Francisco Braga, arraigado a la tradición y la cultura portuguesa
El director general de Vista Alegre en España ejerce de embajador de su tierra
Dirige la filial española de la firma de porcelana portuguesa Vista Alegre desde este año. Francisco Braga, nacido en Oporto hace 48 años y licenciado en Administración de Empresas, ha regresado a esta compañía, donde ya trabajó durante una década hasta 2007, cuando dejó el cargo de director de exportaciones del grupo. En este tiempo, fue director de marketing del grupo Motofil Robotics, puesto al que llegó tras haber sido director comercial.
También ha trabajado para la administración pública portuguesa. En 2012 fue, durante un año, director regional de Economía de Centro para el Ministerio de Economía e Innovación. Uno de sus mayores placeres es viajar en compañía de su familia, y enseñarle a sus dos hijos los rincones por los que él ha viajado, por motivos laborales, en todo el mundo. “Siempre he viajado solo, y mi gran afición es seguir viajando pero acompañado”, explica Braga, en la tienda que tiene Vista Alegre en el barrio de Salamanca de Madrid. Allí cuenta que sus objetivos prioritarios en la compañía es reorganizarla y prepararla para los nuevos tiempos. “El mercado español es, después del portugués, el más importante para Vista Alegre. Puede ser el mayor en un futuro”.
Venecia portuguesa. Es un enamorado de Aveiro, conocida por sus canales, “tierra de gente emprendedora”.
Libro de cabecera. Lo escribió el periodista portugués José Rodrigues dos Santos, O Homem de Constantinopla, que relata la vida de un emprendedor armenio.
Porcelana. Le gusta coleccionar piezas de porcelana de la colección de col y de hojas del diseñador Bordallo Pinheiro, una de las novedades de Vista Alegre.
Fiel a un perfume. Desde hace años usa la misma fragancia, Egoiste de Chanel, aunque aclara que “de egoista él tiene muy poco, soy generoso y fiel”.
Gastrónomo. Tiene un restaurante preferido, Costa Nova, en esta misma playa, templo del pescado y del marisco.