Seas quien seas, tienes Marbella
Lujo, tradición y clima envidiable que perdura y seduce todo el año
Piense en un lugar exclusivo en España. No siga, ya lo ha encontrado. Si cree que Marbella es el típico destino donde el lujo y el glamur florecen por doquier, donde ricos y famosos se sienten como en casa o donde los yates se suceden a cual más gigantesco en los pantalanes de Puerto Banús, está en lo cierto.
En este aspecto, Marbella no es solo exponente nacional, es el pionero. Sin embargo, no se pueden obviar otros encantos de esta ciudad que la hacen un poco más terrenal, como son el entramado de calles de su casco antiguo, al más puro estilo andaluz, o la sierra Blanca, que la arrincona contra la costa con más sol del Mediterráneo.
La ciudad ha recibido más de 300.000 turistas este verano, la mayor parte extranjeros y de nivel adquisitivo alto.
Tras recorrer el paseo marítimo y haberse deleitado con cada una de sus playas, le sugerimos que camine en dirección a la Alameda, un estupendo jardín tropical y punto de encuentro obligado. Aquí comienza el casco histórico, un auténtico pueblo andaluz que parece no haberse enterado del desarrollo urbanístico que aquí se ha vivido.
Desde la plaza de los Naranjos se desarrolla un laberinto de callejuelas y plazas, de pavimento de mármol y cantos rodados, donde la luz se refleja en las blancas fachadas de sus casas con balcones de hierro forjado.
La espiritualidad se palpa en las minúsculas capillas callejeras que se esconden entre los muros tanto como en la iglesia de Nuestra Señora de la Encarnación. Le advertimos que se perderá en esta maraña de calles como se despiste un segundo.
Lo que antes eran puestos de souvenirs ha derivado en pequeñas tiendas de moda hippy chic, abalorios y artesanía local que abren hasta medianoche. Los restaurantes cutres para extranjeros han dejado paso a los tradicionales y exóticos, algunos incluso con estrella Michelin, así como a refinados bares de tapeo. Tomarse una copa aquí puede resultar un quebradero de cabeza por las infinitas opciones que se le presentarán.
No se puede hablar de Marbella y no hacerlo del distrito de Puerto Banús. Una hora es lo que tardará en llegar caminando por el paseo marítimo hasta el enclave más exclusivo dentro de lo exclusivo, entre urbanizaciones, mansiones y hoteles de lujo por doquier.
Lanchas deportivas, veleros y yates se acumulan en los múltiples embarcaderos del puerto, al igual que lo hacen las grandes firmas de moda y boutiques como Armani, Carolina Herrera o Just Cavalli, que atraen a cinco millones de visitantes cada año.
Los restaurantes internacionales, las terrazas y los pubs son un imán para los jóvenes en la noche, mientras que en el día los protagonistas son los clubs, entre los que destaca el Ocean Club, en el paseo de Lola Flores.
Se trata de una propuesta elegante y de calidad que combina una exquisita cocina moderna, una zona con una gran piscina rodeada de cómodas camas libanesas –en las que los clientes pueden descansar mientras se toman un cóctel con el Mediterráneo de fondo– y la música chill out de los DJs de ambiente.
Aquí, el buen tiempo, como el lujo, acompaña todo el año. Si aún tiene morriña estival, no se preocupe: Marbella.
Guía para el viajero
Ocean Club. Lo triste es que tendremos que esperar hasta la primavera para volver a disfrutar del Ocean Club Marbella. Hace poco más de un mes que Thierry Jacobs, propietario del establecimiento, celebró su tan ansiada fiesta de cierre de temporada. La Black and Gold Party fue un grandioso espectáculo con DJs internacionales, acróbatas, música en directo y fuegos artificiales. Acudieron más de 2.000 personas, eso sí, solo élite nacional e internacional. A algunos aún les dura la resaca.
Comerse Marbella. Marbella se está amoldando poco a poco a la nueva cocina. Una estupenda elección es el restaurante Zozöi, amante del producto local con influencia belga. El restaurante Santiago, todo un clásico, sigue satisfaciendo a los paladares más ilustres.
Sierra Blanca. Este macizo otorga a Marbella su estupendo microclima y al turista, un abanico de opciones de trekking y otras actividades en la naturaleza, como la ruta al pico de la Concha o al Astonar.