Gasolineras sin ningún empleado
La decisión de la CNMC de apoyar la expansión de las gasolineras sin ningún empleado merece una reflexión. La bienintencionada posición del regulador de Competencia se basa en que este tipo de estaciones, en las que el cliente se sirve su propio combustible y lo paga sin que haya un solo operario que atienda el servicio, “benefician a los consumidores finales” con una presión a la baja de los precios de los carburantes derivada del ahorro en los sueldos que cobrarían los trabajadores. Según la CNMC, este tipo de negocio es habitual en otros países europeos y esa es una de las razones por las que reclama que se deje de restringir su expansión. Otra es que ya existe sin problemas en los casos de cooperativas agrícolas. Y es que las gasolineras conocidas como “fantasma” están sufriendo restricciones en diferentes comunidades, desde Madrid a Andalucía, pasando por Asturias, Navarra o Baleares, entre otras, con la exigencia, por ejemplo, de que alguien esté pendiente del buen uso de la instalación. Aunque la CNMC dice que no está demostrado que la falta de personal suponga riesgo, y de hecho el autoservicio, aunque sea en estaciones con empleados, ya está extendido por todo el territorio nacional, lo cierto es que el manejo de productos inflamables exige medidas extra de seguridad. Solo si está garantizada esta, será lógico avanzar en la propuesta.