La falta de egos lleva al Leicester a la cima
El equipo más modesto de la Premier League, el Leicester City, eclipsa desde ayer cualquier hazaña de los posibles campeones de Europa. Parecía imposible, nadie daba una libra por ellos, incluso al comienzo de la temporada las casas de apuestas pagaban 5.000 a 1 si se alzaban con la Copa de la liga británica. Y al final, el equipo liderado por Claudio Ranieri, el entrenador al que Mourinho despreció llamándole “Zero Tituli”, se impuso a equipos con bastante más poderío y recursos, como el Tottenham, el Manchester City, el Arsenal o el Chelsea.
Cabe recordar que el Leicester fue adquirido en 2010, cuando nadie lo quería, por el millonario tailandés Vichai Srivaddhanaprabha, que ha hecho fortuna con los duty free de los aeropuertos de su país, y que pagó por el conjunto británico 142 millones de libras (179 millones de euros). A partir de ahora el empresario, además de rentabilizar su inversión, será reconocido como un visionario del fútbol, admirado en todo el mundo. La gran fuerza de The Foxes, (los zorros), así es su apodo, que hace cuatro años jugaba en la segunda división, de la que ascendió el año pasado, no estaba en las cifras económicas, sino en el equipo y en el líder de la banda, Ranieri, que con 64 años se enfrenta a la última etapa de su carrera.
A prueba de subastas
La fidelidad de los seguidores del Leicester City es admirable. Cuando comenzó la temporada, 47 personas apostaron que su equipo ganaría la Premier League. Partido a partido, fueron acariciando el sueño y la casa de apuestas Ladbrokes comenzó a negociar con los apostantes para cancelar el contrato. Aceptaron la oferta de 36.700 euros 25 personas. El resto se repartirán 3,8 millones de euros por su fidelidad. “Ese es otro de los grandes méritos del equipo, la vinculación de sus seguidores, y ese es otro atractivo para el Leicester como marca”, señala Antonio Lacasa, de ESIC. Porque los patrocinios se dirigen a ese colectivo de seguidores, que comparten valores.
Ahí está su sencillo pero a la vez complejo, secreto. “Lo más importante es haber elegido a los fichajes acertados, y ha apostado por gente joven, a la que ha sabido darle la sensación de equipo”, explica Sandalio Gómez, presidente de CSBM (Center for Sport Business Management) del IESE. Y compara el estilo de los británicos con la actitud del Atlético de Madrid. “Son jugadores sin egos, con hambre de triunfo, algo que no tienen de la misma manera otros futbolistas, que juegan en el Real Madrid o en el Barcelona, y que buscan solo la victoria personal”, señala el experto. Porque si hay alguna lección que se puede extraer de la última temporada del Leicester y que puede servir como ejemplo para el mundo de la empresa, es el hecho de que los jugadores han dado lo mejor de sí mismos para el equipo. “Se han entregado, han luchado y no se han comportado como divos”, afirma Gómez, quien añade que entrenadores como Ranieri o Simeone nunca podrían conseguir los mismos logros en equipos como el Barcelona o el Madrid, repletos de estrellas. Y compara esta actitud con la que también se da con frecuencia en el baloncesto, donde un jugador marca 40 puntos pero al final el equipo pierde. La clave, al final, está en el entrenador, que es el gran maestro de ceremonias. Es el que equilibra al equipo, el líder al que todos siguen porque se ha ganado, con resultados, a la gente.
La clave de un entrenador o líder está, según Gómez, en la teoría de las cinco C: claridad de ideas, coherencia, comunicación con el equipo; lo que genera confianza y credibilidad. Es lo que ha conseguido el Leicester esta temporada, una marca que a partir de ahora se rifarán los patrocinadores. “Estos buscan contenido y valores, y este equipo los tiene porque ha logrado mucho con esfuerzo y tesón, y eso para las firmas de patrocinio es importante”, señala Antonio Lacasa, director de programas del Centro de Especialización en Marketing y Deporte de ESIC.