Bruselas ofrece a Atenas una reestructuración de la deuda
El Eurogrupo inicia las negociaciones sobre la reestructuración de la deuda griega Bruselas baraja vincular el pago al crecimiento, pero el FMI y Berlín chocan sobre el alcance de la oferta final
El 9 de mayo de 2016 aspira a pasar a los anales de la zona euro como el comienzo del fin de la intervención de Grecia. Por primera vez desde que comenzó en 2010 el rescate financiero más largo e infructuoso de la historia, los ministros de Economía y Finanzas de la zona euro (Eurogrupo) no se conformaron con debatir solo sobre la liberación del próximo tramo (5.200 millones de euros) de los préstamos.
El Eurogrupo miró hoy mucho más lejos y ha empezado a discutir medidas de alivio de la deuda con el objetivo de sacar a Grecia de la espiral de préstamos, reembolsos y recesión en la que se encuentra desde hace seis años.
Los ministros han encargado a los técnicos que analicen “medidas a corto, medio y largo plazo”, y que presenten propuestas el próximo 24 de mayo. Las medidas de alivio se introducirán progresivamente, para suavizar el calendario de reembolsos, primero, y facilitar el regreso a los mercados, al término del rescate (2018).
Tanto la Comisión Europea como el fondo de rescate de la zona euro (MEDE) han calculado ya los primeros escenarios, según fuentes comunitarias.
El documento apunta a una prolongación de los plazos de amortización, la concesión de períodos de carencia más largos, la rebaja de los tipos de interés en los préstamos bilaterales (55.000 millones) y la renuncia de los bancos centrales a los beneficios obtenidos con la compra de bonos griegos (medida aplicada en el segundo rescate).
Pero fuentes del Eurogrupo reconocen que esas medidas ya no bastan porque ofrecen un alivio limitado (algunos plazos de amortización ya superan los 30 años).
- Moratoria
Bruselas planea ya medidas más drásticas como vincular la amortización del rescate a la evolución de la economía griega. El vínculo podría ser en forma de moratoria en caso de débil coyuntura, es decir, que Grecia deje de amortizar o pague menos si no logra cierto crecimiento.
El debate sobre la oferta definitiva se prevé largo porque en el Eurogrupo y en la troika (CE, BCE y FMI) conviven posturas muy distantes sobre el calendario y magnitud de la reestructuración.
El FMI exigió por carta, en vísperas de esta reunión del Eurogrupo, que de ahora en adelante “la refinanciación y la reestructuración de la deuda se discutan simultáneamente”. Hasta ahora, las medidas de alivio eran una vaga promesa incluida en el acuerdo del pasado mes de julio que puso en marcha el tercer rescate, valorado en 86.000 millones de euros.
Alemania se había negado en redondo a iniciar las negociaciones sobre la reestructuración. Pero la amenaza del FMI de retirarse de Grecia parece haber doblegado al Gobierno de Angela Merkel.
El ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble, se reunió hoy en solitario con su colega griego, Euclides Tsakalotos, para empezar a buscar un compromiso.
Para la delegación española, con el ministro en funciones Luis de Guindos a la cabeza, la única línea roja es la de conceder una quita, que no está sobre la mesa.
Desde Madrid, su colega de Exteriores, acusó al Eurogrupo de haber dañado el crecimiento en Grecia y en toda la zona euro: “nos hemos pasado cuatro pueblos en el tema de la austeridad”, sentenció.
El Eurogrupo acepta los ajustes de Tsipras
El Eurogrupo ha dado esta tarde el visto bueno a los ajustes aprobados ayer domingo por el Parlamento griego, lo que permitirá un acuerdo definitivo en las próximas semanas para la liberación del siguiente tramo (5.200 millones de euros) del tercer rescate.
Bruselas calcula que las medidas aprobadas por Atenas equivalen al 1,5% de PIB y se conforma con la promesa del Gobierno de Alexis Tsipras de que, en caso de necesidad, adoptará recortes automáticos, incluso en pensiones y salarios de funcionarios, por una cantidad equivalente a otros dos puntos de PIB.
El FMI no se cree ni las cifras ni los compromisos y teme que el programa desemboque en un tercer fiasco, después de los fracasos del rescate de 2010 y de 2012. El organismo dirigido por Christine Lagarde también discrepa del objetivo de superávit fiscal (3,5%) exigido a Atenas, que ve contraproducente.
Lagarde ha advertido al Eurogrupo que solo participará en el tercer rescate de Grecia si se hace en base a un programa de refinanciación y de reestructuración de la deuda “realistas”.
Lagarde aboga por rebajar el objetivo de superávit y exigir una reforma radical del sistema de pensiones a cambio de una reestructuración de la deuda.
Los miembros más duros del Eurogrupo se mostraron hoy dispuestos a prescindir de la financiación del FMI y mantenerlo solo como asesor del programa. Pero, en ese caso, el Gobierno de Merkel podría tener dificultades para aprobar en el Bundestag la liberación del rescate
“El FMI merece reconocimiento por aprender de sus errores”, señaló hoy con cierto retintín un informe de Bruegel. Y recordó que el Fondo apoyó con entusiasmo un superávit primario del 6% en el primer rescate y del 4,5% en el segundo. Los dos fracasaron.