Iberdrola echa un cable a Reino Unido
Scottish Power participa en la interconexión submarina entre Escocia y Gales, por 2.200 millones.
En medio de la estupefacción de los escoceses tras el brexit (a ellos que se les convenció de continuaran en Gran Bretaña por aquello “de la unidad, la globalización y el recurso a los sentimientos”, aseguran aquí y allá) la vida sigue. Y con ella los importantes proyectos de infraestructuras eléctricas que la filial escocesa de Iberdrola, Scottish Power, aborda en el país desde hace varios años. Uno de los más relevantes es el cable submarino que unirá Escocia y Gales por el Mar de Irlanda, que servirá para que los parques de renovables que se desarrollan en el norte del país puedan abastecer al sur del país, donde se concentra la mayoría de la población y, por tanto, el consumo.
La Western Link, una alianza sellada en el año 2012 entre Scottish Power y National Grid (dos de los tres transportistas de alta tensión de la isla: en las zonas centro y sur, respectivamente) está terminando de construir una interconexión eléctrica submarina entre la costa oeste de Escocia, Inglaterra y la Bahía de Quay, en Gales, valorado en 1.200 millones de euros.
Con una longitud de unos 400 kilómetros (en total, 850 kilómetros al tratarse de un cable bidireccional, de los cuales, 770 discurren bajo la superficie marina) se trata del tendido de corriente continua de alta tensión más largo del mundo, según sus responsables. Con una capacidad de 2,2 GW, este servirá para abastecer a cuatro millones de hogares británicos cada año.
El objetivo, según los responsables de Scottish Power, es contribuir al incrementar el peso de las renovables en el mix energético británico, hasta alcanzar el 30%en 2020, frente al 20% actual. Reino Unido se enfrenta a la renovación de un parque nuclear envejecido. De hecho, uno de los potentes transformadores que componen el proyecto, se ubica en los terrenos de las viejas centrales de Hunterston, en la costa oeste de Escocia, donde se alzan dos viejos grupos atómicos de 300 MW cada uno (los más antiguos de Europa) clausurados en 1991 y qe están a la espera de ser desmantelados, y un tercero que nació en 1977, y que cerrará en 2023.
Interconexión en 2017
El cable eléctrico (que transcurre a 1,5 metros bajo el fondo marino a una profundidad máxima de 150 metros) está siendo lanzado por dos barcos a lo largo de seis fases: 120 kilómetros en cada una, a un ritmo de cuatro kilómetros por día. Uno de los barcos hace la zanja y el segundo echa el cable. Según datos de las compañías, en el proyecto han trabajado 400 personas con picos de hasta 1.500.
En cada extremo del cable se levantan los citados transformadores (el de Hunsterton, en Escocia, y el de Wirral, en Gales) que han sido construidos por un consorcio formado por Siemens y la italiana Prysmian, líderes mundiales en este tipo de proyectos (construyeron, de hecho, la interconexión entre España y Francia por los Pirineos). Las instalaciones están cubiertas para ser protegidas por los efectos del mar.
Está previsto que el cable comience a operar en otoño del próximo año, una vez que las dos compañías promotoras se repartan los activos: la mitad norte para la filial de Iberdrola y la del sur para National Grid. Esta compañía es, a su vez, el operador del sistema eléctrico británico a través de una filial independiente.
Scottish Power, que Iberdrola adquirió en 2007, cuenta con otras dos licencias de distribución en el centro de Escocia y en parte del norte de Gales e Inglaterra y tiene una cartera de 3,5 millones de clientes.
El nuevo tendido submarino se suma a otros ocho proyectos complementarios onshore cuyo objetivo es mejorar las redes del país. En el último año se han instalado nueve turbinas por un valor aproximado de 350 millones de libras (unos 420 millones de euros). Todos estos proyectos de alta tensión forman parte de un ambicioso programa del Gobierno para la renovación de la anticuada red eléctrica británica.
Tres parques eólicos de gran potencia
El Ärea Eólica de South Ayrshire, en el oeste de Escocia, es uno de los proyectos de renovables más ambiciosos abordados hasta ahora por Iberdrola en el mundo. Lo componen tres parques eólicos ubicados en el entorno de la ciudad escocesa de Barrhill.
Con una potencia de 500 MW el proyecto se reparte entre los parques de Arecleoch y Mark Hill, que ya están en funcionamiento, y el de Kilgallioch que se pondrá en marcha a principios de 2017. Todos ellos están equipados con aerogeneradores de Gamesa.
Con un presupuesto total de 800 millones de euros, la población de la comarca, con 120.000 habitantes, se ha beneficiado del mismo:una media de 250 trabajadores de la zona ha participado en la construcción del complejo. Al final, como es habitual en los parques eólicos, el empleo fijo será solo de 45 personas para su operación y mantenimiento.
Los operarios están trabajando en la fase final del último parque, de 33 kilómetros cuadrados. Los otros dos se pusieron en marcha en 2011: el de Areleoch, con una potencia de 120 MW y 60 turbinas y el de Mark Hill, con 56 MW y 28 turbinas. El resto de la capacidad, 239 MW, corresponde al de Kilgallioch, que estará listo el próximo año.
En estos momentos, en Reino Unido el 20% de la energía consumida procede de fuentes renovables (un 75% en el caso de Escocia) y el objetivo es llegar, con brexit o sin él, al 30% en el año 2020 (el 100% en el caso del territorio escocés). La capacidad del nuevo cable de Western Link, de 2,2 GW, supondrá duplicar la existente ahora en la isla (4,4 GW), lo que sumará un total 6,6 GW. “Estamos preparados incluso para superarlo”, aseguran los responsables del proyecto.
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