El portazo de la UE a Cameron retumba más dentro que fuera
La ruptura con el Reino Unido ha resucitado las broncas internas congeladas hasta el referéndum
De The Clash a Julieta Venegas. Del Should I stay or should I go? al Qué lástima, pero adiós. En apenas una semana han cambiado las tornas de la relación entre el Reino Unido y la UE. Y de la amenaza británica de un referéndum para marcharse del club se ha pasado al portazo que los 27 socios le han dado a un derrotado y hundido David Cameron.
La ruptura se visualizó hoy en la primera cumbre europea de la historia celebrada sin un Estado miembro. Pero la cita, anunciada como símbolo de unidad a 27, descongeló las broncas aparcadas durante la campaña del referéndum. Y reveló que la mayoría de los países, con Francia a la cabeza, pretenden aprovechar el fiasco británico para obtener réditos políticos nacionales sin prestar demasiada atención a la grave crisis europea.
- Escarmiento
El presidente francés, Françóis Hollande, abogó por un escarmiento a los euroescépticos británicos que siembre el pánico en el resto de la UE, aunque las campañas del miedo hasta ahora han dado escaso resultado. “¿Efecto ejemplarizante?”, se preguntaba Hollande la noche del martes tras la última cumbre europea de Cameron. “Probablemente, sí, pero así es la vida”. Hollande afronta el año que viene unas difíciles elecciones presidenciales con Marine Le Pen, la líder del Frente Nacional, en claro ascenso. “A partir de ahora, los populistas sabrán a lo que se atienen cuando propongan salir de la UE”, subrayó Hollande.
En la misma línea, se expresó el primer ministro holandés, Mark Rutte, que en las elecciones de 2017 también puede verse desbordado por los euroescépticos de Geert Wilders.
- Multa a España
Alemania se ha mostrado más comprensiva con Cameron, pero también quiere sacar partido de su derrota y dejar claro que la respuesta al brexit debe pasar por una aplicación a rajatabla de las normas europeas, incluidas las presupuestarias. Y España y Portugal serán las primeras en pagar caro la redoblada disciplina del post brexit. La próxima semana (el 5 de julio), la Comisión Europea tiene previsto declarar que los dos países incumplieron deliberadamente sus objetivos de déficit de 2015, por lo que encajarán una multa de hasta el 0,2% del PIB nacional respectivo. En la cumbre de Bruselas, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, defendió de nuevo su inocencia y recordó que había rebajado el déficit desde el 9% al 5%. Solo el primer ministro italiano, Matteo Renzi, acudió en su ayuda y se mostró contrario a una sanción que puede hacer aún más impopular a Bruselas en países europeístas como España o Portugal.
- Nuevos rescates
Pero Renzi tampoco está a salvo. La dudosa salud del sector bancario italiano preocupa a Bruselas. En la cumbre, el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, llegó a hablar de “riesgo de estampidas bancarias“. Al posible rescate de la banca italiana se añadió ayer un posible rescate de Portugal, aireado por Berlín con el objetivo de garantizar que Lisboa cumple los objetivos de déficit. El Ministerio portugués de Finanzas se vio obligado a emitir un comunicado en el que desmentía la necesidad de ayuda y reiteraba su respeto a las normas europeas.
- TTIP, RIP
La victoria del brexit se tradujo en la cumbre en la puesta en cuarentena de los acuerdos de libre comercio. El de Canadá, ya casi terminado, se enfrenta ahora a posibles objeciones nacionales y la canciller alemana, Angela Merkel, advirtió que lo someterá al escrutinio del Bundestag, a pesar de que la Comisión insistió en que no es preciso ese paso. La cumbre tampoco dio el esperado impulso al acuerdo con EE UU (el TTIP), que se esperaba cerrar a finales de este año.
Escocia también divide
El deseo de Escocia de librarse del brexit también dividió ayer a la UE. La Comisión y el Parlamento Europeo pusieron la alfombra roja a la primera ministra escocesa, Nicola Sturgeon, que llegó a Bruselas para plantear sus demandas. Pero varios Gobiernos se niegan a hablar con Edimburgo. “Si el Reino Unido se va de la UE, Escocia también se va”, zanjó el presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy.