Los bancos no están listos para el ‘brexit’
Entidades como Goldman Sachs y JP Morgan aún no saben qué acuerdo obtendrá Reino Unido en sus negociaciones
La noticia de que el proceso oficial de dos años del brexit comenzará en marzo a más tardar aporta una claridad muy necesaria para los bancos extranjeros con sede en Londres. También hace más probable que empiecen a recolocar a su personal.
Entidades como Goldman Sachs y JP Morgan aún no saben qué acuerdo obtendrá Reino Unido en sus negociaciones. Aunque la primera ministra, Theresa May, detallara su estrategia, los grupos financieros no sabrían si se enfrentan a un brexit duro en el que ya no podrán hacer negocios con sus contrapartes europeas, o a un régimen equivalente al actual que podría conservar la mayor parte del acceso al mercado único. Depende de lo generosos que sean los Veintisiete.
Lo peor sería acabar sin poder hacer ciertos negocios tras los dos años, pero el tiempo para empezar a mudarse ha pasado. La reubicación de una gran parte del personal es un proceso que podría requerir al menos tres años. Pero que las empresas británicas consigan la equivalencia podría requerir mucho más.
"París ya ha empezado el marketing agresivo y el estatus de Fráncfort como sede del BCE tendrá su atractivo"
Mudarse pronto significa poder elegir inmuebles y estar al frente de lo que será una cola larga y probablemente lenta para ser examinados por el BCE. París ya ha empezado el marketing agresivo con los grupos con sede en Londres, mientras que el estatus de Fráncfort como sede del BCE tendrá su atractivo. Aunque tendrá que ser un banco valiente el que vaya primero, ninguno querrá ser el último –lo que sugiere que cuando comiencen las reubicaciones, se producirán en masa.
Hay claramente un riesgo de precipitarse. Sin embargo, la fecha límite de May –apoyada por los brexiters acérrimos de su Gabinete– también significa que Gran Bretaña comenzará su negociación en medio de las campañas electorales alemana y francesa. La depreciación de ayer de la libra esterlina sugiere que las posibilidades de acceso al mercado único de los británicos en los términos actuales se están reduciendo. Para los bancos globales eso apunta en una dirección: lejos de Londres.