empresas recién nacidas”.
La lista de deseos ya es amplia, no tanto por la cantidad de demandas, sino por la dificultad de poder implantar todas ellas. Pero puestos a pedir, otra de las exigencias del sector emprendedor tiene que ver con la regulación y la legislación. “Las compañías españolas, al igual que las startups europeas tienden a internacionalizarse con cada vez más peso y frecuencia”, continúa Chartier. Y así como tropiezan con muchas piedras en el camino en materia de asesoramiento, ocurre algo similar debido a los problemas legales, entre otros aspectos porque la regulación no se adapta a la de otros países europeos. “Sirva como ejemplo el caso de Blablacar o de Airbnb, que encuentran problemas únicamente en España”.
Un cambio de mentalidad intraemprendedora
No hay duda de que la financiación es fundamental para el lanzamiento y el devenir de un proyecto innovador que surge sin recursos. Sin embargo, en opinión de María Benjumea, de Spain Startup, el impulso definitivo para una startup está ligado a la relación con las grandes empresas.Es en esta tesitura donde coge peso el conocido como intraemprendimiento, “aquel que desarrolla nuevos proyectos, productos o servicios desde dentro de la organización”, indica Benjumea. De esta forma, “si el acceso a clientes, a oportunidades o a inversores es fundamental en un proyecto, el ascenso llega con la relación directa con el tejido empresarial, que es el que abre más puertas”.
El funcionamiento tradicional de las grandes compañías, no obstante, no se ha caracterizado precisamente por hacer de esta relación mutua algo provechoso. Benjumea explica cómo las grandes corporaciones están acostumbradas a hacerse con el proyecto innovador, “comprándolo o adoptándolo”, para luego “matar el sistema”.
Es decir, por regla general, aquellos aspectos y características que han hecho lo suficientemente atractiva a una startup para que una gran compañía la introduzca en su estructura interna, mueren cuando este proceso finaliza, “ya que la gran empresa acaba, por su cultura y forma de trabajar, con los matices que convierten a una startup en tal”. Y aunque cada vez está más consolidado el intraemprendimiento y su permanencia, prosigue Benjumea, este es uno de los detalles que deben fortalecerse. “En este sentido, las responsabilidades recaen únicamente en el mundo de la empresa”, concluye. Los emprendedores también piden regalos y un cambio de chip a las grandes organizaciones.