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Los sectores que se beneficiarán bajo un presidencia Trump

Donald Trump promete un ambicioso programa de mejora y ampliación de infraestructuras de transporte en Estados Unidos. Sus autopistas, carreteras, puentes, aeropuertos, puertos, ferrocarriles, plantas de tratamiento de aguas y sistema de tráfico aéreo necesitan inversiones masivas. Empresas españolas ya han obtenido contratos en el pasado para construir o mejorar infraestructuras de transporte en EEUU, y podrán presentarse nuevamente a licitaciones porque tales inversiones hay que acometerlas en parte con capital privado (PPPs). Las acciones de las constructoras y empresas fabricantes de hierro y acero han subido. Similarmente, Trump es partidario de eliminar las restricciones a la exploración de gas natural y petróleo en zonas costeras y tierras federales. Su posible ministro de Energía, Harold Hamm, es presidente de Continental Resources, una petrolera que ha apostado fuerte por el fracking. Otro candidato a ministro de Energía es el congresista David Cramer de Dakota del Norte, epicentro de la revolución del fracking. Además de las empresas petroleras y de gas natural (y sus proveedores), se beneficiarán también las productoras de carbón. Trump quiere estimular la producción nacional de carbón y suprimirá regulaciones que limitan las emisiones de las centrales térmicas tradicionales que generan electricidad a partir del carbón. A Trump le gusta construir cosas. Es evidente que su política energética no será beneficiosa para el medio ambiente, pero por lo menos es menos dañina que construir un muro con México

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