La libra, condenada a más miseria
La moneda británica se enfrenta a un cóctel explosivo: una recesión económica que garantizará una bajada de tipos y un incremento de la inflación e incertidumbre política.
La espectacular depreciación de la libra dará paso a más miseria, aunque más medida. Tras votar a favor de salir de la Unión Europea, Reino Unido se enfrenta a una desaceleración económica que garantizará una mayor flexibilización monetaria, un repunte de la inflación y una enorme incertidumbre política. Se trata de una mezcla tóxica para cualquier moneda, incluso para una que ya está cerca de mínimos de tres décadas, por debajo de los 1,32 dólares.
El sorprendente resultado del referéndum sobre la UE provocó una ola de ventas el 24 de junio a la par que la libra sufría su mayor caída en un día frente al dólar. Aunque la velocidad es insostenible, el descenso seguirá avanzando. Las opciones de las divisas están mostrando una preferencia firme hacia la venta de libras esterlinas, tanto por dólares como por euros, para el año que viene.
Es probable que la depreciación de la divisa británica alimente un repunte de los precios al consumidor
Los operadores sospechan que habrá una desaceleración económica que hará caer a la libra a medida. Los economistas sitúan las probabilidades de una recesión en el próximo año como muy altas, según un sondeo de Reuters. Por lo tanto, los mercados de divisas están valorando la posibilidad cada vez más cercana de que el gobernador del Banco de Inglaterra, Mark Carney, tenga que flexibilizar la política monetaria de nuevo antes de que finalice el año.
Por supuesto, incluso si los tipos de interés de Reino Unido se recortan en medio punto porcentual hasta cero, estos seguirán siendo más altos que los de la zona euro o los japoneses. Pero puede que sean menos atractivos una vez ajustados por la inflación, ya que es probable que la caída de la libra alimente un repunte en los precios al consumidor haciendo que los productos extranjeros sean más caros en términos de libras esterlinas.
Existe una enorme incertidumbre política, tanto con los Conservadores que en la actualidad están el poder como en el Partido Laborista de la oposición, dividido por enormes grietas. Y luego está el déficit por cuenta corriente de Reino Unido, situado en el 5,2% del PIB, el mayor de las economías avanzadas. Esta cifra deja al país a merced de la confianza de los inversores extranjeros. En este momento, no tienen muchos motivos para mostrar clemencia.