El FBI y el exceso de transparencia
El director del servicio de investigación, James Comey, importó la apertura radical del 'hedge fund' Bridgewater
Las huellas de Bridgewater están por todas partes en la sorpresa electoral del FBI. James Comey, director del servicio de seguridad estadounidense, está en el punto de mira por revelar una nueva investigación sobre los emails de la candidata presidencial Hillary Clinton, a pocos días de las elecciones. Todo lo que sabe de “transparencia radical” lo aprendió en el hedge fund de Ray Dalio, que gestiona 135 millones de euros.
El vago aviso de Comey al Congreso el viernes afectó a los mercados y a la campaña electoral. Dijo que se sentía obligado a alertar a los legisladores después de haberles hablado de la investigación, y de decirles que les tendría informados sobre cualquier novedad sustanciosa. También dijo a su equipo que pensaba que los ciudadanos debían conocer el último giro de los acontecimientos.
El Partido Demócrata y varios ex fiscales han criticado la decisión, mientras que el Partido Republicano -incluido Donald Trump- la han elogiado. El Departamento de Justicia tiene la política de evitar grandes revelaciones cerca de las elecciones. Clinton manda en todas las encuestas, pero tras la noticia al menos una de los sondeos publicados el martes dio el liderazgo a Trump.
Comey cree en la libertad de información. En 2013, durante su proceso de elección como jefe del FBI, dijo que una de las razones por las que entró en Bridgewater, donde ejerció como asesor jurídico general, fue su cultura de apertura. Dalio lo lleva al extremo. Los empleados de Bridgewater son evaluados en tiempo real por otros colegas durante las reuniones. Comey dijo que llevaría esos valores al FBI.
Los empleados de la gestora de Ray Dalio son evaluados en tiempo real por otros colegas durante las reuniones
Este enfoque un poco disparatado podría haber causado problemas en la propia Bridgewater. A principios de este año se hizo público un conflicto de liderazgo entre Dalio y el co-CEO Greg Jensen. Esta filosofía ciertamente está en conflicto con algunos de los ideales de discreción del FBI.
La transparencia es muy recomendable en las instituciones con múltiples partes interesadas. También es cierto que Comey habría sido criticado en todo caso, aunque lo hubiera anunciado más tarde. Aun así, tanto para las empresas como para los gobiernos, una aplicación dogmática de la transparencia puede ser demasiado.