La hora de Madrid City
El brexit ya es una realidad. La designación de Boris Johnson, uno de los líderes de la campaña conservadora antieuropeísta, como ministro de Asuntos Exteriores de Reino Unido certifica, de hecho, la defunción de las islas en el seno de la Unión Europea. ¿Qué hacer en el sector financiero? Evidentemente, es un problema cargado de incertidumbres y riesgos, pero también es una oportunidad. Foro Ecofin y las organizaciones que la respaldan apoyamos la candidatura de Madrid como nueva sede de la Autoridad Bancaria Europea (EBA) –forzada a salir de Londres– y como nueva City financiera de Europa. La idea es crear un nuevo distrito autónomo para los mercados financieros que lidere esperanzas y despeje los miedos que hoy pesan sobre el corralito londinense de las gestoras de fondos inmobiliarios, el mercado del dinero, la libra esterlina y otros fantasmas de los mercados. No se trata de matar la City, sino de complementar un nuevo polo financiero desde Madrid.
El brexit nos lleva a reconsiderar emplazamientos financieros, distribuyendo los headquarters allí donde están las plataformas más eficaces y que cuentan con los mejores profesionales. No se trata de cerrar Londres, sino de reducir la actividad y compartir riesgos y actividad a otros centros financieros paralelos; pero que aporten entornos legislativos competitivos y seguros.
Si hay un punto donde el mantenimiento de relaciones entre Reino Unido y la UE resulta imprescindible es, sin duda, en servicios financieros. Pero ello no excluye la irremediable obligación del cumplimiento normativo, lo que significa desplazamientos de actividad a centros ubicados en territorio comunitario. No será inmediato, pero sí rápido y, en función de la forma en que se aborde, se ganará en competitividad.
El brexit obliga a superar el modelo de Londres como plataforma hub central de servicios financieros. El capital intelectual que ahora reside en oficinas de la City podría ser reubicado en otros centros financieros de la UE, pero se cometería un grave error si ello supusiera desplazarlo a un solo punto. Lo mejor sería contar con todos ellos, vinculados en red, aprovechando las ventajas competitivas de cada zona.
Fráncfort no es alternativa, por ser la sede del BCE y representar el interés del líder político de la UE
La concentración del mercado es un gran riesgo. Fráncfort no puede ser una alternativa, por ser la sede del Banco Central Europeo y representar los intereses del líder político de la Unión. Todo el poder financiero, público y privado, estaría concentrado en Alemania.
En nuestra opinión, tampoco debería serlo París por razones parecidas. El triángulo de París, Bruselas o Estrasburgo conforma el corazón político de la Unión Europea. Un corazón sensible a problemas de transporte, logística, demografía, saturación tecnológica, riesgo de seguridad y de geoestrategia terrorista que pueden paralizar, por ende, el corazón financiero de Europa.
Es momento de hacer una reflexión inteligente y de convertir un grave problema en una oportunidad clave
Gracias a las nuevas tecnologías, hoy es posible una gestión distribuida y desplazada en el mundo financiero, algo semejante a lo que sucedió con la industria del automóvil.
La innovación, tecnología y el servicio profesional facilitan una gestión distribuida. Madrid dispone de todo ello y puede ser un complemento ideal en un enfoque colaborativo.
España reúne especiales condiciones para reubicar plataformas tecnológicas gracias a la buena posición de los operadores de comunicaciones, en especial de Telefónica, y de los equipos profesionales, muchos de ellos hoy residentes en la City, que verían bien reinstalarse en un mejor clima.
Pagos seguros, soporte de productos financieros, cobertura de monedas, seguros, compliance y asesoramiento legal; así como un soporte bancario seguro, que facilite la financiación adecuada en las mejores condiciones posibles, son necesidades que tendrían que ser cubiertas. En Madrid existe conocimiento, servicios y experiencia para realizarlo. City Madrid puede ser una oportunidad si sabemos responder a las necesidades y sin exigencia de ser exclusivos, sino abiertos a la competitividad, a la mejor eficacia, por disponer de excepcionales profesionales y la tecnología más avanzada evitando protecciones que a la larga perjudican.
No se trata de dar un portazo a Londres, se trata de cumplir con la legislación vigente en la UE, creando nuevos centros siempre que permitan la eficacia logística y seguridad dentro de los requisitos de las directivas europeas y las normas del BCE.
Este modelo descentralizado está en las antípodas del modus operandi de los grandes bancos de inversión durante los últimos años (reducción a mínimos, cuando no cierre de las oficinas locales), pero podría tener sentido desde una visión estratégica más a largo plazo, que valore el riesgo de la centralización versus la capacidad de maniobra y el conocimiento sobre el terreno de oficinas locales con masa crítica.
El factor talento sin duda es un input fundamental. Tradicionalmente, se ha considerado un axioma que tener los headquarters en Londres suponía un acceso casi ilimitado a los mejores profesionales de cada especialidad del sector financiero. Siendo esto cierto, también lo es que muchos de esos profesionales se trasladan a Londres, precisamente por el número de oportunidades y los niveles salariales. Sin embargo, cualquiera que haya tenido cierta exposición a este círculo profesional puede concluir que no necesariamente todos (siendo conservadores) adoran y se adaptan al clima y modo de vida británicos.
Es momento de la reflexión inteligente y de convertir un grave inconveniente en una oportunidad económica de la que Reino Unido y España podamos salir menos perjudicados. El titánico esfuerzo de los últimos años ha permitido convertir a España en una economía competitiva, apoyada en un sistema bancario solvente.
Existe, por tanto, una gran oportunidad y ahora tenemos que demostrar que estamos en condiciones de aceptar nuevos retos, contando con las autoridades económicas de la UE y en especial las monetarias y el BCE, que respalden con el apoyo necesario.
Manuel Gago / Salvador Molina. Vicepresidente de CEDE / Presidente de Foro ECOFIN