Brexit o Bremain, Eurocopa, hooligans, terrorismo, protestas laborales -- demasiados retos para Francia

Francois Hollande quiere obtener un segundo mandato presidencial en mayo de 2017. Nicholas Sarkozy será uno de los candidatos de la derecha moderada, mientras que Marine Le Pen desgraciadamente volverá a obtener el voto de muchos descontentos. Recemos y esperemos que las autoridades francesas puedan aguantar todos los retos de seguridad a los que se enfrentan durante el transcurso de la Eurocopa, que no finaliza hasta el 10 de julio. En sólo cinco días de Eurocopa ya se han producido serios disturbios en Marsella entre hooligans rusos e ingleses. La violencia fue tan grave, tanto dentro como fuera del estadio, que la UEFA ha impuesto una multa de 150.000 dólares y ha advertido que la selección rusa puede ser mandada a casa si se repiten los problemas. En Lille y Lens, en el norte de Francia, la policía se prepara para el siguente encuentro de las selecciones inglesa y rusa. Los hooligans ingleses son despreciables pero sus hábitos conocidos a la policía. El pueblo ruso es noble. Pero Putin está entrenando a grupos radicales de jóvenes rusos para que creen problemas de orden público en Europa, siguiendo el ejemplo de los grupos que ha formado en Rusia. Un desequilibrado joven ha matado a dos policías en París. Había amenazado con convertir la Eurocopa en un cementerio. Por si fuera poco, los sindicatos radicales franceses siguen manifestándose contra unas muy limitadas reformas laborales que el gobierno del primer ministro Manuel Valls ha aprobado. Se trata de permitir a las empresas negociar condiciones laborales más directamente con los empleados. No se va a abaratar el despido ni eliminar ningún derecho. El 23 de junio, en plena Eurocopa, los británicos acuden a las urnas para decidir si se mantienen en la UE o no. Temo la reacción de algunos de los 50.000 seguidores ingleses (también compiten Gales e Irlanda del Norte) si se produce un resultado que no les gusta. No quiero ser pesimista. Pero con tal cóctel de desafíos y con la atención mediática puesta en Francia, que no sucediera nada hasta la clausura de la Eurocopa sería casi un milagro. La UEFA y las autoridades francesas deben mostrar tolerancia zero con los violentos. Las decenas de miles de policías desplegados por toda Francia están siendo respaldados por policías españoles. Pero las amenazas son múltiples y el deseo de protagonismo de los violentos preocupante. En julio se disputa el Tour de Francia, y en agosto los Juegos Olímpicos en Brasil. Demasiado deporte a alto nivel en un mundo tan peligroso.