Los impuestos vuelven a la mesa
Vuelven los impuestos a la disputa política. Abrió el fuego Rajoy con la promesa de un nuevo descenso del IRPF si vuelve a gobernar, y replicó ayer el socialista Pedro Sánchez, admitiéndo que no bajarán los impuestos; es más, que los subirán para financiar las pensiones, con un recargo en el Patrimonio y otro en el IRPF de las rentas más altas. Le faltó tiempo a Montoro para replicar que subir Patrimonio sería la mejor invitación para que se paralizase la inversión nativa y extranjera en España. Y todo el debate aderezado con la salsa de un déficit fiscal de más del 5%, inducido por la bajada de IRPF y Sociedades que el Gobierno aplicó en 2015 para obtener rédito electoral.
Es un asunto recurrente en tiempos electorales, y debería dejar de serlo mientras el déficit fiscal esté por encima de lo que España se ha comprometido con Bruselas. Los contribuyentes deben exigir que siempre que alguien proponga una bajada de impuestos explique cómo ajustará los gastos si los supuestos ingresos adicionales no aparecen. Y cuando propongan una subida, debe quedar meridianamente claro qué pretende financiarse con tal disminución de la renta disponible de la gente. Y financiar las pensiones no es fácil, pero subir un impuesto o crear uno nuevo para hacerlo solo arregla el problema a corto plazo.