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Los efectos de la salida de Reino Unido de la UE

Cómo afecta el 'brexit' a las empresas que cotizan en el Ibex

Banca, grandes corporaciones, aerolíneas son algunas de las firmas más afectadas

Cifras de negocio de las compañías del Ibex con exposición en Reino Unido

La victoria del brexit, la decisión del 51,9% de los electores británicos de abandonar la Unión Europea, cumplió el viernes las más negras premisas del empresariado español. El resultado de la votación abría el incierto y desconocido camino hacia la salida de Reino Unido del proyecto económico y social común del Viejo Continente lo que afectará en mayor o menor medida a más de 260 empresas españolas establecidas en territorio británico, según los datos recopilados por el ICEX.

Entre ellas se encuentran un tercio de las compañías del Ibex 35, con un peso del 42% en el principal selectivo bursátil español, que el viernes no tardaron en verse lastradas con fuerza por el pánico vendedor que se apoderó de los mercados internacionales.

De los sectores empresariales españoles más afectados, cabe destacar a la banca, que se dejó un 17,72% al aumentar la distancia psicológica con la City londinense, el mayor centro financiero a este lado del Atlántico, y al constreñirse el marco de operaciones en un mercado que se ha convertido en estratégico para entidades del calado de Banco Santander o Sabadell.

Más allá, la jornada fue especialmente sensible para la mayoría de grandes corporaciones españolas que o bien operan directamente en Reino Unido o bien venían encontrando en la plaza británica un trampolín hacia la financiación de los mercados mayoristas.

El golpe fue especialmente evidente para las empresas del sector turístico, las aerolíneas y las firmas de telecomunicaciones. Así, empresas como Telefónica, Ferrovial, FCC, Iberdrola, Inditex, IAG o Aena se preparan para un impacto de fondo en sus cuentas de resultados que va más allá del varapalo inmediato que supuso la noticia el viernes en sus cotizaciones.

Con todo, todas estas empresas, asume el profesor del IESE Javier Díaz-Giménez, “activarán sus planes de contingencia que seguro que tenían preparados con anterioridad”. El descalabro de la libra, en todo caso, jugará un triple papel negativo, advierten desde Arcano: deteriorando los resultados de las firmas españolas que operan en Reino Unido, rebajando el volumen de de turistas británicos que visitan España y potenciando la sustitución de productos exportados por España por otros de la competencia británica.

“Ahora, es fundamental abrir un periodo tranquilo de reflexión y que las instituciones y los gobiernos actúen con liderazgo firme y responsable, de forma que la futura relación del Reino Unido con la Unión Europea, se concluya de manera consistente, para preservar la estabilidad de la recuperación económica y aportar seguridad jurídica”, reclamaba el viernes la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE).

“Creemos en el proyecto europeo de integración y los empresarios estamos acostumbrados a afrontar situaciones de retos y cambios. Estamos preparados para contribuir a la construcción de un futuro mejor para la Unión Europea, sus empresas y sus ciudadanos”, aseguraban desde la patronal española.

Santander activa un plan de contingencia par a proteger el 23% de su beneficio

Nosotros estaremos en Reino Unido sea cual sea el voto”, avanzaba un mes antes del referéndum sobre el brexit la presidenta de Banco Santander, Ana Patricia Botín, ante buena parte de sus homólogos de medio mundo en un encuentro organizado por el Instituto Internacional de Finanzas (IIF) en Madrid, reconociendo que para su banco había “mucho en juego”. Después de todo, cerca de un tercio del balance de Banco Santander lo componen activos de Reino Unido. Es más, la decisión de abandonar la Unión Europea que finalmente votaron la mayoría de los británicos supone un varapalo para el negocio del banco español en la patria chica de su presidenta, pues fue levantando el negocio minorista de Reino Unido donde Botín preparó su salto a la presidencia del grupo en sustitución de su padre.

“Santander tiene como misión contribuir al progreso de las personas y de las empresas en sus 10 mercados clave en Europa y América. Seguimos tan comprometidos como siempre con nuestros equipos y clientes en Reino Unido”, ratificaba la presidenta del grupo en un comunicado emitido el viernes pocas hora después de hacerse público el resultado del referéndum. “Nuestro modelo de negocio diversificado y centrado en banca comercial nos aporta estabilidad y fortaleza. El banco ha demostrado su solidez a lo largo de su historia y pagado dividendo a sus accionistas de manera ininterrumpida en los últimos 50 años”, defendía Botín.

