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La desintegración de Trump -- y habrá más sorpresas de octubre

A mediados de septiembre Donald Trump había empatado en la mayoría de encuestas con Hillary Clinton. Su mensaje simplista y demagógico de culpar a las élites, el libre comercio y los inmigrantes por las dificultades de las clases media y baja continuaba siendo atractivo para millones de americanos. Al igual que Europa y otros continentes, en Estados Unidos existía ya un sentimiento de resentimiento contra la clase política, económica, financiera y mediática tradicional -- el denominado establishment. De la misma manera que demasiados franceses votan por el Frente Nacional o demasiados británicos escucharon el mensaje anti-inmigración del UKIP, los estadounidenses enfadados por el descenso de su nivel de vida e incapaces de aceptar la diversidad de EEUU en 2016 decidieron convertir a Donald Trump en un cóctel de molotov político. Independientemente de las debilidades de Trump, sus seguidores (recibió 14 millones de votos en las primarias republicanas) seguían apoyándole porque querían (y algunos aún quieren) lanzar un mensaje de enfado contra el sistema político. Trump se ha convertido en un cóctel molotov contra el sistema político.

Pero en el primer debate televisado, Hillary Clinton muy hábilmente provocó a Trump, poniendo en evidencia su arrogancia e incapacidad para aceptar sus declaraciones públicas (e insultos) pronunciados en los últimos meses. Trump incluso alardeó de su supuesta inteligencia por no haber pagado impuestos en los últimos años. Después del debate, en lugar de esperar al cambio de ciclo mediático, continuó mandando tweets atacando a Alicia Machado, la ex Miss Universo que fue objeto de burlas por parte de Trump. Después del primer debate y del torrente de tweets obscenos y absurdos de Trump, Hillary se adelantó en las encuestas nuevamente. Ahora aventaja a Trump en todas las encuestas, con entre 5 y 6 puntos, y le supera en estados claves como Florida, Pennsylvania e incluso Ohio.

En la última semana, periodistas del Washington Post y del New York Times han recibido información que descalifica a Trump de forma definitiva. Primero una parte de su declaración de la renta, que muestra que desde 1995 probablemente no ha pagado impuestos federales, y que en varias ocasiones sus pérdidas sustanciales (hasta mil millones de dólares) le permitieron aprovechar deducciones y no tener que pagar impuestos federales. Su ex contable declaró que Trump no conoce el sistema impositivo en absoluto. El autor de un libro sobre Trump le calificó como un "Rottweiler" sin entrenar. Ningún periódico en Estados Unidos le apoya. Diversas publicaciones que tradicionalmente no se pronuncian (Wall Street Journal, The Atlantic) en esta ocasión han pedido a sus lectores que voten por la ex ministra de Asuntos Exteriores Hillary Clinton o contra Trump.

Hillary Clinton y sus asesores llevan muchas décadas en política. Es muy probable que tuvieran conocimiento de las grabaciones con los comentarios obscenos de Trump y hayan encontrado la manera de que llegaran a manos de periodistas. En estos momentos los líderes del partido Republicano no saben como distanciarse de Trump. Parece demasiado tarde (debido al voto por correo que ya se está produciendo) e improbable que Trump renuncie a la candidatura a la presidencia por el partido Republicano. Habrá más revelaciones sobre la conducta personal y profesional de Trump en el próximo mes. Hillary Clinton será la próxima inquilina de la Casa Blanca. Ahora está en juego si los republicanos pierden el control del Senado.

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