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La lección financiera de RWE

La empresa espera que la unidad escindida, Innogy, tenga una capitalización de mercado que sea el doble que la matriz, algo que suena ilógico.

Operario reparando un cable de la compañía eléctrica RWE en Alemania.
Operario reparando un cable de la compañía eléctrica RWE en Alemania.Reuters

Peter Terium, consejero delegado de la eléctrica alemana RWE y aspirante a alquimista financiero, puede haber encontrado una forma de crear dinero de la nada. Sacar a Bolsa una participación minoritaria en unidades del grupo con problemas no introducirá grandes cambios operacionales, sin embargo, al precio indicado la semana pasada, la spinoff Innogy va camino doblar la capitalización de mercado de RWE.

La política energética alemana, que favorece la energía verde sobre la nuclear y el carbón, ha afectado a RWE. Desde 2012, el Ebitda de la compañía ha caído en un 40%, y sus acciones han perdido un 58% de su valor. Cuatro quintas partes del Ebitda de RWE provienen de las redes eléctricas, los activos de energías renovables y distribución, que el siete de octubre serán escindidos como una nueva compañía, Innogy. Teniendo en cuenta la horquilla más alta del rango de precios, la nueva compañía contará con una capitalización de mercado de 20.000 millones de euros, que contrastan con los actuales 9,1 millones de RWE.

Esto puede sonar ilógico. Sin embargo, la valoración de Innogy no es irracional. Sumando la deuda que Innogy se llevará, tendría un valor de empresa de 8,5 veces su Ebitda previsto para 2017. Las acciones de compañías similares como la británica National Grid y Red Eléctrica de España cotizan en más de 10 veces su Ebitda de 2017, lo que refleja unos ingresos estables y predecibles. BlackRock ya se ha comprometido a invertir 940 millones de euros en Innogy.

El valor adicional puede venir en su lugar de apartar a Innogy de las responsabilidades nucleares de RWE y la generación de energía a partir de combustibles fósiles, que está en crisis y que se quedará en la matriz.

Pero incluso allí, hay una contradicción. Si el patrimonio de Innogy realmente tuviera un valor de 20.000 millones de euros, esto sugeriría que el área nuclear y otros fragmentos no deseados de RWE tendrían un valor negativo superior a sus 7.500 millones de euros de deuda neta. Eso parece excesivo. En cualquier caso, salvo en una situación catastrófica, tanto la matriz, como el grupo escindido deben atraer la atención de los inversores.

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