Una entereza que no se vio refrendada, sin embargo, por la confianza de los inversores. Banco Santander fue una de las compañías cotizadas más castigadas del Ibex 35. En la sesión del viernes se dejó un 19,89% que situó el precio de la acción en los 3,384 euros por título, hasta rozar los mínimos del año.

Una pulsión vendedora justificada por la importancia estratégica que tiene Reino Unido para Banco Santander, uno de sus principales mercados internacionales. Santander es, de hecho, una de las compañías españolas con mayor peso en el futuro exsocio de la Unión Europea y el castigo a sus acciones lo fue también para el conjunto del Ibex, dado el enorme peso que tiene la entidad en el selectivo.

Para hacerse una idea de lo que Botín admitía que hay en juego, basta con referir que la entidad cuenta en Reino Unido con 25.866 empleados de los 193.863 trabajadores que forman el conjunto de su plantilla en todo el planeta. Una cuarta parte del total. Entrando de lleno en las cuentas de la entidad conviene destacar que de los 45.272 millones de euros que Santander ingresó en total durante el ejercicio 2015, 5.833,8 millones de euros de su margen bruto los generó en el territorio británico, es decir un 12,8% del total. Es más, bajando por la cuenta de resultados, se revela que el 23% de todo el beneficio atribuido recurrente de Banco Santander a lo largo del mundo proviene de Reino Unido.

La entidad, que elaboró un plan de contingencia frente al escenario de brexit que ha sido supervisado por el Banco Central Europeo, asegura que está preparada para hacer frente a la nueva situación que se abre y que ha comenzado a poner en marcha las herramientas necesarias para proteger su nuevo negocio extracomunitario.

Sabadell: Máximo sobresalto al año de acometer su expansión internacional

Hasta el pasado viernes, la compra del banco británico TSB Banking Group (en adelante, TSB) había supuesto una recurrente fuente de alegrías para Banco Sabadell, que hace poco más de un año consolidaba con esta operación su expansión internacional. En concreto, en el ejercicio 2015, Sabadell logró un beneficio atribuido de 708,4 millones de euros, un 90,6% más que en el año anterior gracias en buena medida al empuje del negocio de TSB. En concreto, excluyendo de la cuenta de resultados el impacto del banco británico, las ganancias del banco catalán se reducían a 586,4 millones de euros, lo que limitaba el incremento frente al ejercicio 2014 a un 57,8%, según los cálculos facilitados por el propio banco. El efecto se mantuvo en el primer trimestre de este año, cuando TSB aportó a Sabadell una cuarta parte de los 252 millones de beneficios obtenidos.

Esta fuerte exposición, sin embargo, le costó a la entidad una caída bursátil del 19,29% en la sesión del viernes, hasta situarse en mínimos de 2013 en los 1,209 euros por acción, tras conocerse que la mayoría de británicos votaba a favor de salir de la Unión Europea.

“Aunque el nuevo escenario puede dar paso a un período de incertidumbre a corto plazo, cabe esperar que el nuevo marco de relaciones entre la UE y el Reino Unido sea adecuado, salvaguarde el libre comercio y la libertad de movimiento de capitales entre ambas partes y permita una positiva evolución económica a medio y largo plazo”, expuso el presidente de Banco Sabadell, Josep Oliu en declaraciones a Efe, asegurando que el resultado del referéndum no condicionará la estrategia de Sabadell en Reino Unido. “El despliegue de la potencia comercial de TSB, el enfoque retail [minorista] de esta filial y la exitosa ejecución de la migración tecnológica son las bases de la creación de valor y son independientes del estatus del Reino Unido frente a la Unión”, dijo.

Telefónica afronta la pérdida de valor de O2 y podría retrasar la OPV de Telxius

Telefónica vivió este viernes la mayor caída de su historia en Bolsa, al registrar una bajada del 16,1% hasta 7,73 euros. No estaba en precios similares desde 2002. El descenso supone una pérdida en términos de capitalización bursátil superior a 7.300 millones de euros (el valor de mercado es de 37.300 millones). El resultado del referéndum británico con el tremendo impacto que ha tenido en los mercados financieros ha sorprendido a la operadora española en pleno proceso de reducción de la deuda.

En este escenario, distintos analistas empezaron a pronunciarse sobre el impacto que podría sufrir la compañía. Así, el Brexit podría devaluar un 20% el valor de O2, filial británica de Telefónica, en el caso de que quisiera volver a venderla o bien colocar una participación en Bolsa, según las estimaciones de Kepler Cheuvreux, citadas por Bloomberg. El nuevo escenario y la sacudida de los mercados financieros retrasarán cualquier transacción en esa dirección.

