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Sector eléctrico

Iberdrola puja por más capacidad en eólica marina en aguas de Alemania

El grupo quiere reforzarse en el mar Báltico ante la estrategia en renovables de Alemania En aguas de Reino Unido, el grupo quiere 1.200 MW más

El grupo que preside Ignacio Galán ya ha superado la primera fase del concurso, que analizaba el área de ingeniería básica, y ahora afronta la segunda, centrada en el diseño de detalle. Aparte del aval de tener un parque de eólica marina en construcción en aguas de Alemania (Wikinger), Iberdrola ha demostrado a las autoridades germanas su capacidad financiera y su compromiso con los proveedores. Los proyectos de offshore requieren de grandes inversiones. En el caso de Wikinger, 1.500 millones para generar 350 MW.

El resultado de la licitación se conocerá en marzo del próximo año. Iberdrola aspira a ganar una capacidad renovable inferior a Wikinger, entre 200 y 300 MW. Un próximo concurso ya está convocado, con resolución en 2018. Varios grupos compiten por estas explotaciones, que resultan más interesantes para la industria por las mejores condiciones en invierno del mar Báltico, frente a las del mar del Norte.

Alemania apuesta por las renovables para dar un vuelco a su mix de energía, hasta ahora basado en la generación nuclear. Ha cerrado una serie de centrales y ahora solo cuenta con ocho en actividad. Si las energías limpias cubren en la actualidad el 30% de su demanda, para 2020 quiere alcanzar un ratio del 50%. En relación con el ámbito de offshore, Reino Unido ha acaparado la mitad de la producción mundial por su pasado industrial en el mar del Norte, pero el país germano está ganando posiciones y consolidando su segundo puesto en este sector renovable.

Con estos actores, los mares del Norte y Báltico concentran la mayor parte de los parques marinos de Europa. En España no son posibles por la profundidad de sus aguas, con más de 40 metros desde la lámina de agua al fondo submarino. Las turbinas flotantes requieren de altas inversiones, que comprometen la rentabilidad de los proyectos.

Un equipo de 170 trabajadores

Iberdrola reúne en Alemania hasta 170 trabajadores en las mayores fases de actividad del proyecto Wikinger. Tiene profesionales en las terminales propias del puerto de Mukran-Sassnitz y a otros embarcados en una flota de 20 buques para controlar el anclaje de los jackets a 35 kilómetros de la isla de Rügen, la mayor de Alemania. Parte de estas plataformas (ver fotografía) fueron construidas por Navantia, que asimismo suministró la subestación Andalucía, el corazón que regula el complejo.

Los jackets descansan sobre unas cimentaciones que Windar fabricó en Asturias. Estos días, Iberdrola cuenta ya con 25 equipos de Navantia instalados en aguas del Báltico. Su color amarillo emerge entre el azul y verde de las aguas. La subestación llegó hace semanas, y un equipo de unos 60 empleados de Navantia trabaja en los últimos ajustes, sin volver a tierra y descansando en un hotel flotante, acoplado a Andalucía.

Las turbinas se acoplarán a los jackets a partir de principios del próximo año. Adwen está fabricando los aerogeneradores en sus plantas de Alemania. En la de Stade las palas y en la de Bremerhaven los nacelles y las torres. Adwen será filial al 100% de Gamesa cuando concluya la fusión de esta con Siemens, para alumbrar al líder mundial en eólica. Iberdrola seguirá como accionista del nuevo grupo con el 8% del capital.

Wikinger será el segundo complejo de eólica marina de Iberdrola, tras la puesta en marcha de West en aguas del mar de Irlanda en 2014. Con 389 MW de capacidad, su productividad está un 20% por encima del objetivo de rentabilidad marcado por la eléctrica española.

Con Wikinger y la resolución del citado concurso en Alemania, Iberdrola ya ha movido, de momento, sus fichas en el mar Báltico. En aguas de Reino Unido cuenta con West y con el proyecto East Anglia One (EA1), cuyo diseño industrial ha sido adjudicado a la consultora británica Petrofac. Es un proyecto de 714 MW (la energía que consumen medio millón de hogares). Supone una inversión de 3.000 millones. Las obras comenzarán el próximo año, con final previsto para 2019 o 2020.

También en aguas territoriales de Reino Unido, Iberdrola puja por otros 1.200 MW de capacidad en offshore. Su aval será EA1.

Inicio de actividad, en línea con la regulación

El complejo renovable Wikinger entrará en actividad a finales del próximo año, antes de que expire el plazo marcado por Alemania para la subvención de los parques de eólica marina. Hasta el 1 de enero de 2018, estos complejos pueden acogerse a una tarifa protegida de 190 euros por MW/hora, durante un periodo regulado de ocho años. El objetivo del Gobierno de Berlín es acabar con las ayudas, con lo que los operadores de energía piden a sus proveedores que recorten los presupuestos para garantizar la rentabilidad de las explotaciones. En la práctica, la industria reclama la estandarización de los equipos y más tecnología en las cimentaciones. Los jackets de East Anglia One, por ejemplo, tendrán tres pilares en vez de cuatro, lo que implicará un importante ahorro en la inversión final. En Wikinger ya están hechas las zanjas para el cable submarino.

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