Antonio Cantalapiedra: “Queremos que el taxi sobreviva y se digitalice”
Antonio Cantalapiedra está de enhorabuena. Tal y como adelantó Cinco Días el pasado martes, Mytaxi –cuyas delegaciones española y portuguesa dirige desde agosto de 2012– ha elegido España como el primer país donde fusionarse con Hailo, la otra gran empresa europea de petición de taxis a través de internet. Cantalapiedra, que también liderará la nueva compañía, estudió Publicidad y Relaciones Públicas en la Universidad Complutense de Madrid y ha pasado por las universidades de Georgetown y la London School of Economics.
Pregunta. ¿Qué efectos tendrá sobre el sector del taxi en España la fusión entre Hailo y Mytaxi?
Respuesta. Muy positivos. Se está configurando una nueva escena en las ciudades donde va a haber diferentes soluciones de movilidad que vayan más allá del taxi. Desde que entramos en el sector queremos hacer que el taxi sobreviva, siendo digital y ofreciendo un servicio premium. Las llamadas y las emisoras sobrevivirán, posiblemente con menos cuota de mercado. Aun así, todo el que no se digitalice como está haciendo Mytaxi tiene problemas de sobrevivir.
P. ¿Qué supone que detrás de esta fusión esté un gran grupo automovilístico como Daimler?
R. Primero, músculo financiero. La apuesta de Daimler por este modelo de movilidad transciende a Mytaxi y está construyendo una plataforma que incluya también otras soluciones de transporte. El movimiento con Hailo tiene que ver con la vertebración a nivel europeo de la movilidad y con las dificultades de haber entrado desde cero en países como Reino Unido o Irlanda. De este modo, Daimler está apostando por mejorar la industria del taxi para liderar el sector en Europa.
P. ¿Qué papel va a tener en el contexto de la fusión Car2go, que pertenece también a Daimler y es aparentemente competencia de Mytaxi?
R. De momento, ninguno. La fusión solo afectará al sector del taxi y después se ampliará. Somos primos dentro del proyecto de Mercedes, en el que va a haber una metaplataforma que integrarán estas aplicaciones y ofrecerá al cliente la mejor solución de movilidad para cada momento: taxi, coche eléctrico o transporte público. En cualquier caso, yo no veo al modelo de Car2Go como competencia. Pensar que solo el taxi pueda cubrir las necesidades de movilidad de una gran ciudad es miope y no entender las ciudades del futuro.
P. También Volkswagen, General Motors o Toyota están invirtiendo en empresas de movilidad, ¿cuál conseguirá imponerse?
R. No lo sé. El ganador al final dependerá de muchos factores. Va a haber concentraciones, peleas a nivel regional-continental y veremos si alguna compañía es capaz de hacerse con la supremacía a nivel mundial. Yo califico la irrupción de Daimler y Mytaxi como una revolución silenciosa: trabajamos, vamos tranquilos y no tenemos prisa por entrar en todas las ciudades. Nuestro objetivo es ser líderes en Europa y que cuando el usuario nos utilice esté contento.
P. ¿Al final la solución para las startups que tanto han proliferado en los últimos años debe pasar por conseguir el respaldo de grandes grupos empresariales para sobrevivir?
R. Yo creo que sí. Seguirá habiendo startups, pero que se produzca un caso como el de Uber o Mytaxi va a ser complicado. Mientras que millones de startups se convertirán en zombies, solo las mejores conseguirán atraer el interés de los inversores.
P. ¿Necesitan los grandes grupos automovilísticos invertir en startups para acercarse a los hábitos de consumo de los usuarios?
R. Se está demostrando que sí. Es algo que les piden los accionistas, que quieren que la compañía invierta en compañías con futuro y se diversifique. Es una sinergia donde las stratups tienen la frescura y los grandes grupos el dinero.
P. ¿La fusión con Hailo supone el fin de los bonos regalo de 20 euros para los nuevos usuarios con los que se ha popularizado Mytaxi en el último año?
R. Tenemos que analizar la estrategia y pensar para 2017 una nueva. Los descuentos masivos no funcionan, si no es durante un tiempo limitado. Al final hay que buscar una sofisticación del servicio y fidelizar al cliente.
P. ¿Cuál ha sido el impacto de esta medida?
R. Ha sido una estrategia buena, ha sido un éxito y hemos captado a millones de clientes. Hemos tenido visibilidad y hemos invertido un dinero en el sector, pero quizás ahora la estrategia tiene que ser mucho más sofisticada hacia los mejores clientes.
P. ¿Cuál es el riesgo de que el usuario utilice una vez ese bono y no use más Mytaxi?
R. Los estudios técnicos hablan de un riesgo del 50%. Al menos, si no repiten, por lo menos conocerán la aplicación y sabrán que existe.
P. ¿Son sostenibles este tipo de ofertas?
R. Solo si la empresa tiene una financiación poderosa o si es parte de un grupo como Daimler y durante un tiempo limitado. Ha sido sostenible durante un año porque estaba nuestra matriz, pero es una locura una startup sin finaciación o con una empresa grande detrás.
P. Los taxistas madrileños han protestado porque dicen que no pueden competir con ella y amenzan con denuncias
R. Esta situación tiene que ver con que ellos no han podido utilizar el dinero para hacer ese tipo de descuentos cuando tenían el monopolio. Si se demuestra que hemos inclumpido la ley, lo aceptaremos y pediremos perdón.
“Tecnológicamente soy amigo de Uber”
Hace cinco meses y después de un desembarco previo fallido, Uber llegaba a Madrid para quedarse. Encontró la vía legal de las licencias VTC –de autorización de arrendamiento de vehículos sin conductor– que ya estaba utilizando la española Cabify.
Antonio Cantalapiedra, consejero delegdo de Mytaxi en España, sostiene que “no se opone a este modelo”, y sin embargo alerta de la posibilidad de que “Uber esté haciendo lobby para buscar la liberación del sector”. Ante esto, el directivo propone una mesa de diálogo entre los distintos actores de movilidad que establezcan una normativa para el sector. En concreto, pide que esta sea equilibrada para que no se perjudique al taxi con más impuestos, mayores tarifas y una regulación especialmente estricta con los modelos de coches utilizados.
Cantalapiedra se congratula “como español” del éxito de Cabify (una startup española que emula el sistema de Uber) y opina que su competencia con la norteamericana en España no tiene especial relevancia a nivel europeo. Por el contrario, entiende la compra de Uber por Didi como un síntoma del fracaso de la primera por entrar en el mercado chino. “Lo que estaban perdiendo allí los van a invertir en otros países del mundo”, comenta.
El responsable de Mytaxi en España se declara “tecnológicamente amigo de Uber”, pero censura su forma de entrar en las ciudades. Con respecto al futuro, está seguro de que Uber será un actor importante.