La operadora española quiso vender la división a Hutchison pero, en mayo pasado, la Comisión Europea vetó la operación bajo fuertes presiones de las autoridades reguladoras británicas, que se oponían a la transacción. Pese a que en otros países como Alemania, Irlanda y Austria se habían aprobado operaciones similares, Bruselas cedió, en parte para no entrometerse en el debate del Brexit. José María Álvarez-Pallete, presidente de Telefónica, dijo en la junta de accionistas de mayo que la compañía iba a abrir un periodo de reflexión sobre su presencia en Reino Unido.

La caída de la libra también penaliza a Telefónica, que verá cómo las operaciones de O2 pierden valor al contabilizarse posteriormente en euros. La filial británica aporta cerca de 1.800 millones de euros al grupo en términos de ebitda y más de 7.000 millones en ingresos (es la cuarta filial por detrás de España, Brasil y Alemania). A favor de la compañía está el hecho de que cerca del 13% de la deuda del grupo está nominada en libras esterlinas con lo que la depreciación de la moneda británica frente al euro reduce costes financieros.

En este sentido, Telefónica se apresuró este viernes a mantener todos sus objetivos operativos para este año, además de insistir en que las operaciones de la compañía en Reino Unido “van bien”. El grupo destacó que tiene su estabilidad financiera “garantizada” y líneas de créditos “más que cubiertas” para los próximos dos años. Al mismo tiempo, la teleco señaló que sigue fortaleciendo sus activos, como O2 y Telxius.

Precisamente, dentro de la estrategia planteada para reducir deuda, la compañía podría verse obligada a retrasar operaciones como la salida a Bolsa de Telxius, filial que engloba torres de telefonía móvil y cables submarinos. Telefónica ha estado trabajando en esta dirección durante las últimas semanas con medidas de relevancia como la aportación de activos desde otras filiales y la ejecución de dos ampliaciones de capital por 250 millones de euros. La teleco, que no había tomado todavía una decisión definitiva sobre esta colocación de Telxius, podría optar por la venta directa de estos activos a algún comprador. En los mercados se valora Telxius entre 5.000 y 6.000 millones de euros, con lo que una venta del 40% del capital proporcionaría a Telefónica más de 2.000 millones.

Asimismo, la caída de las Bolsas penalizó a otros activos que Telefónica podría vender, entre los que figura China Unicom y BBVA, de los que posee un 2,5% y un 0,69%, respectivamente.

IAG, la matriz de British Airways, la más castigada

International Consolidated Group (IAG), holding de aerolíneas que integra a British Airways, Iberia, Vueling y Aer Lingus, fracasó en su intento de tranquilizar al mercado. Matriz de una de las joyas de la corona británica, aseguró por escrito ante la CNMV que la victoria del voto para abandonar la Unión Europea no tendrá un impacto material a largo plazo en su negocio. Pero en una sola jornada bursátil, la del viernes más negro, perdió un cuarto de su capitalización bursátil: el deplome fue del 26,8%.

En el hecho relevante remitido al regulador admitió que este año el beneficio de operaciones no crecerá en los mismos niveles de 2015. “Aunque IAG continúa esperando un incremento significativo en el beneficio de las operaciones para este año, ya no prevé generar un incremento absoluto en el beneficio de las operaciones similar al registrado en 2015”, apunta textualmente. El pasado ejercicio concluyó doblando la ganancia operativa, hasta 2.318 millones.

Dirigida por el irlandés Willie Walsh, IAG eludió días atrás fijar una posición respecto al brexit durante la junta de accionistas celebrada en Madrid. El primer ejecutivo dijo que se trataba de una decisión de los ciudadanos británicos, en la que la empresa no quería influir. Eso sí, Walsh recordó que “el sector de la aviación y los consumidores europeos, incluidos los del Reino Unido, se han beneficiado del libre comercio y el espacio aéreo común europeo”.

Con mucha más claridad que IAG se manifestó Easyjet, aerolínea británica de bajo coste con importantes operaciones desde y hacia España. Bajo el convencimiento de que el abandono de la UE “no supondrá un impacto material en la estrategia, en la habilidad de obtener beneficios sostenibles y crecimiento a largo plazo, así como retorno para sus accionistas”, la aerolínea asegura haberse preparado para esta eventualidad.

