Un lastre para la caja de las pensiones
La batalla para retrasar la edad de la jubilación en España no va por buen camino. La edad media de retiro de los españoles –actualmente en 64,09 años– no ha dejado de disminuir desde el año 2014, pese a las reformas aprobadas en 2011 y 2013 para ampliarla con el fin de ayudar al sostenimiento del deficitario sistema de pensiones. Ambas modificaciones retrasaron sobre el papel la edad de jubilación y dificultaron el acceso a las jubilaciones anticipadas y parciales. Sin embargo, dejaron también la puerta abierta a la posibilidad de acogerse, en casos concretos, a la legislación anterior. Ello se ha traducido en que más del 60% de los trabajadores que se retiran antes de la edad legal en España lo hacen según la normativa antigua, que es económicamente más gravosa para el sistema.
La calidad de las leyes no se mide por su letra, sino por su aplicación. Con los datos en la mano, los intentos normativos para retrasar la edad de jubilación no han sido efectivos. Urge, por tanto, adoptar nuevas medidas –ya sea mediante incentivos, restricciones o una combinación de ambos– para corregir una tendencia que constituye un pesado lastre para el futuro de la caja de las pensiones. Si ha de acometerse una nueva reforma de la ley, debe hacerse cuanto antes. Porque el tiempo en este caso, como en tantos otros, juega en contra.