Trabajo de verano para CaixaBank: revisar su plan estratégico
España cuenta con 42 empleados de banca por cada 10.000 habitantes. Alemania tiene 79
Y llegaron las vacaciones, aunque para el sector financiero español comenzaron hace ya un par de semanas, lo mismo que para gran parte del tejido empresarial del país. Solo en los primeros días de agosto, producto de la resaca de los test de estrés, las entidades financieras vieron como sus cotizaciones se desplomaban, pese a que únicamente un italiano, Monte dei Paschi, el banco más antiguo del mundo, había suspendido. El mercado cada vez se fía menos de los resultados de estas pruebas de resistencia, pese a que en general el sector ha aprobado con buena nota.
Tras este susto de los primeros días del mes, los banqueros españoles disfrutan de unas tranquilas vacaciones, según publicaba el Finantial Times el pasado 11 de agosto un artículo.
Incluso el ya exconsejero delegado de Banco Popular, Francisco Gómez, parece que disfruta de las vacaciones y de su nueva vida de prejubilado tras el susto de su destitución. Su nueva situación laboral no será tan esplendorosa como la de otros banqueros también prejubilados, pero no está mal. Recibirá alrededor de 6 millones de euros en concepto de pensión, según apuntan algunas fuentes financieras, en los próximos 10 años correspondientes a toda su vida laboral. Eso sí, no podrá trabajar nuevamente en el sistema financiero.
Gómez, que se quedó viudo hace algo más de tres años, ha decidido además, volver a casarse en breve. Enhorabuena.
Y por cierto, hablando de Popular, al parecer y según apuntan fuentes conocedoras de los entresijos de la ampliación de capital de 2.500 millones de euros, y de los tiras y aflojas que hubo en el consejo al aprobarse la operación, Allianz, un socio histórico del banco, también manifestó su disconformidad con la operación. La familia Del Valle, principal accionista del banco, también protestó por esta ampliación, aunque lo hizo a través de su representante en el consejo de administración, Jaime Ruiz. Hubo alguna crítica más.
No sabemos si el consejero delegado de CaixaBank, Gonzalo Gortázar, y el nuevo presidente no ejecutivo en la entidad, Jordi Gual, podrán tener todo el mes de agosto de vacaciones. La entidad financiera ha aprovechado el verano, justo un año y medio después de poner en marcha su plan estratégico a cuatro años (2015/2018) para iniciar su revisión. En el informe de gestión de Criteria del primer semestre remitido a la CMNV, CaixaBank asegura que “ha iniciado un proceso para valorar el grado de avance alcanzado para en caso de ser necesario y, con el objetivo último de cumplir con las métricas estratégicas preestablecidas , ajustar determinadas actuaciones. Esta valoración es especialmente relevante cuando el entorno macroeconómico y la política monetaria delineados en la elaboración del plan han variado de forma apreciable y están condicionando la rentabilidad bancaria”. Un portavoz de la entidad financiera asegura que el banco tiene la costumbre desde hace años de revisar su plan estratégico más o menos en su ecuador.
En este mismo informe se dice que tanto la Fundación Bancaria La Caixa, como Criteria, propietarios de más del 56% del capital de CaixaBank, esperan seguir avanzando en la pérdida del control del banco, como exigió en mayo el Banco Central Europeo (BCE). Aunque la institución que preside Mario Draghi ha dado de plazo hasta 2018 para que Criteria pierda el control de CaixaBank, la intención de la firma catalana es reducirlo antes de finales de 2017. No sería de extrañar, sin embargo, que incluso lo hiciera antes.
Cambiando de tema. La semana pasada hacía referencia en esta página a la nueva oleada de cierres de oficinas bancarias que está abordando las entidades financieras españolas en estos meses. Pero, además de este recorte en el número de sucursales, los bancos están aprovechando para reducir más su plantilla. Las entidades financieras españolas, de hecho, se han convertido en las que menos empleados bancarios tienen por cada 10.000 habitantes, solo 42, frente a los 60 que tenía hace siete años. Solo Finlandia, con 40 empleados, Estonia, con 38, o Eslovaquia, con 35, cuentan con menos personal bancario que España, según datos del BCE.
Al contrario, el país con más plantilla financiera por cada 10.000 habitantes es Luxemburgo, con 451, un 18,2% menos que en 2008. Austria tiene 84,3 empleados, Alemania suma 79, una cifra muy similar a la de hace siete años en la que contaba con 84 empleados por cada 10.000 habitantes. En Francia la cifra desciende a 61 trabajadores. La media en la zona euro es de 59.
Para terminar y ya hasta principios de septiembre, un último apunte. Algunas fuentes financieras aseguran que ciertos accionistas han pedido a la presidenta de Santander, Ana Botín, que frene un poco el vuelco que está dando al banco y que conserve alguna filosofía de la que aplicó su padre, Emilio Botín, en el grupo. Desde luego, este rumor no está confirmado. Eso sí, el equipo de Santander también está revisando el plan estratégico en su ecuador, aunque eso no significa que vaya a cambiar los objetivos. Todo depende. Se sabrá el 30 de septiembre, cuando la entidad celebra en Londres su Invertors Day.