Easyjet pretende acelerar las conversaciones entre el gobierno británico y los reguladores de la UE para asegurar que el Reino Unido sigue en el mercado único de aviación europea. Esto permitiría a las aerolíneas europeas volar con libertad al Reino Unido y facilitaría a las firmas británicas volar sin restricciones por Europa. La consejera delegada, Carolyn McCall, confirmó que se ha dirigido al Gobierno británico y a la CE para pedir que “prioricen que el Reino Unido siga formando parte del espacio aéreo único europeo dada la importancia tanto para los consumidores como a nivel de negocios”.

Aena, puerta de entrada en España

El mayor operador aeroportuario del mundo, Aena, colocó Reino Unido como su primer mercado internacional tras la toma de control de la plaza londinense de Luton. En 2015 recibió 202 millones en ingresos de su único aeropuerto en el exterior, con 67 millones de ebitda tras experimentar un alza en el tráfico del 17% respecto a 2014. Con todo, son cifras poco significativas respecto a los volúmenes económicos en que se mueve el grupo público cotizado (3.517 millones en ventas y un ebitda de 2.082 millones), aunque el brexit abre una vía de incertidumbre ante lo imprevisible del comportamiento del turista británico.

Aena tiene dos aerolíneas con fuerte presencia en el tráfico entre las islas y España, Ryanair y Easyjet, como primer y quinto cliente por pasajeros en la red de aeropuertos españoles el año pasado. Además, de los 68,1 millones de turistas recibidos en 2015 en España, 15,7 millones tenían Reino Unido como país de procedencia, con un alza del 4,5%, por delante de Francia (11,5 millones) y Alemania (10,3 millones).

“El negocio de Aena es sensible a la situación de países de los que proceden sus ingresos por tráfico aéreo, como Reino Unido y Alemania”, cita en documentos oficiales. Y reconoce que situaciones adversas en esos mercados pueden tener impacto “significativo” en sus resultados. El viernes perdió un 7,9% en el parqué.

Ferrovial: mucho más que el primer accionista de Heathrow

El grupo de infraestructuras español con mayores intereses en Reino Unido, Ferrovial, sufrió un fuerte castigo el viernes en Bolsa por su exposición al país. Concretamente, Ferrovial obtiene en Reino Unido el 36% de su facturación total, frente al 28% en España, así como un 9% de su resultado bruto de explotación, “por lo que puede ver mermada su cuenta de resultados en libras”, comenta el analista de mercados de XTB Jaime Díez. El día en que Reino Unido decidió que se iba de la UE perdió un 9,3% en Bolsa.

El conglomerado que dirigen Rafael del Pino e Íñigo Meirás tiene en el país importantes contratos de construcción, entre los que destacan su participación en el proyecto ferroviario Crossrail o la modernización del alcantarillado de Londres. También es propietario del mayor grupo de servicios, nacido de la integración e Amey y Enterprise, que genera el 64% del negocio total de Ferrovial Servicios y además, es primer accionista de los aeropuertos de Heathrow, (Aberdeen, Glasgow y Southampton.

La empresa confía en su estructura de cobertura de divisas y en la política de diversificación geográfica para combatir el impacto de una libra debilitada. Ferrovial acaba de entrar en el mercado australiano de los servicios con la compra de Broadspectrum, y hace hincapié en su crecimiento en EE UU y Canadá. Al margen de este escudo frente a una notable exposición a Reino Unido, el grupo siempre ha manifestado que su actividad en ese mercado se alimenta localmente, al no ser el suyo un negocio exportador. En este sentido, la preocupación de Ferrovial respecto a su negocio en Reino Unido se ha centrado en los últimos meses en las restricciones presupuestarias en lo que toca a los servicios urbanos que atiende a través de Amey.

En declaraciones públicas, Ferrovial apuntó el viernes que “respeta la decisión del Reino Unido de separarse de la UE”, pero remarca que el proceso “se prolongará a lo largo de los próximos dos años”. La compañía asegura que “mantendrá su presencia en el país, desarrollando con total normalidad sus actividades en aeropuertos, servicios, construcción y autopistas para sus usuarios y clientes”.

FCC esquiva el castigo inicial

De los 6.476 millones que FCC facturó el pasado ejercicio, 1.030 millones proceden de Reino Unido, donde el grupo que controla Carlos Slim tiene actividad de construcción y servicios. En plena antesala del referéndum, anunció la adjudicación de dos contratos, de limpieza de calles y gestión de residuos, por los que ingresará 100 millones de euros.

La gran filial del grupo en las islas británicas es FCC Environment UK, cimentada sobre el gestor de residuos WRG. La compañía ya tuvo que acometer una fuerte reestructuración en esta última para migrar desde el negocio del tradicional vertedero al tratamiento de basuras.

