Los bancos ven recaer su rentabilidad al 7,6% tras rozar el 10%
Los socios de la AEB ganan un 27% menos en el primer semestre El sector achaca la caída de rentabilidad al coste de sanear balance y al pago de impuestos
El coste de achicar el ladrillo del balance de los bancos junto a la debilidad del negocio en tiempos de tipos cero han vuelto a cercenar la rentabilidad del sector. En el caso de los bancos asociados a la AEB, que cierran el primer semestre de 2016 con un 27% menos de beneficio respecto al de 2015, el ratio de rentabilidad ROE cae del 9,89% al 7,56% en el último año, alejándose del objetivo del 10%
Los niveles de rentabilidad alcanzados por la banca antes de la crisis no son “ni alcanzables ni deseables”, pues indicarían que el sector se aviene de nuevo a “elevado perfil de riesgo”, advertía hace algo más de un año el presidente de la Asociación Española de Banca, José María Roldán.
El también exdirector general de regulación del Banco de España sostuvo en primavera de 2015 que el objetivo del sector debe estar “a medio plazo” en el entorno del 10%, si bien matizó que consolidar esta cota pude costar una década. El tiempo parece darle la razón pues, pese a los objetivos declarados por buena parte del sector de recuperar el doble dígito en el corto plazo, los datos recopilados por la patronal bancaria indican que la rentabilidad del sector vuelve a retroceder.
Concretamente, según los resultados de los grupos bancarios españoles correspondientes al primer semestre de 2016, publicados este lunes por la propia AEB, el ratio de rentabilidad ROE de los bancos españoles a finales de junio retrocedía hasta el 7,56% frente al 9,89% alcanzado en el mismo periodo del ejercicio anterior.
“Los resultados netos negativos obtenidos en la enajenación de activos y los mayores gastos por impuestos, que aumentan en un 51%”, justifica la patronal”, lo que arroja “una rentabilidad sobre activos totales medios (ATM) del 0,45%, 19 puntos básicos menos que en el mismo periodo de 2015”. Así, a un periodo de debilidad del negocio crediticio, marcado por los tipos cero impulsados por el Banco Central Europeo, se le suma el coste de seguir saneando un balance cargado de inmuebles.
En paralelo a estos esfuerzos, hay que tener en cuenta que el sector ha elevado su solvencia para alcanzar un ratio de capital regulatorio CET 1 (common equitiy Tier 1) del 12,43%, 14 puntos básicos por encima del cierre de junio de 2015.
Como resultado, el resultado atribuido de los grupos bancarios españoles al finalizar el primer semestre del ejercicio 2016 arroja 5.874 millones de euros de beneficio, un 27,2% menos que entre enero y junio de 2015.
En este entorno, el resultado de la actividad de explotación, confrontando el conjunto de ingresos y gastos derivados de la actividad ordinaria, se salda con una caída del 4%, “lo que se traduce en una caída de siete puntos básicos en términos de rentabilidad sobre activos medios, hasta situarse en el 0,82%, frente al 0,89% de un año antes”, subraya la AEB.
Al cierre del semestre el balance consolidado de los grupos bancarios sumaba 2,64 billones de euros, un incremento del 3,9% en los últimos doce meses. En concreto, los depósitos de la clientela aumentaron en 52.263 millones respecto a junio de 2015, lo que representa un incremento del 3,9%. De esta forma, la ratio de préstamos sobre depósitos alcanza el 111,6%, casi un punto porcentual inferior a la de un año antes.
Por su parte, el crédito a la clientela a la clientela creció a un ritmo del 3,3%, con un importe total superior a 1,5 billones al cierre del semestre. Mientras, la tasa de morosidad se situó en 5,9%, por debajo del 6,7% de junio de 2015, con una ratio de cobertura del 64%.
Estados financieros individuales
Con todo, el impacto se matiza si se revisan los estados financieros individuales, que solo tienen en cuenta el negocio propio de los bancos. Según estos, que también excluyen las entidades que antes eran cajas de ahorro, los bancos españoles ganaron 3.918 millones en el primer semestre, lo que solo supone un 0,7% menos.
Es decir, las entidades prácticamente mantienen las cifras intactas, aunque las señales que arroja su cuenta de resultados no son positivas. De un lado, el negocio puramente bancario recogido en el margen de intereses cae un 4%.
Por otro, el resultado de operaciones financieras cae un 46,6% minando otro frente de ingresos que venía apuntalando las cuentas del sector en los últimos años. Una evolución que no permite al sector beneficiarse en toda su magnitud de la caída de dotaciones y provisiones de la que se ha beneficiado, con un retroceso del 17,5% hasta los 3.300 millones.