
Adidas, el fabricante alemán de ropa deportiva de 28.000 millones de dólares, ha ampliado su asociación con la superestrella Kanye West justo cuando Nike presentaba unos débiles resultados. Adidas sigue siendo inferior a su rival en cuota de mercado y rentabilidad. El acuerdo con West –también conocido por ser el marido de Kim Kardashian– puede ayudar a la firma a ganarse una reputación callejera.
La forma en que Adidas anunció la alianza es apropiada para un rapero que se compara con Jesús. West diseñará zapatos y ropa deportiva para el ocio bajo su marca Yeezy. Adidas describió el acuerdo como “la alianza más importante jamás creada entre un no atleta y una marca deportiva.”
Desde la perspectiva de Nike, esto tiene que doler. Hace tres años, West se alineó con el principal rival de Adidas, pero abandonó debido a que el grupo alemán le dio más libertad creativa y derechos de autor. El lunes, Nike dio a conocer unos ingresos por debajo de lo esperado. La presión de Adidas y Under Armour está empezando a hacer efecto.
Pero el camino a la victoria sobre Nike es largo. El grupo estadounidense de 90.000 millones de dólares tiene unos márgenes operativos considerablemente más altos –que se calcula que podrían alcanzar el 14,5% en su próximo año fiscal, frente a la previsión de tan solo un 7,4% para 2017 de Adidas, según datos de Thomson Reuters–. Nike tiene una cuota del 20% del mercado de ropa deportiva en Estados Unidos según la firma de investigación NPD. Adidas es un competidor distante situado en torno al 3%.
Subestimar la popularidad de West, y a su otra mitad, sin embargo, es peligroso. Hubo cola en las tiendas para comprar sus anteriores ediciones de zapatos Yeezy. Sea cual sea la razón, la gente quiere seguir a los Kardashian.