La estética llega al Supremo de EE UU
Samsung no tiene por qué devolver todo el beneficio obtenido al copiar partes del diseño del iPhone
La estética ha llegado al Tribunal Supremo de EE UU, que ha dictaminado que Samsung no necesariamente tiene que devolver a Apple todos los beneficios obtenidos gracias a copiar algunos elementos del aspecto del iPhone, sino que los daños deben basarse en el valor de las características imitadas. Es una decisión lógica, pero será muy difícil de poner en práctica.
La guerra de propiedad intelectual de Apple contra Samsung, iniciada en 2011, se está desinflando. La decisión del martes es importante, sin embargo, debido al aumento de la complejidad de los dispositivos y al crecimiento de las “marcas de estilo de vida”. Apple, por ejemplo, da mucho valor a su diseño por un buen motivo: la atractiva apariencia de sus aparatos le permite cobrar altos precios y obtener enormes ganancias. Un tribunal de primera instancia dictaminó que Samsung copió partes patentadas del aspecto de los iPhones, como su formato rectangular con bordes redondeados y el uso de iconos de colores en una pantalla negra.
El tribunal de primera instancia tendrá ahora que decidir si la empresa surcoreana devuelve el total de ganancias, o solo una parte
Decir que Samsung debe devolver todos los beneficios de un dispositivo extraordinariamente complejo que contiene miles de partes simplemente porque la pantalla tiene bordes redondeados parece bastante raro. Sin embargo, el diseño general es importante para diferenciar los productos, sobre todo porque se fabrican cada vez más con los mismos componentes.
El Supremo ha decidido que un componente –no solo el objeto completo– también puede estar cubierto por una patente de diseño. El tribunal inferior tendrá ahora que decidir sobre la pena para Samsung: si devuelve todos los beneficios, o solo una parte.
Los tribunales necesitarán una norma jurídica para estos asuntos. Renunciar a todos los beneficios de copiar elementos de diseño patentados puede no ser justo, pero es sencillo. Decidir si las partes de un diseño son distinguibles del conjunto, y tratar de medir el valor de cada una sería mucho más difícil. Las cuestiones estéticas son inherentemente subjetivas.