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El nuevo trabajo de Marchionne

Aunque dirigir el fabricante de automóviles de lujo será el puesto más atractivo de los dos que tendrá Sergio Marchionne, Fiat Chrysler necesita su atención más que nunca.

Sergio Marchionne, presidente de Ferrari, atendiendo a la prensa en la salida a Bolsa de la compañía.
Sergio Marchionne, presidente de Ferrari, atendiendo a la prensa en la salida a Bolsa de la compañía.Reuters

Si tuviese que elegir entre conducir un Fiat o un Ferrari, ¿qué elegiría? Sergio Marchionne ha respondido a su manera: ambos y a la vez. El lunes, el consejero delegado de Fiat Chrysler asumió el mismo puesto en Ferrari. No es un buen momento, ya que Fiat le necesita más que nunca.

En cierto modo, el movimiento de Marchionne ratifica el equilibrio actual en Ferrari. El fabricante de coches de lujo empezó a cotizar en Bolsa por separado en octubre y legalmente se escindió de Fiat Chrysler en enero. Como presidente de Ferrari, Marchionne fue el arquitecto del paso.

El de Ferrari es el trabajo más atractivo de los dos. Sus márgenes operativos de dos dígitos se encuentran entre los más elevados de la industria automovilística y sus volúmenes de ventas crecieron un 15% en el primer trimestre del año. Pese a la caída del 19% en el precio de su acción desde octubre, los inversores están valorando los títulos de la automovilística en 22 veces su previsión de ingresos para los próximos 12 meses, según muestran los datos de Thomson Reuters. Eso es de tres a cuatro veces la valoración de la mayoría de sus rivales.

Fiat Chrysler, por su parte, es uno de los fabricantes de automóviles globales más débiles. En Europa, el séptimo mayor fabricante de automóviles del mundo solo registra un margen operativo del 1,9%, en comparación con, al menos, el doble de rivales como Renault y Peugeot. Las ventas en América Latina y Asia caen y la deuda neta se disparó un 30% hasta los 6.600 millones de euros al final del primer trimestre.

El siguiente paso preferido de Marchionne sería una fusión entre Fiat y un gran rival. Además, quiere salir de Fiat cuando su contrato actual acabe a finales de 2018. Para la familia Agnelli, que controla Fiat y Ferrari, sin un socio dispuesto a una fusión, ampliar las funciones de Marchionne podría ser una forma de persuadirlo para que se quede. Tal vez otros inversores de Fiat esperen que funcione.

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