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Tradiciones

Janucá, de Jerusalén para todo el mundo

Las principales ciudades rinden homenaje a esta celebración judía

Januquía en Brighton, Reino Unido.
Januquía en Brighton, Reino Unido.M. Hechtman

La llaman la Fiesta de las Luminarias. Esta tradición, con más de dos mil años, honra el triunfo de la fe sobre el poder militar, de la luz sobre la oscuridad. Hablamos de Janucá, esa celebración judía que tiene como símbolo un gran candelabro de ocho brazos y que a todos nos suena, pero de la que realmente no tenemos ni idea.

Pensamos, para empezar, que Janucá es la Navidad judía, y no es así. Sin embargo, el hecho de que se trate de una fiesta familiar, que tiene como protagonistas a los niños y que se celebra en diciembre, en el caso de este año entre el 24 y el 31, puede hacernos caer en el error. Pero es pura casualidad.

Las comunidades judías tienen importancia en todo el mundo. Por ello, cada vez se habla más de Janucá, siempre eclipsada por la Navidad, pero que, no obstante, existe. Y como existe, vamos a contarle cómo celebrarlo, aunque no sea judío, sin lamentaciones en un muro y sin Estrella de David. Aprovechando el momento, también le invitaremos a descubrir los barrios más conocidos del mundo, donde lo judío es protagonista y especialmente ahora. Así que shalom.

Del januquía, el famoso candelabro, hablaremos más tarde, pero le adelantamos que tiene ocho brazos con ocho velas por cada noche que dura esta celebración, que se coloca junto a la ventana y que es costumbre que sea el padre de familia quien lo prenda entre oraciones y cánticos.

Entre tanta espiritualidad, los niños se divierten recibiendo regalos y jugando con el dreidel, una peonza con cuatro lados con la que se apuestan dulces. Los días de Janucá es obligatorio cocinar alimentos fritos en aceite como los sufganiot (buñuelos) o los latkes (croquetas de patata). Sabemos que hasta ahora no parece lo más divertido del mundo, pero aún no hemos terminado.

Sufganiot rellenos de mermelada.
Sufganiot rellenos de mermelada.Depositphotos.com

Jerusalén es el corazón hebreo y el mejor lugar para disfrutar de esta tradición. Recorra el barrio ultraortodoxo de Mea She´arim a media tarde para disfrutar del espectáculo de luz de las centenares de januquías que desde las ventanas iluminan la ciudad. Para espectáculo de luces el que tiene lugar en los muros de la villa, con preciosas formas y colores de la tradición judía.

Si no quiere irse tan lejos, en el barrio Le Marais de París, se concentra la mayor comunidad judía de Europa. Esta zona es de las más elegantes, entre plazas y jardines, palacetes, galerías y museos o tiendas con las mejores firmas de moda. Sin duda, la ciudad de la luz es el lugar ideal para vivir la fiesta de la luz.

En Nueva York hay de todo y para todos, y el barrio judío de Williamsburg, dentro de Brooklyn, es un ejemplo. Modernos, artistas y, por supuesto, judíos ortodoxos, van de la mano en esta barriada, que ofrece al turista una sinfonía cultural, urbana, industrial y religiosa cuya autenticidad le seducirá más que Times Square. Por supuesto, aquí también celebran Janucá.

Trafalgar Square (Londres) o la Puerta de Brandemburgo (Berlín) también presumen de januquías cada vez que llega este día especial.

Encendido del januquía en Madrid.
Encendido del januquía en Madrid.Radio Sefarad

Guía para el viajero

Januquía. Es el nombre que recibe el candelabro de ocho brazos símbolo de la tradición de Janucá. Consta de un soporte central donde se coloca una vela (shamash) que sirve para encender las demás. Cada noche el padre de familia, con la ayuda de los niños, enciende una vela, de izquierda a derecha. Es por ello que la celebración dura ocho días.

Fritura judía. Es costumbre que durante Janucá se preparen alimentos fritos en aceite como los latkes, una especie de croqueta de patata, cebolla y harina de matzá o los sufganiot, buñuelos rellenos de mermelada. El puré de manzana acompaña en todas las comidas de la celebración.

Juego de niños. Los niños son los protagonistas de esta tradición. Los familiares les dan un regalo por cada día. Ellos juegan con el dreidel, un dado con el que apuestan dulces.

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