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Que gane Fillon es bueno para Le Pen

La líder de la extrema derecha podría beneficiarse de la oposición a las reformas del ex primer ministro

François Fillon, favorito en las primarias del centroderecha francés, ayer tras ganar la primera vuelta.
François Fillon, favorito en las primarias del centroderecha francés, ayer tras ganar la primera vuelta.REUTERS

En un año de turbulencias políticas mundiales, Francia ha tenido su propia miniperturbación. François Fillon, ex primer ministro, ganó ayer inesperadamente la primera vuelta de las primarias presidenciales del centroderecha. Si el incansable reformador de la economía sale elegido candidato de su partido, Les Republicains, para las elecciones de 2017, la líder de la extrema derecha, Marine Le Pen, saldría beneficiada.

Fillon, admirador de Margaret Thatcher, quiere poner fin a la semana laboral de 35 horas y recortar los empleos y el gasto públicos. Estas incisivas propuestas pueden sintonizar con los fieles al centroderecha, pero ponen el peligro el apoyo de muchos otros votantes.

Los sondeos de opinión suelen indicar que los franceses son favorables en teoría a las reformas económicas, como es lógico en un país que tiene un crecimiento lento y una deuda creciente desde hace mucho tiempo. Pero las medidas concretas tienden a encontrar una fuerte resistencia. Los socialistas más reformistas han evitado hasta ahora sacar el hacha con las 35 horas e incluso Alain Juppé, el otro candidato del centroderecha, dice que los recortes de empleos públicos propuestos por Fillon son excesivos.

El aspirante del centroderecha quiere poner fin a la semana laboral de 35 horas y recortar los empleos y el gasto públicos

Es probable, por tanto, que los planes de Fillon molesten a los votantes izquierdistas, que podrían optar por opciones menos reformistas. Ahora mismo hay pocas. El presidente, François Hollande, es profundamente impopular y todavía no ha decidido si se presentará. Si decide que no, podría hacerlo su primer ministro, Manuel Valls. Pero las reformas de éste han tenido oposición dentro del propio Partido Socialista. Emmanuel Macron, que dejó el gobierno a principios de año, también se postula para la presidencia, pero se le asocia con las reformas que se introdujeron durante su mandato como ministro de Economía.

Esto da un gran margen a las promesas del Frente Nacional de Le Pen, que promueve un patriotismo económico que proteja a los franceses de los efectos de la globalización, cuide a los jubilados y priorice la atención sanitaria.

La economía no es lo único que está en juego y votar por Le Pen sería un paso excesivo para muchos votantes, por supuesto. Pero cuanto más reformista sea su oponente, más posibilidades hay de que la líder del FN desestabilice la política francesa.

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