Con todo, FCC esquivó el vapuleo generalizado sufrido por las empresas del Ibex, dejándose tan solo un 0,4% el viernes. Esta empresa, además de Ferrovial, ACS y Acciona, es de las que puja por construir el AVE británico entre Londres y Birmingham.

Iberdrola promete mantener sus inversiones verdes

En un escueto comunicado, el presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, reaccionó diplomáticamente al resultado del referéndum que se saldó el viernes con la salida de Reino Unido de la UE. Según el máximo ejecutivo de Iberdrola, la única gran energética española con fuertes intereses en las islas, “respetamos la decisión del pueblo británico. Queremos asegurar a nuestros clientes que sus necesidades serán, como lo han sido siempre, nuestro principal objetivo y que ScottishPower [la filial escocesa de Iberdrola] continuará invirtiendo en las redes y las energías limpias necesarias para asegurar el suministro en Reino Unido”.

El británico es un mercado clave para Iberdrola desde que en abril de 2007 comprase ScottishPower, el mayor desembolso del grupo hasta este momento: 17.200 millones. La compañía ha experimentado un importante crecimiento en los distintos negocios energéticos: distribución eléctrica, renovables (eólica terrestre, con 450 MW, y marina, otros 1.070 MW), con unas inversiones previstas de 8.400 millones hasta 2020, el 35% del total del grupo para este periodo, 24.000 millones.

Gracias a estas inversiones, Iberdrola prevé que el 25% de su ebitda en 2020 se genere en Reino Unido. En el país, tiene 6.700 empleados; cuenta con 6.500 MW de capacidad instalada y tiene una cartera con 5,5 millones de clientes eléctricos y de gas.

Entre sus proyectos, destaca el Western Link, valorado en 1.200 millones, para la construcción de una interconexión submarina entre Escocia y Gales de 420 kilómetros de cable de corriente continua de alta tensión entre la costa oeste de Escocia y la Bahía de Quay, en el norte de Gales. Con este proyecto, que estará operativo este año, aumentará la capacidad de interconexión entre Inglaterra y Escocia en más de 2.000 MW.

Iberdrola aborda también uno de los proyectos de renovables más ambiciosos del mundo: el del Área Eólica de South Ayrshire, valorado en 800 millones, integrado por tres parques en la ciudad escocesa de Barrhill (500 MW). En eólica marina, el East Anglia One se configura como el mayor proyecto renovable en la historia de Iberdrola y uno de los parques offshore más grandes del mundo, con una potencia instalada de 714 MW. La puesta en marcha de este complejo marino supondrá una inversión de 2.500 millones de libras.

Inditex, unas ventas de casi 600 millones de libras pendientes del tipo de cambio

Inditex no aporta oficialmente cuánto da el mercado británico a sus cuentas. Sin embargo, la consulta de los resultados aportados a la Companies House, el equivalente al Registro Mercantil español, las distintas cadenas que operan en Reino Unido suman una facturación que ronda los 600 millones de libras. A tipo de cambio de finales de enero, cuando se cerró el ejercicio de 2015, equivaldría a una aportación de unos 786 millones de euros. Una cifra que se vería bastante afectada por la caída de la libra respecto al euro tras la victoria del brexit. El grupo cuenta con más de un centenar de establecimientos en Reino Unido, con una presencia muy destacada en vías comerciales como Oxford Street, en Londres. La compañía cerró 2015 con una facturación global de 20.900 millones.

 

El grupo presidido por Pablo Isla no hizo ayer ninguna valoración al respecto del triunfo de los defensores de salir de la Unión Europea. Sin embargo, el máximo ejecutivo de la compañía se ha referido en repetidas ocasiones a su preferencia por la permanencia de Reino Unido dentro del mercado común. La última ocasión fue la presentación de resultados del primer trimestre de Inditex, hace 10 días, cuando señaló ante los analistas que “respetando la decisión de los británicos, creemos que una Europa sin Reino Unido sería más débil, igual que el propio Reino Unido sería más débil fuera de Europa”.

La compañía tiene un negocio internacional bastante repartido. Este año ha alcanzado los 90 países con tiendas del grupo y Reino Unido es el decimoquinto mercado por número de tiendas. Aunque las cifras de su actividad en el país son relevantes, los analistas de RBC, citados por Bloomberg, señalaban a Inditex como una de las empresas de retail con menor impacto por la salida del país de la UE. La entidad financiera explicó que la nueva situación impactará en las ventas comparables, por la caída de la demanda, así como el crecimiento de algunos costes.

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