Trinitario Casanova compra a Wanda el Edificio España
El edificio está protegida por la Comisión Local de Patrimonio Histórico (CLPH)
El culebrón del Edificio España, un histórico inmueble en el centro de Madrid, vivió ayer un nuevo capítulo. Apenas dos años después de que el grupo chino Wanda adquiriera el edificio lo ha vendido al fondo murciano Baraka, propiedad del empresario Trinitario Casanova. Y en la operación podría haber salido ganando, ya que fuentes cercanas a las negociaciones apuntaron ayer que el precio superaría los 265 millones, importe que abonó Wanda al Santander, su anterior propietario.
Atrás quedará el proyecto que tenía el inversor, que pasaba por la creación de un hotel de lujo, viviendas de alto standing y oficinas. Wanda tropezó desde el comienzo con la protección que tenía el icónico inmueble al ser incluido en la ley de patrimonio de la Comunidad de Madrid.
El objetivo de la empresa china era desmontar por completo el edificio y reconstruirlo, al considerar que de otra manera el coste sería excesivo. La negativa del Ayuntamiento a permitir el derribo de las fachadas, la parte protegida, llevó a Wanda a descartar el proyecto y anunciar desde comienzo de año que ponía en venta el edificio, encargando a la consultora JLL la búsqueda de un comprador. En este proceso, ha sido Trinitario Casanova el elegido por el fondo chino para quedarse con el inmueble.
A mediados de enero, se conoció que la filial española Wanda Development Madrid, encargada de las obras de remodelación, había decidido cerrar, lo que implicaba el despido de una veintena de sus empleados y desató los rumores sobre un posible fin del proyecto.
La compañía china, propiedad el millonario Wang Jianlin, se desprende así de su proyecto más icónico en España. Sin embargo, mantiene el 20% de las acciones del equipo de fútbol Atlético de Madrid y, recientemente, ha cerrado la compra de las salas de cine Cinesa, la mayor cadena del país.
El grupo Baraka fue creado hace 25 años por Casanova y, según figura en su página web está especializado en el desarrollo de inversiones inmobiliarias y edificación de alta calidad de hoteles, centros logísticos, viviendas, superficies comerciales o parques de medianas. Una de las operaciones más relevantes en los últimos años de la sociedad fue la compra de la central de Alstom en Barcelona por 60 millones.
Se desconoce por ahora cuáles son los planes del empresario murciano para el histórico edificio, que podría incluso revenderlo posteriormente. De apostar por quedarse el inmueble y reformarlo, el empresario tendrá que cumplir con la normativa de protección del edificio, que es lo que motivó a Wanda a salir del proyecto
José Manuel Calvo, concejal de Desarrollo Urbano Sostenible del Ayuntamiento de Madrid (Ahora Madrid), reconoció ayer que ya ha mantenido un contacto previo con Baraka para abordar el proyecto de futuro del edificio. El dirigente confió en que “se pueda poner en valor y rehabilitar cuanto antes para que puedan disfrutar de él todos los madrileños”. Aunque recordó que en todo momento tiene que haber “respeto a la ley”. El concejal señaló que espera mantener “pronto” una reunión con la nueva propiedad del edificio. Calvo señaló que de coincidir el proyecto con el diseñado por Wanda, la empresa no tendrá que modificar la tramitación ya avanzada por la china.
Por su lado, la consejera madrileña de Economía, Empleo y Hacienda, Engracia Hidalgo, pidió al consistorio que “esta vez ponga las cosas fáciles” al propietario. El grupo municipal popular se unió a esta petición lamentando la “incertidumbre”.
Un superviviente del boom del ladrillo condenado a un año de cárcel
El nuevo propietario del Edificio España, Trinitario Casanova (Orihuela, 1964), no es un nombre nuevo en el sector inmobiliario. A comienzos de los 2000, era señalado como uno de los “nuevos ricos” al calor del boom del ladrillo. Su nombre aparecía como ejemplo junto a otros ya denostados como Fernando Martín, propietario de Martinsa, o Enrique Ortiz, empresario alicantino imputado en casos de corrupción.
Ahora, algunos hablan de él como un superviviente de aquella época. Fundador de la inmobiliaria Hispania, que acabó vendiendo justo antes de la crisis, ha mantenido su actividad relacionada con el sector. Baraka es la compañía a través de la cual se ha hecho con el emblemático Edificio España. Pero su evolución no ha estado alejada de la controversia, también en los tribunales.
Hace apenas un mes, un juez le condenaba a un año de cárcel por manipulación del mercado en su paso por el Banco Popular, donde llegó a tener más de un 2% de las acciones. El caso se ha alargado durante ocho años, desde que se le acusara de de manipular los precios de la acción con rumores de una eventual opa sobre el banco y así elevar el precio de los títulos.
No ha sido su única experiencia en los tribunales. El empresario se vio inmerso en el caso Zerrichera, que investigaba un presunto caso de corrupción urbanística en el municipio de Águilas (Murcia) y que afectaba al PP local y regional. Casanova adquirió un terreno protegido por 10 millones en 2004 que, tras su recalificación, vendió un año después por 150 millones. El proyecto de desarrollo urbanístico fue finalmente paralizado por un juez.
Hoy, el empresario tiene una presencia importante en suelo logístico e industrial, tras la compra el año pasado del complejo de Alstom. Además realiza la edificación de centros comerciales y supermercados llave en mano para Aldi, Lidl o Mercadona.