La Sicav amateur bate a todos al rentar un 12% en su primer año
El vehículo tiene ya un patrimonio de 16 millones de euros y tiene como gestora a Inversis
La historia de Smart Social Sicav es un relato de pasión por la gestión, por la independencia y por la cooperación entre desconocidos. El proyecto surgió casi como un juego, con un concurso para ver quién era el mejor gestor no profesional. Esa iniciativa se ha transformado en un sólido vehículo de inversión con un éxito apabullante: en su primer año de vida, la Sicav ha logrado una rentabilidad del 12%, mientras que los principales índices y fondos de inversión apenas han rentado, o incluso han registrado pérdidas.
Smart Social Sicav es lo más parecido a un outsider que se puede encontrar en el ámbito de los fondos de inversión. Fue creada el año pasado por un grupo de aficionados a la Bolsa. Su gestor, Antoni Fernández (cuyo perfil de Twitter es @BolsacomTrading), nunca había trabajado para una firma de inversión o para un banco. Ni siquiera tiene formación reglada en Economía. Ni falta que le ha hecho. Es un autodidacta. Para llegar a estar al volante de este vehículo de inversión (que ya acumula más de 16 millones de euros de patrimonio) su mérito fue ganar el concurso de gestión de carteras organizado en la red social de inversores Unience.
- Incubadora de gestores
Este concurso, bautizado como Incubadora de Gestores, acabó despertando la atracción de más de quinientos pequeños inversores, que desembolsaron un total cinco millones de euros para constituir formalmente una Sicav y poner a Antoni Fernández a los mandos. El contrato de liquidación y depositaría lo firmaron con Inversis (del grupo Banca March).
“En estos 12 meses hemos demostrado que una Sicav surgida única y exclusivamente de las redes sociales, puede competir en pie de igualdad con los grandes del sector”, explica José Molero, un abogado barcelonés que es promotor y alma mater de la iniciativa, ya que se comprometió a aportar los 100.000 primeros euros para que el ganador del concurso de gestores aficionados pudiera empezar a operar con dinero de verdad. Su perfil de Twitter es @andresllorente.
Antonio Fernández, aunque nunca había trabajado para una firma de inversión, llevaba más de 15 años dedicado a gestionar sus propias inversiones. Para resultar vencedor de la iniciativa Incubadora de Gestores, tuvo que acreditar su pericia, a lo largo de dos años, con una cartera de inversión simulada.
En mayo del año pasado llegó la hora de la verdad, pero llegó en un momento tremendamente delicado. Después de dos años de buena evolución bursátil y un primer trimestre especialmente plácido, Smart Social Sicav se estrenó cuando empezaron a llegar las curvas. Su gestor no quiso precipitarse. Durante varios meses, destinó la mayor parte de la cartera a liquidez, y se cubrió con contratos de derivados para prepararse ante caídas de los mercados, aunque sacrificase rentabilidad.
Mejor que el 99,5% de fondos alternativos
La filosofía de inversión de Smart Social Sicav se basa en otorgar plenos poderes a su gestor, Antoni Fernández, para que pueda invertir en cualquier tipo de activo, ya sea apostando que su precio va a subir (posiciones largas), como que van a bajar (posiciones cortas). El objetivo es conseguir rendimientos en cualquier situación del mercado, tanto con las Bolsas subiendo como bajando. Esta filosofía hermana a la Sicav con los fondos alternativos. Y en su comparación con esta tipología de inversión el resultado es excelente. Analizando los 407 fondos de gestión alternativa que se comercializan en España (con categorías como long-short Reino Unido, multiactivos, neutrales a mercados...), Smart Social Sicav lo ha hecho mejor que 99,5% de estos productos (en un periodo de 11 meses). La Sicav se habría situado como el segundo mejor del grupo, solo por detrás de Polar UK Absolute. En sus 12 meses de vida, Smart Social Sicav ha logrado cerrar en positivo nueve de ellos. El mes que más perdió tan solo cedió un 1,4%.
- Apostando 'todo' al rojo
Durante el mes de agosto dio un paso más. Mantuvo un 30% de la cartera el liquidez, pero se la jugó a una inminente caída de los mercados, apostando un 60% del patrimonio de la Sicav a posiciones bajistas. La jugada le salió redonda. Cuando las Bolsas vivieron las mayores correcciones por los problemas de la economía china, Smart Social Sicav logró repuntar un 4,1%. El crac de la Bolsa de China, el lunes negro (24 de agosto) y los desplomes en los parqués de medio mundo confirmaron la teoría de Antoni Fernández y permitieron que la Sicav que dirige ganara dinero cuando todo el mundo lo perdía.
Tras su exitosa apuesta bajista, Smart Social Sicav frenó en seco. El vehículo, con un patrimonio de nueve millones de euros, plegó velas, y quedó unos meses al pairo, con un 100% de liquidez, algo rarísimo de ver en el mundo de los fondos de inversión.
Ya en 2016, Fernández dejó que las Bolsas volvieran a caer y en febrero, con los valores baratos, apostó por la revalorización de los grandes índices. ¡Bingo! Su decisión volvió a funcionar. Smart Social Sicav logró una rentabilidad en el primer trimestre del 7,8%, batiendo los resultados de los grandes vehículos de inversión de los millonarios españoles.
En sus 12 meses de vida, la Sicav ha pasado de 500 a 820 accionistas, a logrado la tercera mejor rentabilidad de las 3.364 que operan en España y ha pasado de 5,3 millones de patrimonio a 16,3 millones.