Más allá de cabañas en la selva virgen
España concentra el mayor número de establecimientos certificados de Europa.
Paraísos en los que respirar aire puro. Hace unos años podría parecer una frase hecha, sin embargo viajar en verde se ha convertido en una realidad que adquiere cada vez mayor peso. En 2015, el turismo ecológico y sostenible facturó a nivel mundial 412.000 millones de euros, un 10,5% más que el año anterior, y alcanzó una cuota del 25%, según un estudio elaborado por Ostelea.
El informe destaca que España está “excelentemente posicionada” tanto en destinos como en alojamientos. Con un total de 42, es el país con mayor número de espacios certificados por la Carta Europea de Turismo Sostenible, y a lo largo y ancho de la piel de toro los turistas pueden escoger entre 45 alojamientos responsables con el medio ambiente.
Hostal Spa Empúries, en plena Costa Brava, es uno de ellos. La nostalgia de veranear con sus abuelos en aquel paraje llevó a uno de sus propietarios a adquirir un edificio centenario que “se remodeló siguiendo la filosofía del cradle to cradle”. Esta consiste en integrar productos o servicios con el medioambiente, enriqueciéndolo y participando de la ecodiversidad del entorno. En su caso, hasta la fachada es biodegradable y está libre de todo tipo de PVC.
Gracias a este concepto, se ha convertido en el primer hotel de Europa en recibir la certificación Leed Gold. Sus empleados también están identificados con la idea de que “elegir es una forma de vida”, explica Albert Marín, director del establecimiento.
Fuerte Hoteles es otro ejemplo de cómo se pueden crear negocios hoteleros responsables con los que se puede llegar a disminuir la huella de carbono hasta un 8,55%. “La mayoría de los establecimientos no daban importancia a este aspecto, pero afortunadamente la sostenibilidad en la gestión ya no es solo algo voluntario o excepcional, sino que comienza a ser casi imprescindible”, dicen fuentes del grupo.
José Luis Zoreda, presidente de Exceltur, coincide en que “hay un consumidor que da cada vez más valor a este tipo de turismo”. “Los millennials –precisa– son cada vez más sensibles con el respeto al medioambiente”. Este cambio de conciencia “genera mayor fidelidad o, por el contrario, descartes inmediatos”, advierte Zoreda, quien resalta la consolidación de una tendencia por la cual “los clientes están dispuestos a pagar más”.
En efecto, según Ostelea, en 2015, el ecoturista europeo gastó un 29% más de media por día de viaje que el turista convencional. Marín confirma que desde que se apostó por este modelo en 2010, el número de estancias en Hostal Spa Empúries “se ha incrementado en un 90,4% y la facturación ha aumentado en un 88,6%”, incluso a pesar de la recesión.
En Fuerte Hoteles, cadena que cuenta con seis hoteles vacacionales y dos establecimientos de apartamentos en régimen de alquiler, “seguimos notando un aumento en la concienciación de nuestros clientes, especialmente en los del norte de Europa”. Realidad que alcanza a empresas del sector y turoperadores del más alto nivel “que nos envían clientes buscando un valor diferencial”.
Todo ello repercute en el empleo y la economía de la zona. Por ejemplo, Hostal Empuries ha pasado de tener 35 empleados a 53 y desde Fuerte Hoteles aseguran que “se prioriza siempre el uso de productos y proveedores locales, se promueve la cultura del lugar donde se ubica cada establecimiento y se sigue una política de contratación que favorezca a los habitantes de cada provincia”.
¿Qué buscan los clientes?
Los establecimientos coinciden en que en torno al 55% de sus clientes son nacionales, seguidos de británicos, franceses, alemanes y, en menor medida, irlandeses y nórdicos, dependiendo de la ubicación. No obstante, el subsector del turismo ecológico se ha propuesto cruzar el charco.
“En los últimos dos años estamos apostando por el mercado norteamericano y lo cierto es que se está incrementando la afluencia”, explica Marín, de Hostal Empuries. Pero independientemente de su procedencia, los viajeros que los visitan buscan “relax, calidad, gastronomía e identificarse con productos y entornos medioambientalmente sostenibles”.
Zoreda, de Exceltur, añade que, dado el potencial de este tipo de turismo, se deben reforzar las actuaciones orientadas a “diferenciarnos con el objetivo de atraer a un cliente mejor”. Para ello, propuso que la Administración diseñe políticas de sostenibilidad que limiten el crecimiento. “Necesitamos entornos locales que se construyan desde la autenticidad y que el turista goce de empatía ciudadana”.