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El Foco
Tribuna
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Elecciones autonómicas en clave nacional

R.S.

El pasado domingo se celebraron elecciones en Galicia y en el País Vasco y, aunque eran de carácter autonómico, es imposible no hacer una lectura en clave nacional teniendo en cuenta el escenario de bloqueo político actual. Desde la precampaña hasta el análisis de los resultados, la cita del 25-S se ha convertido en un termómetro para medir qué piensan y cómo se sienten los ciudadanos después de casi un año con un gobierno en funciones. El diagnóstico arroja conclusiones interesantes.

El Partido Popular ha logrado en Galicia su única mayoría absoluta a nivel autonómico. Una situación que refuerza su imagen a nivel nacional, le da impulso a la hora de afrontar un nuevo debate de investidura en el Congreso de los Diputados a Mariano Rajoy y le otorga cierta tranquilidad para el futuro más próximo. Esta victoria con 41 diputados (para gobernar en solitario eran necesarios 38) sitúa a Alberto Núñez Feijoo como una de las figuras clave del partido y emerge como opción para una hipotética sucesión de Rajoy, ya que es el único dirigente a día de hoy que ha revalidado su cargo con nota. Un resultado que también le ha permitido al PP hacer menos visible la pérdida de votos y escaños en el País Vasco, donde el PP se queda con 9 parlamentarios y confirma una vez más una peligrosa tendencia descendente.

El PSOE, sin embargo, tuvo de nuevo que afrontar una noche de caras largas. En Galicia perdió 4 escaños y en el País Vasco 7, lo que supone un duro varapalo también para un cuestionado Pedro Sánchez. Con los peores resultados de su historia en ambos territorios (el PSOE se queda con 14 escaños en Galicia y con 9 en el País Vasco), el líder del partido ha confirmado que tiene intención de convocar un congreso con primarias a finales de octubre, aunque minutos después de conocerse la noticia ya algunos representantes, como Susana Díaz, se han mostrado en contra hasta que se forme Gobierno. La confrontación interna dentro del PSOE es ya una realidad y muchos esperaban a que pasaran las elecciones del 25 de septiembre para iniciar sus movimientos. La tregua ha terminado.

En el caso de Podemos las elevadas expectativas volvieron a hacer que los resultados supieran a poco. Tanto en Galicia como en el País Vasco consiguieron adelantar al PSOE en número de voto. No obstante, después de varias semanas de escuchar a Podemos el mensaje de que iban a ganar el resultado fue que quedaron terceros, por lo que eel “sorpasso” sabe a poco y deja aún más abierto el escenario de lucha interna que se ha abierto hace unas semanas entre Pablo Iglesias e Iñigo Errejón. Además, también se puede cuestionar si Podemos se puede adueñar del segundo puesto de En Marea en Galicia, ya que esta formación comparte los colores de Podemos, pero está formada por varias alianzas y agrupaciones ciudadanas de extrema izquierda, no sólo por el partido de Iglesias. Por tanto, las aguas también están muy revueltas en el seno de la formación liderada por Iglesias.

El cuarto partido con representación a nivel nacional, Ciudadanos, no cumplió sus objetivos y al no lograr en entrar a ninguno de los dos parlamentos autonómicos, posiblemente víctima del “voto útil”. Con estas cifras, el partido de Albert Rivera no consigue implantarse en estas dos comunidades y todavía tiene serias dificultades para encontrar un suelo electoral estable que le permita seguir siendo esencial a la hora de gobernar.

Entre los partidos nacionalistas el gran ganador fue el Partido Nacionalista Vasco que logró 29 escaños, uno más que en la legislatura anterior. EH Bildu se posicionó como la segunda fuerza con 17, pero Iñigo Urkullu, cabeza del PNV, volverá a ser lehendakari cuatro años más tras sus excelentes resultados. La cuestión que queda abierta es con quién pactará para la investidura y para crear un gobierno estable. Para ello, la situación es muy diferente a la de Mariano Rajoy a nivel nacional. ya que Urkullu no necesita una mayoría absoluta, sino simple. Además, le beneficia el hecho de que en el Parlamento Vasco no existe la posibilidad del voto negativo en la investidura. Por tanto, podría darse la situación de que el PNV sacara adelante la investidura sin pactar con ningún otro, aunque sí deberá hacerlo para gobernar. Tanto si lo hace con el PSE como con el PP (o con ambos), se podría trasladar esa opción a nivel nacional y se dispararían las conjeturas de cara a un posible apoyo del PNV para la investidura del Presidente del Gobierno de España.

En Galicia, el BNG no tuvo su mejor noche. Como ya se preveía, perdió votos (más de 26.000) y un escaño en el Parlamento de Galicia. Un escenario que ya habían vaticinado las encuestas de los últimos meses. Porque en esta ocasión, a diferencia de las últimas elecciones generales, las principales empresas demoscópicas sí acertaron en sus proyecciones, aunque con algunos escaños de diferencia arriba o abajo y se aproximaron bastante al resultado final. Una buena noticia para un sector muy cuestionado en el último año que también forma parte del entramado político nacional.

En definitiva, el domingo vivimos una noche electoral que consolida la continuación del gobierno de Galicia y del País Vasco, donde los ciudadanos han apostado por la continuidad y la estabilidad. Un escenario muy diferente al que se vive a nivel nacional, donde el bloqueo político está ya repercutiendo negativamente en otros aspectos importantes para el país. Una vez más, los partidos están siendo parte del problema en vez de la solución. Por tanto, confiemos en que en las próxima semanas los intereses generales se antepongan a los intereses particulares, ya que en eso consiste la Política.

Daniel Ureña es Socio & Director General de MAS Consulting y profesor de Deusto Business School

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